domingo, 16 de enero de 2022

MADELEINE COLLINS Intrigante desorden emocional

Francia-Bélgica-Suiza 2021 106 min.
Dirección
Antoine Barraud Guion Antoine Barraud y Héléna Klotz Fotografía Gordon Spooner Música Romain Trouillet Intérpretes Virginie Efira, Quim Gutiérrez, Bruno Salomone, Jacqueline Bisset, François Rostain, Loïse Benguerel, Valérie Donzelli, Nadav Lapid, Nathalie Boutefeu, Thomas Gioria, Mona Walravens Estreno en el Festival de Venecia 4 septiembre 2021; en Francia 22 diciembre 2021; en España 14 enero 2022

Prácticamente un desconocido entre nosotros, Antoine Barraud juega ya desde antes de empezar su película al despiste y la intriga con proverbial fortuna. Su título y una turbadora e impecable secuencia de arranque logran el milagro, nos atrapan hasta dejarnos llevar de la mano por la fascinante historia de esta mujer a la que da vida la nueva musa del cine galo, una Virginie Efira en la cima de su carrera y su belleza. Afortunadamente de vez en cuando se estrenan películas como esta, de corte clásico y elegante que nos sumergen en una trama tan intrigante y subyugante, en este caso la de una sofisticada mujer que trabaja como intérprete, independiente, aparentemente fuerte e imperturbable, que como tantos hombres han hecho a lo largo de la historia, sobrelleva una doble vida en aras a mantener un matrimonio cómodo y solvente a la vez que disfrutar de las mieles de una relación extramatrimonial a cientos de kilómetros con un hombre más joven y atractivo que su atribulado esposo.

Tras intervenir en Jungle Cruise, la carrera internacional de Quim Gutiérrez parece imparable, ahora dándole la réplica en perfecto francés a la reina de la función, mientras sin trampas ni artimañas Barraud nos sumerge en un sinfín de incógnitas, algunas aparentemente incoherentes pero finalmente resueltas con pericia y convicción. Todo con el fin de exhibir la vulnerabilidad de un personaje que representa en la vida real el drama de muchas personas, especialmente mujeres, a quienes los sentimientos y la seducción les han llevado al límite de sus emociones. Desórdenes a menudo carne de psiquiatría e incluso de reclusión hospitalaria, y que el guion refleja muy bien en el personaje interpretado por el director israelí Nadav Lapid, tan querido de nuestro festival de cine (La profresora de parvulario, Sinónimos, La rodilla de Ahed). También él sucumbe a los encantos de una mujer tan atractiva y elegante, mientras esta parece siempre dispuesta a absorber elogios y seducción quizás a la búsqueda de un afecto que mantenga el equilibro de su delicada línea emocional.

Una buena intriga necesita buenos pilares, y la banda sonora es fundamental en este sentido; Roman Trouillet consigue este cometido, añadiendo suspense a la trama y proponiéndose quizás como nuevo nombre a tener en cuenta en la siempre fructífera y saludable nómina de compositores franceses. La presencia de la esquiva Jacqueline Bisset, dando vida a la madre de la protagonista en perfecta forma, añade atractivos a este recomendable film, por fin una intriga dedicada a un público adulto al que además se trata con respeto y admiración.

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