martes, 24 de noviembre de 2020

LA VIDA POR DELANTE Cariño maternofilial

Título original: La vita davanti a sé
Italia 2020 94 min.
Dirección
Edoardo Ponti Guion Ugo Chiti, Edoardo Ponti y Fabio Natale, según la novela de Romain Gary Fotografía Angus Hudson Música Gabriel Yared Intérpretes Sophia Loren, Ibrahima Gueye, Renato Carpentieri, Abril Zamora, Babak Kaeimi, Massimiliano Rossi, Iosif Diego Estreno en Internet 13 noviembre 2020 

Poco han debido cambiar las cosas en el drama de la inmigración para que una novela publicada hace cuarenta y cinco años siga teniendo vigencia hoy en día. Romain Gary fue escritor y diplomático francés de origen lituano muy ligado a la actriz Jean Seberg, que fue su esposa y protagonista de un par de largometrajes dirigidos por él, y autor de la famosa novela autobiográfica La promesa del alba, dos veces llevada al cine, por Jules Dassin en 1970 y por Eric Barbieri en 2017. En 1975 escribió La vida ante sí, que es como se tituló en su momento en nuestro país, lo que hubiera evitado repetir ahora el título de la famosa película que dirigió y protagonizó Fernando Fernán Gómez de 1958, en la que describe el despertar a la crudeza de la vida de un niño inmigrante musulmán, que es acogido por una vieja prostituta en los suburbios de París.

La acción de la novela, que contiene multitud de datos autobiográficos y ganó el prestigioso Premio Goncourt, se traslada ahora a Nápoles de la mano del hijo de Sophia Loren y Carlo Ponti en el que es su segundo largometraje. Su anterior trabajo fue precisamente una adaptación en cortometraje de La voz humana de Cocteau protagonizada también por su madre. A este cariño maternofilial debemos la recuperación de la legendaria actriz, que aquí muestra su vejez sin tapujos pero demostrando que sigue siendo una señora espléndida. Hay más cariño en este particular que en la relación que se entabla entre Madame Rosa y Momo, los dos marginados protagonistas de la función, cuya química no llega a funcionar a pesar del impecable trabajo de la veterana actriz. Su presencia y haber sido terminada durante el confinamiento pandémico son seguramente los mayores alicientes de una película que no acaba de encontrar el tono ni la emoción justas.

Su joven protagonista no logra enganchar ni con su mirada ni con la descripción que ha recibido su personaje, más atento al pillaje, como si de un personaje dickensiano se tratara, mal encarado y radicalmente antipático, que proclive a ayudar a su mentora y cultivar con ella esa relación entrañable que se apunta. Falta tensión y ritmo en el conjunto, y la mayoría de sus episodios y personajes quedan notablemente desdibujados, a pesar de los buenos recursos con los que ha contado la producción, lo que hace que su intento de recuperar la atmósfera del neorrealismo italiano quede en mera anécdota. Sin duda su mayor encanto reside en volver a disfrutar de Sophia Loren y vislumbrar con este esbozo la riqueza humana y emocional que expide su original literario. Como curiosidad, la eternamente nominada al Oscar Diane Warren ha compuesto la canción original que canta Laura Pausini.

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