viernes, 24 de enero de 2020

AGUAS OSCURAS Responsabilidad por encima de la ambición

Título original: Dark Waters
USA 2019 126 min.
Dirección Todd Haynes Guion Matthew Carnahan, Mario Correa y Nathaniel Rich, según un artículo del último Fotografía Edward Lachman Música Marcelo Zarvos Intérpretes Mark Ruffalo, Anne Hathaway, Tim Robbins, Bill Pullman, Victor Garber, Bill Camp, Mare Winningham, Richard Hagerman, William Jackson Harper, Louisa Krause Estreno en Estados Unidos 6 diciembre 2019; en España 24 enero 2020

Una cinta en la linea de denuncias políticas y sociales como Erin Brokovich o Acción Civil, con la corrupción medioambiental y el daño cruel e indiscriminado a la sociedad civil por empresas voraces auspiciadas por un sistema ratero y criminal como tema principal, y referentes como Silkwood o Lejos de la tierra quemada. Tras el fracaso de la hermosa Wonderstruck, el museo de las maravillas, Todd Haynes parece dirigir esta película por encargo pero sin renunciar a resolverla con dignidad, estilo y cierta sofisticación.

La cinta se basa en la historia real de la lucha encarnizada entre un David, el abogado Robert Bilott, y un Goliat, la corporación química DuPont, que duró veinte años para demostrar los efectos cancerígenos del PFOA, sustancia química que se empleaba para fabricar el antiadherente PTFE, comercializado como Teflón, y conseguir así que su uso se cancelara en países como el nuestro, donde su prohibición será realidad el próximo mes de julio. Haynes imbuye a su película de una atmósfera triste y melancólica. La ambientación en un invernal Ohio a lo largo de esos largos y tediosos años, a pesar de que la demostración del mal caía por su propio peso desde el primer momento, lo que pone en evidencia la lentitud y la ineficacia del sistema procesal también en Estados Unidos, facilita ese espíritu lánguido y desesperanzado que domina el film. Sobriedad es también un apelativo que se adapta a una cinta que, sin embargo, se dilata innecesariamente y hace un uso abusivo de la música, por muy relajada que ésta sea, ejemplo evidente en el relato que el protagonista, un taciturno pero convincente Mark Ruffalo, hace de los lamentables hechos a su esposa, una Anne Hathaway que como no podía ser menos evidencia episodios de debilidad histérica.

No obstante, tanto su personaje como el de otros participantes guardan atractivos secretos que restan previsibilidad a una narración a la que parece hayamos asistido unas cuantas veces con anterioridad, lo que no impide que este tipo de denuncias y ataques directos al sistema corrupto y egoísta que nos controla, deban prosperar e insistir hasta que las grandes catástrofes que están llamadas a asolar el planeta, gracias a la mano irresponsable y criminal del hombre, nos engullan. Lo mejor sin embargo subyace en el retrato esperanzador que hace del gesto generoso y responsable que caracteriza a algunos de sus personajes, que en principio inspiraban poca confianza. Más que nada es eso lo que da singularidad y valor a este casi rutinario thriller sanitario.

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