Guion y dirección Mehdi Idir y Grand Corps Malade Fotografía Brecht Goyvaerts Música Varda Kakow Intérpretes Tahar Rahim, Bastien Bouillon, Marie-Julie Baup, Camille Moutawakil, Narine Grigoryan, Houtanan Avédikian, Ella Pellegrini, Petra Silander, Luc Antoni Estreno en Francia 23 octubre 2024; en España 31 octubre 2025
Una aseada y convencional aproximación a la vida de este icónico cantante francés, desde sus inicios hasta alcanzar la fama mundial, deteniéndose en los setenta del pasado siglo, justo antes de destacar también por su faceta diplomática. Un trabajo de Mehdi Idir y Fabien Marsaud, éste último conocido músico y actor galo más conocido como Grand Corps Malade, debido a un accidente sufrido en la piscina cuando trabajaba como monitor y que le dejó graves secuelas físicas de las que pudo recuperarse paulatinamente contra todo pronóstico; un percance que narró en su primera película, siempre junto a Idir, Patients. Luego realizarían el film de carácter social y educativo Los profesores de Saint-Denis, hasta derivar ahora en esta académica biografía que destaca más por su impecable acabado formal y la esforzada interpretación de Tahar Rahim, justamente nominado al César la pasada edición, que por el análisis que pretende hacer de su homenajeado. Más atractivo en la vida real que el propio Aznavour, los responsables de maquillaje y peluquería se han esforzado tanto en afear al actor de origen argelino que acaba por resultar aún menos agraciado que el famoso cantante y compositor, como se pueden comprobar en los últimos fotogramas de archivo.
Resulta difícil sentirse atraído por lo que cuenta sin ser previamente admirador y seguidor de Aznavour; otra cosa sería si el producto fuese suficientemente fascinante como para atraer por igual a gente incondicional y primeriza. El resultado acaba siendo una sucesión cronológica de episodios en los que destacan su infancia, el encuentro y amistad con el también compositor Pierre Roche, con quien formó tándem, y su decisiva colaboración con Edith Piaf, que se convirtió en su principal mentora, para bien en los profesional y mal en lo sentimental. La sucesión de famosos a partir de aquí se hace infinita, de Charles Trenet a Johnny Carson pasando por Gilbert Bécaud, Georges Garvarentz, François Truffaut, en el único e insuficiente apunte sobre su dilatada carrera cinematográfica, Johnny Halliday o Frank Sinatra, pero todos de forma tan episódica que apenas aportan distinción al producto.
Entre lo mejor, aparte su esmerada ambientación, las singulares transiciones, todo un alarde de montaje, que permiten avanzar en el tiempo bajo la ilustración de canciones memorables como Hier encore, She, Emmenez-moi, For Me Formidable o La bohème. Pero sobre todo, lo que más destaca es su reivindicación como talento de origen extranjero, en este caso armenio, que se convierte en icono fundamental de la cultura de otro país, Francia, todo un alegato en favor de la inmigración, aunque en este caso sea de segunda generación, y la indiscutible riqueza en todos los campos que puede aportar al país de acogida. Puede que haber incidido más en esta cuestión, así como indagar más sobre la compleja personalidad del protagonista, le habría reportado al film un mayor rédito.

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