viernes, 3 de enero de 2025

BETTER MAN El deslumbrante último mono

USA-Reino Unido-Francia-Australia-China 2024 131 min.
Dirección
Michael Gracey Guion Oliver Cole, Simon Gleeson y Michael Gracey Fotografía Erik Wilson Música Batu Sener Intérpretes Robbie Williams, Jonno Davies, Damon Herriman, Alison Steadman, Kate Mulvany, Steve Pemberton, Frazer Hadfield, Raechelle Banno, Jake Simmance Estreno en el Festival de Toronto 9 septiembre 2024; en Reino Unido 26 diciembre 2024; en España 1 enero 2025

El director australiano Michael Gracey combina su particular mirada estética, cultivada en su anterior largometraje de ficción, El gran showman, con su experiencia en la música pop, centrada en videoclips y documentales como el que dedicó a Pink, para ponerse a las órdenes del artista Robbie Williams y articular un biopic más personal en lo estético que en lo estrictamente narrativo. Aunque todo su entramado dramático parece fruto del talento del propio homenajeado, y éste no disimula el narcisismo que le ha hecho célebre, procura reírse de sí mismo a la vez que echa mano de todos los tópicos y lugares comunes en este tipo de producciones.

Así, encontramos al pobre artista rico abusado por managers y casas discográficas, y menospreciado por conjuntos musicales, Take That en su caso. También al joven traumatizado y marcado por el abandono familiar del padre, con quien mantendrá una relación autodestructiva, difícil e igualmente traumática. Y a quien se siente incapaz de amar en su justa medida, malogrando las posibilidades de una vida sentimental y familiar satisfactoria, mientras su rabia le llevará también a enemistarse con quienes le acompañaron desde la infancia, aunque siempre manteniendo un estrecho vínculo con una abuela visionaria y cariñosa. Muchos lugares habituales en este tipo de producciones redentoras, si bien en este caso cabe reconocer considerables logros en diferentes aspectos. Williams en ningún momento muestra su verdadero físico, sino que se parapeta tras la imagen de un mono generado por ordenador, que mimetiza sus gestos y los del actor Jonno Davies, con quien comparte protagonismo, en un alarde de originalidad que parece justificarse en el carácter primitivo de quien intenta denostadamente convertirse en ese hombre mejor del título. Gracey, por su parte, demuestra su talento y pericia en unos números musicales espectaculares, en especial el que protagonizan los dobles de la famosa boys band y un numeroso cuerpo de baile en la londinense Regent Street al son de Rock DJ, o su baile a dos en la borda de un yate de lujo donde las piruetas y torbellinos se nos antojan excesivos.

Como excesiva es una puesta en escena y una planificación visual que a menudo impide disfrutar de las esmeradas coreografías, quizás una mala influencia del universo del paisano Baz Luhrman. Con todo, Better Man se puede considerar un espectáculo entretenido y, como tantas veces se repite en el guion, deslumbrante, a pesar de lo muy en serio que a la postre se toma a sí mismo el icónico artista, por mucho que quiera disimularlo con su particular humor primate.

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