España 2012 97 min.
Dirección Patricia Ferreira Guión Patricia Ferreira y Virginia Yagüe Fotografía Sergi Gallardo Música Pablo Cervantes Intérpretes Marina Comas, Albert Baró, Álex Monner, Clara Segura, Ana Fernández, José Luis García Pérez, Emma Vilarassau, Aina Clotet, Francesc Orella, Montse Germán, Marisol Membrillo, Lluís Villanueva, Eduardo Velasco, Mercé Pons, Xavier Ripoll Estreno 25 mayo 2012
La escueta filmografía de Patricia Ferreira se caracteriza por tratar temas graves y candentes bajo una estructura de cine de género. Una intriga psiquiátrica servía para plantear cuestiones directamente relacionadas con el terrorismo en Sé quién eres, una investigación criminal destapaba una trama de corrupción relacionada con centrales nucleares en El alquimista impaciente según la novela de Lorenzo Silva, y un drama familiar escondía heridas de guerra y diferencias de clase en Para que no me olvides. Siete años después de esta última la realizadora madrileña de origen gallego nos ofrece un intenso drama generacional. Con una inquietante intriga como hilo conductor, en esta ejemplar película la educación y las relaciones entre jóvenes y adultos son analizadas con clarividencia y una extraordinaria atención al detalle, con una producción parcialmente andaluza y cuatro premios en el Festival de Málaga, mejor película, guión, actor secundario y actriz secundaria para Aina Clotet, hermana de Marc, a quien vimos en La voz dormida. El guión de la propia realizadora y Virginia Yagüe, con quien ya colaboró en su anterior largometraje y en un segmento de En el mundo a cada rato, llega en un momento tan idóneo como es la agitación social que está provocando el gobierno frente a los terribles recortes en educación con los que nos amenaza. La ineducación, peor aún que la que padecía El pequeño salvaje de Truffaut o el Tarzán de Burroughs, como tema a tratar en una historia que nos suena mucho, ambientada en una situación caótica para la educación secundaria, con profesorado cogido de pies y manos, muchas veces impotentes a la hora de encontrar soluciones para el cada vez más problemático alumnado. Todo un universo que invita a pensar que grandes reformas son necesarias, pero al mismo tiempo advierte de la catástrofe que un paso atrás de gigante como el que se avecina puede provocar en el origen mismo de nuestra civilización, que es sin duda alguna la educación. Si esto es lo que hay con los recursos de que disponemos, qué no ocurrirá cuando esos recursos sean aún menores. La desorientación, la incapacidad para cultivar el esfuerzo, la sensación de que nada tiene importancia, se adueña de unos jóvenes sin horizonte, sin apenas ilusiones, sin referentes. Afortunadamente no siempre la realidad es así, de sobras conocemos que hay colectivos que se esfuerzan muchísimo y cuyos logros no encuentran parangón en la historia reciente, como por ejemplo las orquestas jóvenes de una calidad más que digna que han proliferado en los últimos años. No se trata tampoco de una situación aislada, aunque sus consecuencias pueden llegar a ser muy dramáticas. Ferreira encaja todas las facetas de la gravísima situación que plantea con sutileza, sin trazos gordos, con mucha naturalidad y con enorme atención hacia todos y cada uno de sus personajes, por muy secundarios que nos puedan parecer. Nada está dejado al azar; el montaje contribuye poderosamente a crear la intriga requerida, quedando todo milimétricamente diseñado para provocar el debate, revolucionar nuestras conciencias y lanzar un grito de socorro ante el drama que protagonizan tres adolescentes sumidos en una trama que a muchos y muchas nos evocarán trágicos episodios vividos recientemente, para con una estructura argumental y formal muy precisa ir tejiendo toda una inquietante historia de adultos y jóvenes que no se comprenden ni entre ellos. Una de esas películas que deberían ser de visionado obligatorio para quienes se retratan en su argumento: alumnado, profesorado, progenitores y, en definitiva, todos y todas, porque lo que está en juego es nuestra cultura, y por extensión la civilización misma, si no queremos volver a ser unos salvajes. Si se siguen haciendo películas así en nuestra comunidad, hay futuro para una industria cinematográfica en Andalucía.
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