miércoles, 4 de noviembre de 2020

JOHANN KRIEGER RENACE CON ALEJANDRO CASAL

Ciclo Made in Seville del ICAS. Alejandro Casal, clave y órgano. Programa: Presentación del disco “Krieger: Complete Harpsichord and Organ Music (Música completa para clave y órgano de Krieger)”. Espacio Turina, martes 3 de noviembre de 2020

Ayer tarde arrancó un mini ciclo que bajo el título Made in Seville recoge dos presentaciones de sendos discos de artistas radicados en la ciudad, Alejandro Casal y el guitarrista Pedro Rojas Ogáyar, cuyo turno tendrá lugar el próximo viernes 6 de noviembre. El de Casal es sin duda una valiosa pieza en torno a la música para teclado de Johann Krieger, que recoge extraordinaria música y, sobre todo, sirve a efectos arqueológicos para comprender el esplendor del Barroco alemán que protagonizaron Bach, Haendel y Telemann. Resulta relativamente fácil encontrar grabaciones de su hermano, Johann Philipp Krieger, centrado fundamentalmente en la música vocal, pero mucho más complicado encontrar en el mercado música del homenajeado por Casal.

El clavecinista sevillano compaginó naturalmente la interpretación musical y la oratoria, arte que también maneja satisfactoriamente como consecuencia de su labor como enseñante. En sus abundantes explicaciones glosó con generosidad las notas del cuadernillo del disco que también son obra suya, ayudando a situar en su contexto al compositor. Krieger fue un importante precursor de la música de Bach, junto a otros contemporáneos suyos como Muffat, Lübeck, Froberger, Pachelbel o Buxtehude. Él influyó sobre todo en lo que se refiere al arte del contrapunto y la fuga, como quedó manifiesto en una espléndida fuga a cuatro y una sensacional chacona en sol menor de la colección Anmuthige Clavier-übung, algo así como unos ejercicios graciosos para el teclado, que desgranó junto a la otra gran colección que recoge toda la obra para clave del compositor, sus Sechs Musicalische Partien (seis partitas musicales), de las que interpretó la primera en Do mayor, precedida de una Fantasía en el mismo modo. Es curioso comprobar como en éstas Krieger se pliega al estilo francés tan en boga en aquella época, con Rameau y Couperin a la cabeza, mientras en Anmuthige Clavier-übung, que engloba pieza de muy diverso carácter, como recercadas, preludios, fugas, tocatas, una fantasía y una chacona, anticipa ese estilo regio que caracterizó al instrumento cuando Johann Sebastian Bach multiplicó sus posibilidades y enriqueció su lenguaje.

Ilustre precedente de Bach

Kriger nació en Nuremberg pero recorrió el país tras las huellas de su hermano mayor, ocupando la plaza de maestro de capilla en varias casas aristocráticas hasta que se asentó en Zittau como organista y director de coro. Sus colecciones para clave se convirtieron en las primeras obras impresas del S. XVII en Alemania. Las piezas recogidas en este imprescindible doble disco de Casal se publicaron entre 1697 y 1699, aunque bien pudieron componerse una década antes. Son obras fundamentales para el aprendizaje, y de su fructífero trabajo de desarrollo de las ocho claves o modos más comunes parece que se beneficiaron Bach y Haendel, que incluso no dudaron en tomar prestados algunos de sus sujetos para incluirlos en importantes obras de sus cosechas; de hecho sus preludios, breves y de carácter variado, parecen presagiar el Clave bien temperado de Bach. La chacona que Casal interpretó en directo con su proverbial agilidad en la digitación y su habitual buen gusto, se resuelve en veintinueve variaciones virtuosísticas y muy imaginativas, un hermosísimo ejemplo de la música alemana del diecisiete.

Instrumentos muy singulares

La música para teclado de entonces podía ser interpretada indistintamente al clave o al órgano, dependía del gusto personal del intérprete, como así hace Casal en su disco, salvo que se indicara expresamente el uso del pedal, en cuyo caso su destino era el segundo, como el Preludio en la menor o las dos tocatas, que Casal desgranó en un órgano de su colección, al igual que el clave que Andrea Restelli construyó en 2007 a partir de un original de Christian Vater de 1738 cuyo único ejemplar se conserva actualmente en el Museo Nacional de Nuremberg. Este mismo clave utilizado en la grabación es el que Casal utilizó para su presentación en la Sala Turina. Por el contrario, el órgano empleado en la grabación pertenece a la Catedral de Faro en Portugal, un valioso instrumento construido por Johann Heinrich Hulemkampf en 1715 y renovado en 1767 por Pasquale Oldovini, cuyas frondosas ilustraciones de carácter oriental sirvieron además para la portada del cuadernillo de este disco que el clavecinista habitual colaborador de las orquestas Barroca y Sinfónica de Sevilla, agitador musical de la ciudad, docente y colaborador en multitudes de iniciativas culturales sevillanas, grabó en el espacio Santa Clara y la Catedral de Faro entre noviembre de 2018 y mayo de 2019. Sin duda una joya que merece deleitarse en toda su amplitud y constituye un instrumento impagable para estudiar y conocer la música alemana de la época y su influencia en los grandes maestros del espléndido Barroco tardío alemán.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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