USA 2010 113 min.
Dirección John Madden Guión Matthew Vaughn, Jane Goldman y Peter Straughan, según el guión original de Assaf Bernstein e Ido Rosenblaum para la película "Ha-hov" Fotografía Ben Davis Música Thomas Newman Intérpretes Helen Mirren, Sam Worthington, Jessica Chastain, Jesper Christensen, Marton Csokas, Tom Wilkinson, Ciarán Hinds
Estreno 8 septiembre 2011
Remake americano de una película israelí de 2007 que toma como base un caso de espionaje internacional del Mossad, una misión de ajuste de cuentas con un nazi, para centrarse en temas como el honor, la justicia y los sentimientos. Madden, que siempre será recordado por los goles que logró meter con su discutible Shakespeare in Love, maneja un guión sobre el papel interesante, unos personajes con fuerza y unos recursos técnicos y artísticos holgados, con soltura y buen oficio pero sin ingenio ni talento. La suya es una dirección fría, centrada quizás demasiado en la sordidez de sus planteamientos y descuidada en la plasmación de los sentimientos que una historia tan rica como la que propone. No en vano nos encontramos ante un triángulo sentimental en dos tiempos, pasado y casi presente, que no logra calar en el espectador, quedándose en un simple entretenimiento sin apenas hondura, a pesar de los acontecimientos tan graves y dolorosos que plantea. Las interpretaciones son correctas, si bien creemos que se ha cometido un error de casting al adjudicar el mismo papel a Sam Worthington (joven) y Ciarán Hinds (maduro) y a Marton Csokas (joven) y Tom Wilkinson (maduro), que quizás se hubiera resuelto intercambiándolos. Quien más sobresale del reparto es Jesper Christensen, a quien pronto veremos en Melancolía de Lars Von Trier, encarnando a un cirujano asesino de las SS, con una perturbadora mezcla de perversidad y cierto atisbo de humanidad. Jessica Chastain, que pronto logrará popularizarse con El árbol de la vida y Criadas y señoras, realiza un trabajo esforzado, y Helen Mirren logra insuflar de intriga e inquietud a la cinta con su breve pero intenso protagonismo. Lástima porque con estos ingredientes John Madden debiera haber conseguido una cinta más que estimable, que se queda sin embargo en un mero entretenimiento, de ritmo irregular y resolución un poco farragosa.
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