Dirección Alberto Rodríguez Guión Rafael Cobos Fotografía Álex Catalán Música Julio de la Rosa Intérpretes Antonio de la Torre, Mario Casas, José Manuel Poga, Joaquín Núñez, Inma Cuesta, Julián Villagrán, Estefanía de los Santos, Alfonso Sánchez, Carlos Olalla, Lucía Guerrero Estreno 4 de abril de 2012
Ya tenemos película para los premios ASECAN del año que viene. Apostamos que seguirá siendo a estas alturas del 2013 la más firme candidata andaluza a acaparar la atención del profesional autonómico. Y sin embargo qué decepcionante nos ha parecido. A estas alturas ya no vamos a confiar más en Alberto Rodríguez, un señor que se empeña en mostrar la cara más sucia y desagradable de una ciudad que no se caracteriza precisamente por ofrecer una imagen amable en el cine local, será porque para eso ya está el turismo. Rodríguez se mantiene fiel a su equipo (guión, fotografía y música están firmados por los mismos responsables de After, 7 vírgenes y El traje) para contarnos una historia interesante sobre el papel, que naturalmente demandaba esa ambientación en la más baja ralea de la ciudad; la de un grupo especial de la policía que en los años inmediatamente anteriores a la Exposición Universal de 1992 se encargó de limpiar la ciudad de drogas, yonquis y camellos, aunque para ello tuviera que emplear métodos poco ortodoxos. Hasta ahí todo bien, y de factura técnica y artística no nos quejamos (¡qué bien recrean nuestros actores y actrices los personajes marginales, tipo drogadictos y prostitutas!), pero la capacidad de Rodríguez y su guionista Rafael Cobos para atraparnos e implicarnos en el día a día de esta patrulla se revela deficiente, sin línea argumental clara ni un objetivo que alcanzar, y con clichés en abundancia (caracteres agriados y golpeados por la vida, segundas oportunidades perdidas, vidas sentimentales imposibles y mucha muchísima violencia). Afortunadamente el folclore no hace apenas aparición, salvo en acentos exagerados y personajes graciosillos, o algún apunte simpático como el interior de ese bar inenarrable que es el Garlochí. Aún así el número 7 podría darle de nuevo suerte al realizador, como ya ocurriera con la película que en 2005 protagonizó Juan José Ballesta.
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