MATILDA, DE ROALD DAHL: EL MUSICAL Tan aparatoso como insustancial

Título original: Roald Dahl’s Matilda: The Musical
Reino Unido-USA 2022 117 min.
Dirección Matthew Warchus Guion Dennis Kelly, según la novela de Roald Dahl Fotografía Tat Radcliffe Música Tim Minchin Intérpretes Alisha Weir, Emma Thompson, Lashana Lynch, Stephen Graham, Andrea Riseborough, Sindhu Vee, Carl Spencer, Lauren Alexandra, Winter Jarrett-Glasspool, Andrei Shen Estreno en Reino Unido 25 noviembre 2022; en Netflix 25 diciembre 2022

La adaptación que del cuento de Roald Dahl Matilda hizo y protagonizó Danny DeVito en 1996 no fue precisamente un éxito de taquilla, pero sus indiscutibles virtudes la convirtieron ipso facto en una película de culto. En 2011 saltó a los teatros del West End londinense en forma de musical de la mano del compositor y letrista Tim Minchin, y en dos años ya encabezaba los estrenos de Broadway. También ha llegado a Madrid, donde se representa actualmente con considerable éxito.

Su responsable en Londres lo es también de su adaptación cinematográfica. El currículo de Matthew Warchus incluye Círculo de engaños, un drama de intriga con reparto estelar (Sharon Stone, Nick Nolte, Jeff Bridges y Albert Finney) y Pride, una tragicomedia a mayor gloria del orgullo gay. Matilda es su tercera y, a nuestro juicio, fallida película. Lo es porque simplifica mucho el diseño de personajes, especialmente una protagonista cuyo intelecto y genialidad la convierten en niña redicha y repelente, cuando en la película de Danny De Vito era toda ternura y amabilidad. Tampoco el resto del elenco disfruta de una definición acertada, desde los nefastos y egoístas padres, reducidos a mera caricatura, a la repugnante maestra, una Emma Thompson irreconocible bajo tanto látex y maquillaje.

La sombra de Harry Potter y Tim Burton resulta más que evidente durante todo el metraje, mientras las canciones no despiertan especial entusiasmo, evocando una suerte de High School Musical con enérgicas coreografías protagonizadas por niños y niñas sacadas de un talent show para pequeños de infancia robada. Hay mucho ruido y poca sustancia en este aparatoso musical, lo que resulta inexplicable a la vista del reconocimiento que su versión teatral ha cosechado en Tonys y Oliviers.