3 de agosto de 2012
Insistimos en la oportunidad que nos brindan estas noches estivales del Alcázar para disfrutar de propuestas frescas y originales, con singulares combinaciones instrumentales que demandan de la trascripción para provocar experiencias sensoriales diversas y a menudo satisfactorias.
La presentación del grupo formado en Sevilla hace siete años, Ausdruck Trio, vino a confirmar esta tendencia, y con María Barrio erigida en elocuente y desenvuelta portavoz, se decantaron por invocar a las ninfas de la seducción desde la entrada por detrás y sin amplificación del solo de flauta entonando el Srynx de Debussy, el gran homenajeado de este año en el que se celebra su 150 aniversario sin que ninguna otra iniciativa lo haya tenido en consideración.
Se trataba de hacer perceptible la influencia del impresionismo francés en la música que aquí cultivaban Granados, Albéniz o Falla. Barrio exhibió en la flauta travesera una enorme sensualidad, melodiosidad, equilibrio y control técnico. Gregori dotó a su violín de evidente sedosidad y elegante articulación en piezas como Sevilla o la Sonata nº 5 de Ysaye, a pesar de algún desajuste cuando atacaba en pianissimo. Y Mohedo compensó algunos pasajes ásperos con otros de sugerente ampulosidad. Aunque a veces acusaron falta de cohesión, estuvieron especialmente compenetrados sobre todo en pasajes arpegiados, logrando unas encantadoras versiones de obras en su mayoría concebidas para piano. De entre piezas de enorme arraigo popular destacaron la Canción árabe de Granados o los dos números elegidos de los Epitafios antiguos de Debussy, uno de ellos invocando con éxito un agradable viento de estío.
Crítica publicada en El Correo de Andalucía el 6 de julio de 2012
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