Dirección Seth MacFarlane Guión Seth MacFarlane, Alec Sulkin y Wellesley Wild Fotografía Michael Barrett Música Walter Murphy Intérpretes Mark Wahlberg, Mila Kunis, Patrick Warburton, Giovanni Ribisi, Joel McHale, Matt Walsh, Jessica Barth, Laura Vandervoort y las voces de Seth MacFarlane (versión original) y Santi Millán (versión doblada al castellano) Estreno en España 10 de agosto de 2012
Los hermanos Farrelly han hecho mucho mal a la comedia americana, embruteciéndola y vulgarizándola hasta límites insospechados en una cinematografía que vio crecer la elegancia y el glamour de la mano de Cukor, Hawks, Sturges, Leisen, Wilder, Quine o Edwards. Vale que este argumento crítico está muy trillado, pero resulta significativamente más relevante cuando nos estamos refiriendo a una película que en esencia imita los cánones de la comedia clásica americana, evidente además en una banda sonora de inconfundible sabor a swing compuesta por quien hace treinta y cinco años triunfara en las pistas de baile con su versión disco de la Quinta Sinfonía de Beethoven, popularizada en Fiebre del sábado noche. Hay además secuencias, como la desternillante de la fiesta con suculento cameo de Sam “Flash Gordon” Jones incluido, deudoras del mejor screwball norteamericano. Otros cameos interesantes los protagonizan la cantante Norah Jones y un Ryan Reynolds en plan fantasía homoerótica. De cualquier modo si algún riesgo ha corrido su artífice, Seth MacFarlane, creador de la exitosa serie animada de televisión Padre de familia, que también se encarga de ponerle voz al osito de peluche protagonista en su versión original, es el de atraer al público infantil con un producto muy poco recomendable para él, tengan por lo tanto cuidado los padres porque el osito se las trae. Siguiendo con la moda imperante abundan los chistes de pedos, el mal gusto, el humor escatológico, los tópicos sobre la amistad y la pareja, la mujer caprichosa y castradora, el matrimonio como único final feliz a una historia de amor perdurable, la madurez como meta inevitable y aconsejable en todo caso… y luego está el doblaje, que se encarga del resto: Falete, Belén Esteban, Verano Azul y otras perlas están presentes en la libertina traducción del libreto original, como cuando en una película de los hermanos Marx de los 30 les oíamos cantar Maria de West Side Story, compuesta en 1956, o nombrar a Brigitte Bardot en la versión emitida en castellano por televisión. A pesar de todo hay destellos de ingenio en esta película, talento aunque mal aprovechado y momentos desternillantes entre absurdos y sorprendentes, pero en un conjunto destinado a públicos previamente adocenados e idiotizados, incapaces de distinguir méritos entre tanta zafiedad y vulgaridad. Sus ingeniosos y ocurrentes títulos de crédito hacían presagiar otra cosita.
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