Reino Unido 2021 117 min.
Guion y dirección John Michael McDonagh, según la novela de Lawrence Osborne Fotografía Larry Smith Música Lorne Balfe Intérpretes Ralph Fiennes, Jessica Chastain, Saïd Taghmaoui, Matt Smith, Caleb Landry Jones, Christopher Abbott, Mourad Zaoui, Ismael Kanater, Marie-Josée Croze, Alex Jennings, Abbey Lee, Anas El Baz, Omar Ghazaoui Estreno en el Festival de Toronto 11 septiembre 2021; en España 22 julio 2022; en Reino Unido previsto 2 septiembre 2022
Hace un siglo eran muchos los autores, predominantemente británicos, que se interesaban en sus novelas por el contraste cultural entre Oriente y Occidente, fuertemente potenciado por la huella del colonialismo imperante. Esa misma fuerza se mantiene hoy en día con el agravante de persistir aun después de muchas décadas de independencia, lo que demuestra lo indeleble que puede llegar a ser una influencia tan caótica como la ejercida sobre distintas culturas, que lejos de acercar provoca mayor distanciamiento y reafirmación de una propia singularidad. Algo que probablemente ha influido también en ese mismo extremismo religioso que se ha encargado así mismo de resaltar dichas diferencias y que en esta película basada en una novela de Lawrence Osborne se refleja de forma tan efectiva como inquietante, acaso incluso con algo de tosquedad para que todo quede bien claro.
John Michael McDonagh abandona el tono casi de comedia que caracterizaban sus anteriores trabajos, como Calvary o El irlandés, y se sumerge en un intenso thriller más cerca del puro drama, con resultados bastante satisfactorios y retorcidos desde el punto de vista moral y ético. Propone una fábula en la que un desgraciado incidente mal gestionado provoca un choque de culturas y algún ajuste de cuentas que permite a Ralph Fiennes componer un personaje extraordinario desde el punto de vista dramático, cuya incertidumbre y hasta miedo inicial se ve tan bien reflejado como el proceso de aprendizaje de una sorprendente y trágica lección.
Mientras tanto la cinta no escatima en ridiculizar la prepotencia occidental, esa ansia de disfrute, control y dominio de perfiles casi dionisíacos que enfrenta una comunidad sencilla, oprimida y decepcionada con otra despreocupada, presuntamente inmoral y éticamente desgastada. Nada sería igual sin la aportación también de Jessica Chastain, tan acertada en su muy delicado papel, con el que debe transmitir ese punto justo de hipocresía que representa al conjunto de invitados a una fiesta en pleno desierto marroquí, que se perfila así de nuevo como el lugar idóneo tanto para desatar pasiones como para provocar heridas y dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario