miércoles, 26 de noviembre de 2025

AULLAR de hastío y aburrimiento

España 2025 95 min.
Dirección
Sergio Siruela Fotografía y guion Ezekiel Montes Música Pablo Cervantes Intérpretes Elena Martínez, Antonio Dechent, Paco Tous, Adelfa Calvo, Antonio Jesús Serrano, Jorge Tapia Estreno en el Festival de Málaga 17 marzo 2025; en salas 21 noviembre 2025

El caso del marbellí Sergio Siruela es muy singular. Tras unos años dirigiendo series en México, unas de corte eminentemente local, como Promesas de campaña y Se llamaba Pedro Infante, y otras adaptaciones de Julio Verne producidas por Disney y protagonizadas por Oscar Jaenada, Viaje al centro de la tierra y 20.000 leguas de viaje submarino, también en México, vuelve a España para encarar este película decididamente menor y definitivamente floja
Al guion se encuentra Ezekiel Montes, cuyos libretos para largometraje han girado siempre en torno a la actriz malagueña Elena Martínez (Akemarropa, Este amor es de otro planeta, Hombre muerto no sabe morir, Devoción).

En Aullar nos cuentan la historia de una madre e hija frustrada, que lidia con la educación de su hijo, el indeseado reencuentro con el padre y un destino poco halagüeño al que no se sabe muy bien qué ni quién le ha impedido enfrentarse, tal es la indefinición general del guion, en el que ni personajes ni antecedentes cobran vida más allá de una tenue representación de realidad social más bien impostada. Poca emoción traspasa la pantalla, ni la actriz ni el guion, ni tan siquiera su experimentado director, logran sacar partido de esta maltrecha historia. Todo resulta acartonado y hasta cierto punto rancio, por muy buena voluntad que haya echado el equipo y tan buenos sentimientos se pretendan transmitir.

Ni el delicado tema del alcoholismo, ni los sueños perdidos, ni los trasnochados traumas infantiles tienen peso más allá de un libreto obsoleto. El trabajo forzado y en permanente actitud agreste de Martínez no ayuda, mientras a Antonio Dechent nunca lo habíamos visto en peor condición. Sólo Paco Tous y Adelfa Calvo logran mantener cierta dignidad en un conjunto al que Pablo Cervantes pretende insuflar sentimiento a fuerza de una partitura omnipresente y hasta cierto punto bastante cargante. La verdad es que Siruelo poco podía hacer con semejante guion tan falto de carga y profundidad.

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