Título original: The Girl with the Dragon Tattoo
USA-Suecia-Reino Unido-Alemania 2011 158 min.
Dirección David Fincher Guión Steven Zailian, según la novela de Stieg Larsson
Fotografía Jeff Cronenweth Música Trent Reznor y Atticus Ross Intérpretes Daniel Craig, Rooney Mara, Stellan Skarsgard, Christopher Plummer, Robin Wright, Steven Berkoff, Joely Richardson, Yorick Van Wageningen, Geraldine James
Estreno en España 13 enero 2012
No se trata exactamente de un remake; no olvidemos que las adaptaciones suecas de las novelas de su compatriota se realizaron para la televisión, si bien se estrenaron en salas de cine. Además Steven Zailian, prestigioso guionista (La lista de Schindler) y realizador (En busca de Bobby Fischer, a la que Fincher hace un guiño en su película), no se ha basado en el film estrenado hace dos años, sino directamente en el original escrito por Stieg Larsson, al que a juzgar por las diferencias encontradas respecto a la cinta de Niels Arden Oplev, se le han añadido detalles de cosecha propia. Pero lo de menos es si se trata o no de un remake, o de si es oportunista (hay que tener en cuenta que para que una película triunfe en Estados Unidos, y no sólo en circuitos minoritarios, tiene que estar hablada en inglés, y como allí no se dobla hay que rodarla de nuevo). Lo importante es que nos encontramos ante un impresionante y excelente film en la más pura tradición del género negro norteamericano, pero que a la vez se adapta perfectamente al estilo gélido nórdico, más incluso que el film sueco, que adoptaba curiosamente maneras técnicas y narrativas más propias del cine norteamericano. Fincher, que ya ha abordado con éxito el subgénero de asesinos en serie, con títulos tan notables como Seven y Zodiac, se perfilaba a priori como elección perfecta para abordar este éxito literario, y no ha defraudado. Capta con impecable solidez e inteligencia el carácter nórdico de la trama y de los personajes, borda el ambiente malvado y malsano que impera sobre cada uno de los protagonistas y sus espacios, y atrapa al espectador de principio a fin a lo largo de sus más de dos horas y media de duración. Minuciosa en la recreación de ambientes, fotografiados con elocuentes tonos grises, azules y naranjas, según espacio y temperamento, y con un ritmo narrativo que no decae en ningún momento, destaca también por el excelente trabajo interpretativo de sus protagonistas, logrando con todos estos ingredientes que la trama se deguste como si se tratase de la primera vez. Con todo se echan en falta los aspectos religiosos denunciados en el libro y la adaptación televisiva; y la capacidad demostrada en el film sueco para retratar el ambiente sórdido de una típica familia rica nórdica, algo en lo que nuestros vecinos bálticos son expertos, no tiene réplica exacta en el film de Fincher, que no obstante se erige como perfecto mecanismo de relojería y film muy disfrutable en todos los aspectos.
Fotografía Jeff Cronenweth Música Trent Reznor y Atticus Ross Intérpretes Daniel Craig, Rooney Mara, Stellan Skarsgard, Christopher Plummer, Robin Wright, Steven Berkoff, Joely Richardson, Yorick Van Wageningen, Geraldine James
Estreno en España 13 enero 2012
No se trata exactamente de un remake; no olvidemos que las adaptaciones suecas de las novelas de su compatriota se realizaron para la televisión, si bien se estrenaron en salas de cine. Además Steven Zailian, prestigioso guionista (La lista de Schindler) y realizador (En busca de Bobby Fischer, a la que Fincher hace un guiño en su película), no se ha basado en el film estrenado hace dos años, sino directamente en el original escrito por Stieg Larsson, al que a juzgar por las diferencias encontradas respecto a la cinta de Niels Arden Oplev, se le han añadido detalles de cosecha propia. Pero lo de menos es si se trata o no de un remake, o de si es oportunista (hay que tener en cuenta que para que una película triunfe en Estados Unidos, y no sólo en circuitos minoritarios, tiene que estar hablada en inglés, y como allí no se dobla hay que rodarla de nuevo). Lo importante es que nos encontramos ante un impresionante y excelente film en la más pura tradición del género negro norteamericano, pero que a la vez se adapta perfectamente al estilo gélido nórdico, más incluso que el film sueco, que adoptaba curiosamente maneras técnicas y narrativas más propias del cine norteamericano. Fincher, que ya ha abordado con éxito el subgénero de asesinos en serie, con títulos tan notables como Seven y Zodiac, se perfilaba a priori como elección perfecta para abordar este éxito literario, y no ha defraudado. Capta con impecable solidez e inteligencia el carácter nórdico de la trama y de los personajes, borda el ambiente malvado y malsano que impera sobre cada uno de los protagonistas y sus espacios, y atrapa al espectador de principio a fin a lo largo de sus más de dos horas y media de duración. Minuciosa en la recreación de ambientes, fotografiados con elocuentes tonos grises, azules y naranjas, según espacio y temperamento, y con un ritmo narrativo que no decae en ningún momento, destaca también por el excelente trabajo interpretativo de sus protagonistas, logrando con todos estos ingredientes que la trama se deguste como si se tratase de la primera vez. Con todo se echan en falta los aspectos religiosos denunciados en el libro y la adaptación televisiva; y la capacidad demostrada en el film sueco para retratar el ambiente sórdido de una típica familia rica nórdica, algo en lo que nuestros vecinos bálticos son expertos, no tiene réplica exacta en el film de Fincher, que no obstante se erige como perfecto mecanismo de relojería y film muy disfrutable en todos los aspectos.
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