lunes, 4 de noviembre de 2024

ANORA El Uno, dos, tres de los nuevos tiempos

USA 2024 138 min.
Guion y dirección
Sean Baker Fotografía Drew Daniels Música Matthew Hearon-Smith Intérpretes Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yuriy Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Ivy Wolk, Lindsey Normington, Darya Ekamasova, Aleksey Serebryakov Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2024; en Estados Unidos 18 octubre 2024; en España 31 octubre 2024

Después de varios títulos más o menos marginales, The Florida Project y Red Rocket entre ellos, para Sean Baker la Palma de Oro conseguida en Cannes con ésta su nueva película puede catapultarle definitivamente al estrellato y hacer esperar de él nuevas satisfacciones en un futuro inmediato. Anora nos sugiere, sin embargo, una puesta al día de un clásico de la comedia norteamericana de los primeros sesenta del siglo pasado, Uno, dos, tres de Billy Wilder. Baker retrata aquí la nueva oligarquía mafiosa y macarra rusa como Wilder hacía con el oportunista y decepcionante comunismo que se proclamaba en los albores de la Guerra Fría. Ha sustituido al director en Berlín de la Coca-Cola por un representante armenio de una rica familia rusa en Nueva York, y a la joven y alocada hija del empresario del refresco por el joven y alocado hijo del oligarca, aunque el signo de los tiempos obligue a que sea la madre quien lleve las riendas de los negocios y los entresijos de la familia. El idealista comunista que se deja vender por el lujo y la nobleza se encuentra ahora personificado por la stripper que sueña con progresar en sociedad cual Cenicienta no tan ingenua y con mucho carácter.

Baker pone el ritmo trepidante que se erigía en principal demostración de estilo en el mítico título de Wilder, añadiendo más rock ‘n roll a una aventura que se ambienta entre clubs nocturnos al ritmo de tecno, antros de prostitución y suntuosas mansiones de dudoso gusto. Es el signo de los tiempos, el de los grandes y desprejuiciados empresarios rusos que apoyan al sanguinario Putin, las y los jóvenes que buscan su futuro en el camino fácil y el uso de sus cuerpos, como tantos y tantas hacen en programas televisivos de fama rápida y efímera, y los secuaces al servicio del poderoso que se desviven por corregir lo que resulta incómodo e inconveniente, como esos tres emisarios soviéticos enviados para averiguar la fórmula del refresco, aquí gángsters de poca monta dispuestos a resolver el problema del armenio antes de que aterricen sus amos.

El ritmo frenético viene aderezado por un sinfín de insultos y palabras malsonantes, escenas subidas de tono y las entregadísimas interpretaciones de su elenco protagonista. Mikey Madison pone literalmente toda la carne en el asador. La vimos episódicamente en Érase una vez en Hollywood, como secundaria en el reboot de Scream y fue protagonista de la inédita entre nosotros All Souls. El ruso de nacimiento Mark Eydelshteyn borda su papel de niñato caprichoso, egoísta y de imposible acento, mientras Yuriy Borisov, protagonista de Compartimento nº 6, pone la nota sentimental con ojitos tiernos, y Karren Karagulian personifica la mejor tradición del secundario cómico artesano y profesional, tan habitual en el cine estadounidense clásico.

JURADO Nº 2 Una cuestión de dignidad

Título original: Juror #2
USA 2024 117 min.
Dirección
Clint Eastwood Guion Jonathan A. Abrams Fotografía Yves Bélanger Música Mark Mancina Intérpretes Nicholas Hoult, Toni Collette, J.K. Simmons, Kiefer Sutherland, Chris Messina, Zoey Deutch, Cedric Yarbrough, Gabriel Basso, Leslie Bibb, Adrienne C. Moore, Drew Scheid, Hedy Nasser, Amy Aquino, Chikako Fukuyama, Francesca Eastwood Estreno en España 31 octubre 2024; en Estados Unidos 1 noviembre 2024

Cada nueva película de Clint Eastwood es un regalo para quienes amamos el cine clásico, de hechuras tradicionales y narrativa clara y precisa. Parece que ésta sea la forma elegida por el veterano director para seguir en contacto con los y las más jóvenes, con un pie en la tierra, realista y consecuente con lo que le rodea. De hecho, en Jurado nº 2 dirige el guion de un novel, Jonathan A. Abrams, que sobre el papel podría parecer poco creíble o demasiado confiado a la casualidad, pero que en las manos expertas de Eastwood se convierte en un apasionante thriller cargado de tensión e intriga, sin menospreciar un libreto en el que abundan buenos diálogos y una más que certera caracterización de personajes.

Como si de una revisión del clásico de Lumet Doce hombres sin piedad se tratara, también aquí su protagonista, un Nicholas Hoult tan alto y elegante como Henry Fonda, se apoya en la duda razonable para convencer al resto de sus compañeros y compañeras de la necesidad de no dejarse llevar por las prisas o las conveniencias y reflexionar sobre la oportunidad o no de condenar un reo a cadena perpetua. Juega aquí un factor tan delicado y tan de actualidad como la violencia doméstica, si bien Eastwood parece más interesado en poner en solfa el sistema judicial norteamericano, y quién sabe si del resto del mundo. Destaca en este sentido el personaje de Toni Collette, una fiscal con ambiciones a quien el sentido de la dignidad le llevará a ser sincera consigo misma y la comunidad, todo un ejemplo de ética y moralidad de esos que abundan en el cine del director de Million Dollar BabyNo tiene escapatoria el protagonista, que se decanta por una tercera vía para resolver su problema y el de la persona a la que están juzgando, ambos quizás víctimas de un sistema más ensimismado en la ley escrita, la jurisprudencia y el derecho consuetudinario que en el sentido común en su acepción más estricta.

Todo esto lo conjuga el incombustible Eastwood con su habitual maestría, con la humildad necesaria para no caer en el adoctrinamiento ni la sentencia fácil, y con la habilidad que le proporcionan tantos años delante y detrás de las cámaras. Todo lo cual hace que en su estilo nada falte ni sobre, el trabajo de protagonistas y secundarios, y vaya si aquí los hay, sea preciso y contundente, y todo lo demás contribuya desde la sobriedad y la depuración a lograr otro film ejemplar de un director que ya no necesita demostrar nada, sólo seguir en la profesión como mero vehículo para sentirse vivo y hacérnoslo sentir a nosotros y nosotras.

sábado, 2 de noviembre de 2024

SALVE MARÍA Terror maternal

España 2024 111 min.
Dirección
Mar Coll Guion Mar Coll y Valentina Viso, según la novela “Las madres no” de Katixa Agirre Fotografía Nilo Mur Música Zeltia Montes Intérpretes Laura Weissmahr, Oriol Pla, Giannina Frutero, Magali Heu Estreno en el Festival de Locarno 8 agosto 2024; en salas 31 octubre 2024

Una de las muchas cosas que el feminismo lucha por cambiar justa y merecidamente es el tan cacareado concepto que se tiene del instinto maternal, algo que siempre se ha considerado como consustancial a nuestra propia naturaleza en lo que no ha sido sino otra artimaña más del poder para controlar y tenerlo todo perfectamente sistematizado y ordenado en favor de ciertos intereses. Sin discutir la verdad que detrás de todo esto pueda subyacer, y que tantas veces queda demostrado en estudios y ensayos con animales, no cabe duda de que tampoco se trata de una regla general e inatacable, que cualquiera que no comulgue con ella, y perdonen por el uso de otro término heredado del adocenamiento católico, debe ser automáticamente considerado o considerada marginal y extraño, por ser suaves. Cada vez son más las voces que se alzan contra el sistemático convencimiento de que niños y niñas son asuntos de sus madres. Leyes y costumbres se van haciendo eco de esta reivindicación, mientras productos como éste hacen todavía más hincapié en la materia.

Mar Coll, que alcanzó cierto reconocimiento con su ópera prima Tres días con la familia, que perpetuó con Todos queremos lo mejor para ella y la miniserie Matar al padre, consigue con esta adaptación de la intrigante y absorbente novela de Katixa Agirre, su mejor y más fascinante película. Es verdad que la excelente y perturbadora música de Zeltia Montes contribuye sobremanera a otorgar al conjunto el aire de thriller, casi de película de terror, que la película acuña. Pero también lo es que al éxito de la empresa contribuye la presencia de su intrigante protagonista, una Laura Weissmahr que tras varios papeles secundarios esperamos por fin logre la carrera protagónica que merece, y que justamente se le ha reconocido con el premio a la mejor actriz conseguido en Valladolid.

Por eso y mucho más, Salve María se convierte en una de las cintas más estimulantes de la actual cartelera, un recorrido sensual y psicológico por la mente de una madre no preparada para serlo, muy a su pesar posiblemente, y que sufre la particular infancia de su bebé, que no es precisamente el camino de rosas que tanto se nos anuncia para perpetuar ese ejercicio autoconsciente de egoísmo y absoluto narcisismo en el que hemos convertido la aventura de ser padres, tras siglos considerándolo una consecuencia y condición natural de supervivencia. Como curiosidad, comprobar la habilidad de Nilo Mur, actor en películas como la entrañable Héctor de Gracia Querejeta, reconvertido en eficaz director de fotografía.

ESCAPE Alma libre

España 2024 129 min.
Dirección
Rodrigo Cortés Guion Rodrigo Cortés y Enrique Rubio Fotografía Rafa García Música Víctor Reyes Intérpretes Mario Casas, Anna Castillo, Guillermo Toledo, Josep Maria Pou, Blanca Portillo, José Sacristán, José García, David Lorente, Juanjo Puigcorbé, Zulema Santana, Albert Pla Estreno en el Festival de San Sebastián 27 septiembre 2024; en salas 31 octubre 2024

Rodrigo Cortés no se ha conformado nunca con hacer un cine convencional. Ha buscado siempre rizar el rizo y atreverse con el más difícil todavía, ya desde sus inicios con Concursante, especialmente después con la desasosegante Enterrado, la más sofisticada Luces rojas, y sobre todo con su mejor película hasta la fecha, El amor en su lugar, donde la combinación de romanticismo, holocausto, aventura y teatro musical se producía de forma refrescante y natural. En Escape ha contado con la inestimable producción de Martin Scorsese, quien parece estar absolutamente conforme con el resultado final. Quizás sea por su vocación eminentemente desquiciada y surrealista, que lleva a su atormentado protagonista a buscar como única vía de escape a una existencia para él del todo inútil y desesperanzada, el ingreso en la cárcel y su disposición absoluta a quien lo desee, como única forma de abrazar una vida completamente pasiva, libre de cualquier tipo de decisión y responsabilidad.

Cortés echa mano para tan surrealista propuesta de un lenguaje visual y literario tan sofisticado como el de sus anteriores producciones, una puesta en escena precisa y un elenco en el que más de un actor y actriz se pierde de manera inmisericorde. Aun así se puede disfrutar de una primera hora en la que se hacen las presentaciones oportunas y se allana el espacio para lo que habrá de venir, que en su segunda hora se convierte en una aventura tan decepcionante como intrascendente, perdiendo prácticamente todo el interés que pudiera haber cosechado en sus preliminares. Todo esto distribuido en tantos capítulos como enanitos en versión Disney acompañaban a la sosa Blancanieves, algo que merecería un análisis más concienzudo, trazando en su camino un supuesto análisis sobre la inutilidad de nuestra existencia, la cantidad de emociones y responsabilidades que nos echamos sobre nuestras espaldas, y el mundo tan a menudo irracional en el que nos movemos. Demasiada ambición, que como ya sabemos suele derivar en pretenciosidad y decepción.

Mario Casas se empeña una vez más en demostrar que es un actor todo terreno, capaz de afrontar las misiones más extremas, cayendo a menudo en la sobreactuación pero convenciendo en líneas generales con un exhaustivo y exhausto trabajo físico, mientras Anna Castillo se lo toma con más alegría y desenfado y el resto del reparto cumple sin más, aunque no por ello podemos dejar de destacar el divertido trabajo de José Sacristán, convenciendo de que a su edad todavía puede interpretar a un profesional en activo, genio y figura en toda regla. Mención especial al meritorio trabajo de Víctor Reyes, después del ingente trabajo de recuperación estilística que hizo para adaptar su música al texto de la anterior película de Cortés, y que aquí opta por un lenguaje minimalista encabezado por una arrebatada alteración del Así habló Zaratustra de Strauss.