Jan Milosz Zarzycki |
Coincidieron el viernes el estreno de la excelente película Los niños salvajes y este último concierto de la temporada de la Orquesta Conjunta. Dos caras de una misma juventud, la de la desmotivación y falta de compromiso y la del esfuerzo y disciplina, resultado de un modelo académico a imitar ahora que nos amenazan con retrocesos en la enseñanza.
La Universidad de Música Fryderyk Chopin está muy vinculada a este proyecto, lo que se ha traducido especialmente en este concierto de cierre del curso, con Jan Milosz Zarzycki, uno de sus más destacados miembros, como director y una partitura del rector, Stanislaw Moryto, en el programa. Probablemente Juan Gª Rodríguez dejara bien atado este concierto que él mismo dirigirá el 8 de junio en el patio del Conservatorio, pero en su puesta de largo debió faltar complicidad entre Zarzycki y la orquesta, a la vista de unos resultados algo menos satisfactorios que en conciertos precedentes.
Concebida para conmemorar los seis siglos de la Batalla de Grunwald entre polacos, lituanos y teutones, la página de Moryto se revela arquetípica y poco inventiva, pero destaca en brío y color, tal como lo entendieron los jóvenes intérpretes. Fco. Javier Martín brilló en virtuosismo, musicalidad y una muy personal puesta en escena como solista en el concierto de Weber, si bien aún debería limar algunos desajustes técnicos. El conjunto exhibió más cuerpo y energía que elegancia en una interpretación luminosa de la última sinfonía de Haydn, no exenta de aspereza e indefinición en las texturas, aunque sin llegar a deslucir el entusiasmo suscitado desde su debut.
Crítica publicada en El Correo de Andalucía el 27 de mayo de 2012
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