Dirección Guillermo del Toro Guión Travis Beacham y Guillermo del Toro Fotografía Guillermo Navarro Música Ramin Djawadi Intérpretes Charlie Hunnam, Rinko Kikuchi, Clifton Collins jr., Ron Perlman, Idris Elba, Charlie Day, Rob Kazinsky, Max Martini, Burn Gorman, Santiago Segura Estreno en España 9 agosto 2013
La última megaproducción de Guillermo del Toro dividirá a la crítica, utilizando cada bando los mismos argumentos, unos para elevarla a los altares y otros para masacrarla. Nos encontramos en el segundo bando. Quienes la despreciamos diremos que su argumento es básico, sus personajes estereotipos, sus conflictos carecen de interés y su estética es tan recargada que provoca náuseas. El realizador se ha sabido siempre relacionar y rodearse de un grupo de incondicionales, creando su propio universo para moverse con libertad entre México y, fundamentalmente, España y Estados Unidos. Ahí reside su mayor virtud, al margen de haber realizado algunas estimables películas, como Mimic, Hellboy o El laberinto del fauno. Como si de un homenaje a las películas de monstruos de los 50 (en Estados Unidos) y los 70 (en Japón) se tratase, del Toro enfrenta gigantescos robots con monstruosos alienígenas surgidos del océano, para combatir el apocalipsis inminente. Pero si aquellas películas tenían su fundamento en el pánico nuclear, esta proliferación de invasiones extraterrestres del cine actual no alcanzamos a comprender a qué se debe, cuando todos y todas sabemos que el verdadero enemigo está en casa, nos chupa la sangre y nos desmoraliza paulatinamente. ¿No será que quieren adormecernos y distraernos con estas aventuras banales y superficiales, a la manera en que con mucho más talento e ingenio se hacía con la música popular y la radio en la gran crisis del siglo XX? Aburrida e intranscendente, solo por sus efectos visuales, espléndidos sí, no debería justificarse un juguete tan caro en el que no funcionan ni siquiera sus referencias a Verhoeven, especialmente StarshipTroopers, o a sí mismo, ni sus contados golpes de humor. Mucha parafernalia para nada.
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