sábado, 4 de enero de 2025

QUEER El amor es la droga

Italia-USA 2024 135 min.
Dirección
Luca Guadagnino Guion Justin Kuritzkes, según la novela de William S. Burroughs Fotografía Sayombhu Mukdeeprom Música Trent Reznor y Atticus Ross Intérpretes Daniel Craig, Drew Starkey, Jason Schwartzman, Lesley Manville, Drew Droege, Omar Apollo Estreno en el Festival de Venecia 3 septiembre 2024; en Estados Unidos 13 diciembre 2024; en España 1 enero 2025

En sólo un año, Guadagnino ha colocado dos películas en la cartelera y ha suscitado la atención de crítica, público y premios. Vuelve a confiar en el debutante guionista de Rivales para adaptar una de las tan difíciles novelas de William S. Burroughs, que a pesar de ello ha sido llevado a la pantalla en al menos otras dos ocasiones, El almuerzo desnudo de David Cronenberg y Drugstore Cowboy de Gus Van Sant. Queer es, si no la última, una de sus últimas creaciones, coincidiendo con las otras en la proliferación de drogas, alcohol y sexo, constantes en la creación literaria de la Generación Beat, formada por escritores contestatarios estadounidenses de la década de los cincuenta del pasado siglo. Coincide Queer con El almuerzo desnudo no sólo en su representación de secuencias de carácter onírico, sino también en la elección de protagonista, algo seguramente inconsciente, Daniel Craig ahora, Peter Robocop Weller entonces, de parecidos físicos considerables.

Craig, por su parte, retoma uno de los papeles que le hicieron notable a finales de los noventa, cuando interpretó al amante de un torturado Francis Bacon en El amor es el demonio. Las tornas se han cambiado y ahora es él el atormentado creador, en su caso escritor, que cae en las redes del amor imposible y redentor cuando conoce a un joven apolíneo en su exilio mejicano, repudiado de Estados Unidos por su condición de heroinómano. La época y el lugar influyen para que el joven se pavonee y seduzca a discreción sin asumir abiertamente su condición homosexual, lo que le lleva a no considerar una relación firme y seria, y sumerja al protagonista en una vorágine de adicción y perdición que le lleva a adentrarse en el misterio de la jungla para buscar el elixir que le permita fundirse con su amante, en una de las escenas más empedernidamente románticas jamás vistas, impulsada por una cuidada coreografía a la que los cuerpos sensuales de Craig y Drew Starkey se prestan con absoluto deleite.

Ayuda a mantener toda esta atmósfera soñada e irreal una puesta en escena deliberadamente artificiosa, a fuerza de maquetas, decorados, trasparencias e infografía, y de una colorista y muy estilizada fotografía del internacional Sayombhu Mukdeeprom, descubierto en el cine de Apichatpong Weerasethakul (Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, Memoria) y catapultado con las películas del portugués Miguel Gomes (Las mil y una noches, Grand Tour) y los estadounidenses Ron Howard (13 vidas) y M. Night Shyamalan (La trampa). Por su parte, Daniel Craig borda su papel, lo que le ha valido entrar en las quinielas de premios del año, tanto como lo hace su compañero de reparto e incluso un engordado Jason Schwartzman. Aunque cabe preguntarse si Craig no está igual de bien en cualquiera de sus incursiones jamesbondianas, especialmente en Skyfall, y todo esto de los premios y reconocimientos no responda más que a otro cliché.

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