Alemania-Canadá 2014 105 min.
Dirección Paul W.S. Anderson Guión Janet Scott Batchler, Lee Batchler y Michael Robert Johnson Fotografía Glen McPherson Música Clinton Shorter Intérpretes Kit Harrington, Emily Browning, Kiefer Sutherland, Carrie-Anne Moss, Jared Harris, Jessica Lucas, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Sasha Roiz
Estreno en España 25 abril 2014
Cuántos guionistas y con nombres tan pomposos tiene esta película para contar tan poco y de forma tan rutinaria. El cocktail de romance y catástrofe ya fue practicada con éxito por James Cameron en Titanic; mezclarlo todo ahora con Gladiator y Espartaco no haría sino que la fórmula resultase más indigesta, pero afortunadamente lo ofrecido es tan banal y tan venial que entretiene y no ofende. Pero es una lástima que se desaproveche la ocasión para hacer un espectáculo más interesante, en el que convergiesen los adelantos técnicos con las últimas investigaciones sobre la tragedia romana del Vesubio. Por el contrario la fantasía se hace dueña del espectáculo, ofreciendo una catástrofe de poca credibilidad científica, con fallos de manual de principiante y multitud de lugares comunes. En el reparto, cuyos nombres parecen adjudicados por una inmobiliaria (Ático, Casia, Atrio…), impera una sosería general, lo cual tampoco ayuda; por si fuera poco los efectos digitales resultan farragosos y poco y definidos. Pero insistimos en que como entretenimiento cumple, y tampoco podemos pedirle más al realizador de Resident Evil, Mortal Kombat y Alien vs. Predator. De entre las muchas versiones que nos han contado de la famosa erupción volcánica, destacando la de 1935 por los realizadores de King Kong, Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, y una agradable y multiestelar adaptación televisiva de 1984, ésta sea posiblemente una de las más flojitas, pero el suceso siempre acaba resultando mínimamente interesante.
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