Reino Unido-Irlanda.USA 2022 114 min.
Guion y dirección Martin McDonagh Fotografía Ben Davis Música Carter Burwell Intérpretes Colin Farrell, Brendan Gleeson, Kerry Condon, Barry Keoghan, Pat Shortt, David Pearse, Gary Lydon, Jon Kenny, Sheila Flitton Estreno en el Festival de Venecia 5 septiembre 2022; en Irlanda y Reino Unido 21 octubre 2022; en España 3 febrero 2023
La cuota de cine británico en los premios que anualmente concede la industria cinematográfica norteamericana, viene este año en forma de lo último de Martin McDonagh, un director con cuyo universo algunos no conseguimos conectar. Películas como Siete psicópatas o Tres anuncios en las afueras han contribuido a un sentimiento que no combina bien con la sordidez y deliberada fealdad que define a sus personajes, y que se repite ahora en esta historia que reúne de nuevo a Colin Farrell y Brendan Gleeson, quince años después de compartir con el director el éxito en su debut en el largometraje, Escondidos en Brujas.
Lo que empieza de forma amable y bucólica, con esa Irlanda siempre luminosa, no solo por sus verdes paisajes sino por sus azules cielos y su embravecido mar, tal como nos acostumbraron a verla John Ford y David Lean, va entrando pausadamente en lo que consideramos una de las historias más feas que recordamos en torno a una amistad, la ruptura unilateral y aparentemente injustificada de la misma y las trágicas consecuencias a las que llevan sin remisión la terquedad y la obstinación de uno y otro. No falta el joven con pocas luces del lugar, la mujer lúcida y juiciosa, y por supuesto la vieja bruja a la que se teme, desprecia y evita por igual, en esta comedia que alude a los banshees, o espíritus quejicas de la cultura ancestral gaélica que inundan esas numerosas islas que circundan Irlanda; una es Inisherin. Una comedia amable que se convierte en tragedia y donde improbables actos e imposibles consecuencias van dando forma a la función. Todo sucede con el telón de fondo de la breve Guerra Civil provocada por el tratado anglo-irlandés tras la Guerra de Independencia de Irlanda, con dos bandos opuestos que habían luchado juntos en la guerra predecesora y que todavía mantienen a la sociedad irlandesa profundamente dividida. Esto hace concluir que la película de McDonagh sea una metáfora de ese eterno conflicto, de la sinrazón que lo provoca y la continua provocación que lo sustenta.
La ingeniosa operación le ha reportado a su director y equipo los más encendidos elogios y reconocimientos, sobre todo al otro lado del Atlántico, donde ha cosechado incluso tres Globos de Oro y nueve nominaciones a los Oscar que se repiten en los Bafta. A nosotros sin embargo solo nos ha suscitado una auténtica animadversión de la que no se salva ni su protagonista principal, que pasa de ser el tontorrón bonachón con el que se le identifica en la primera mitad del metraje, al malintencionado, celoso y malicioso personaje en que deriva después como oportunista incongruencia narrativa y para nuestra desagradable sorpresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario