Guion y dirección Elena Manrique Fotografía Joachim Philippe Música Argia Intérpretes Edith Martínez-Val, Beatriz Arjona, Sonia Barba, José Manuel Seda, Patricia García Méndez, Paco Mora, Roma Calderón, Pedro Romero, Luichi Macías, Victoria Cerrada, Sara Etienne, Maka Rey, Frank Feys, Sebastián Haro Estreno en el Festival de Toronto 8 septiembre 2024; en salas 31 enero 2025
Elena Manrique parece comprometida con la tragedia de la inmigración africana, como demuestra su trabajo como productora ejecutiva en el largometraje de Benito Zambrano El salto. Ahora, en su debut como directora de largometrajes, tras haber ejercido como productora también en films como El laberinto del fauno, Kiki el amor se hace o Celda 211, vuelve a tocar el tema aunque en clave de comedia agria y socialmente crítica. Una persona se esconde en el caserío de una acaudalada divorciada, tras desembarcar de una patera en una playa andaluza. Cuando la dueña de la casa la descubre, se entabla una relación entre ambas que encubre la solidaridad y la bonhomía con la tendencia más perversa al dominio y el control.
Manrique se maneja bien como directora principiante, lo que le ha valido ser premiada en Valladolid, aunque su narrativa se resiente a veces de estancarse y no avanzar lo aconsejable. La actriz de teatro y variedades palentina, Sonia Barba, se revela como notable descubrimiento de la película, justamente galardonada en Almería, incorporando a una pija madura tan jocosa como impresentable, protagonizando una de las secuencias más conseguidas y mejor rodadas del film, cuando arranca de manera harto contagiosa su fiesta de cumpleaños al son de Soy una feria de Gracia Montes.
A su alrededor, el resto del elenco cumple holgadamente, dando vida tanto a trabajadores comprometidos como a infames niños y niñas bien, a quienes se etiquetan maliciosamente como socialistas por tradición, que posiblemente hayan heredado de esa vieja guardia tan reaccionaria. Entre ocurrencias y un estupendo trabajo del trío protagonista, la película discurre con interés y cierta intriga que provoca inquietud a la vez que sorpresa e hilaridad, lo que lo convierten en un film más interesante de lo que cabría esperar, rodado en localidades onubenses como Hinojos, Chucena y Mazagón.
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