Guión y dirección Sebastián Borenzstein Fotografía Rodrigo Pulpeiro Música Lucio Godoy Intérpretes Ricardo Darín, Huang Sheng Huang, Muriel Santa Ana, Enric Rodríguez, Iván Romanelli Estreno en España 17 junio 2011
Con el paso de los años la presencia de Ricardo Darín en una película se ha convertido en un imán para atraer al público, y algo así parece le vaya a ocurrir a esta película. Sin haber estrenado nada entre nosotros, tras dos films y varias series de televisión en Argentina y México, Sebastián Borenzstein aterriza en nuestras pantallas con una amable y simpática fábula sobre la amistad y la necesidad de afecto incluso en aquellos personajes que, por propia impostura, adoptan una posición escéptica y ermitaña ante la vida. Una situación absurda dentro de una película en la que abundan las anécdotas con esta calificación, desencadena una relación forzada en la que la falta de entendimiento irá provocando numerosos gags cómicos, algunos francamente divertidos. Pero la sensación de situación alargada y repetitiva demuestra que no hay mucho sobre lo que divagar o que el análisis carece de profundidad. Las heridas del pasado, la cerrazón, la falta de apertura al amor y al afecto, se van convirtiendo en piedras angulares de una cinta que logra el aprecio del público, dispuesto a reír a toda costa y a dejarse arrastrar por una historia sencilla y agradable como ésta. Dentro de su puesta en escena también sencilla y austera hay espacio para algunas secuencias de acabado formal virtuoso, como aquella con la que se inicia la función, o la que explica la mirada obtusa que el protagonista mantiene ante una vida y un mundo que considera absolutamente absurdos.
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