Martha Graham en "Lamentation" |
Hace veintidos años desde la desaparición de Martha Graham, en los que su Compañía ha mantenido vivo y activo su legado, profundizando en su técnica y estilo con nuevas coreografías y sin perder nunca de vista el pasado de quien ha sido y es una de las figuras más icónicas e influyentes de la danza en el siglo XX. Eso constató su paso por el Festival de Itálica de este año, donde se ha presentado con dos programas distintos, uno especialmente creado para el Teatro Romano, con temática mitológica, y el otro girando alrededor de algunos de los momentos más recordados de la bailarina y coreógrafa estadounidense, que es el que nos ocupa.
Lamentation se erigió en pilar fundamental del espectáculo propuesto la noche del viernes, su primera comparecencia ante el público sevillano después de un buen puñado de años. La pieza, de mediados de los años 20, expresa todo el dolor y la angustia padecido por una mujer como consecuencia de algún episodio dramático; un reflejo del dolor humano y la conciencia desesperada. Como ella misma relata en la banda sonora de unas variaciones sobre el tema que fueron encargadas a tres prestigiosos coreógrafos actuales para conmemorar el sexto aniversario del atentado de las Torres Gemelas, también presentado en este singular espectáculo, Lamentation provocó en su estreno el llanto por fin roto de una admiradora cuya trágica pérdida de su pequeño hijo a consecuencia del atropello de un camión, en presencia de la madre, no obtuvo consuelo hasta presenciar la catárquica e incluso grotesca coreografía de Graham. El acompañamiento musical de esa variación obra de Bulareyaung Pargalava a cargo de una de las Canciones del viajero errante de Mahler potenció la conmoción que ya provocaba la pieza original. El trabajo de toda la compañía en la tercera de estas variaciones, esta vez con coreografía de Larry Keigwin, se antojó deudora del estilo igualmente icónico de otra de las grandes del pasado siglo, Pina Bausch.
Diversion of Angels |
En el espectáculo se alternaron coreografías clásicas y legendarias de la Graham con otras de nueva concepción, siguiendo siempre las pautas y directrices de su particular estilo. Diversion of Angels, una reflexión sobre los distintos estados del amor experimentados por la mujer en la adolescencia, la plenitud y la madurez, evidenció algo sorprendente, la irregular sincronización de bailarines y bailarinas, algo insólito en la disciplina de baile, cualquiera que sea el género, a la que nos tienen acostumbrados los americanos; así como una evidente falta de equilibrio en momentos puntuales del espectáculo, lo que nos hizo pensar quizás que a Itálica no vinieron las primeras figuras de la compañía. Sin embargo la presencia de Denise Vale, asesora artística, que tuvo la amabilidad de introducir cada coreografía con ese didactismo que tanto caracteriza a los estadounidenses; y sobre todo la de Katherine Crockett, uno de los pilares del cuerpo de baile de la compañía, desmintió esa impresión.
Katherine Crockett |
Crockett se encargó de recrear esa Lamentación alrededor de la cual giró el espectáculo, así como la segunda variación en solitario, obra de Richard Move y la magnífica introducción de la pieza final, Chronicle, realzada pero también dificultada por el vestuario. Esa última pieza, estrenada en 1936, está inspirada en el auge del fascismo en Europa, y especialmente en la Guerra Civil Española, y su tercera y última parte, Steps in the Street, supone otra de las cimas del arte de la legendaria coreógrafa. Antes hubo un encantador dúo en Moon de 1952, y una pieza de Luca Veggeti estrenada hace solo unos meses en Nueva York, From the Grammar of Dreams, quizás la más irrelevante y anodina de las presentadas, con solo mujeres sobre el escenario, en algunas de las cuales se evidenció cierta falta de flexibilidad y agilidad. La ilustración musical de la finlandesa Kaija Saariaho se reveló muy en la línea de ese neoclasicismo influido por corrientes jazzísticas y latinas tan típico de la música americana de los años 40 y 50, como antes comprobamos también en la música de Norman Dello Joio para Diversion of Angels. En definitiva, un viaje tan didáctico como revelador por la trayectoria de la gran coreógrafa y bailarina norteamericana y el legado perpetuado por la compañía que tributa su nombre, ideal tanto para introducirse en su trabajo como para rememorarlo.
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