Noruega 2024 117 min.
Guion y dirección Halfdan Ullmann Tondel Fotografía Pal Ulvik Rokseth Música Ella van der Woude Intérpretes Renate Reinsve, Ellen Dorrit Petersen, Endre Hellesveit, Oystein Roger, Thea Lambrechts Vaulen, Vera Veljovic-Jonavovic Estreno en el Festival de Cannes 18 mayo 2024; en Noruega 27 septiembre 2024; en España 14 febrero 2025
Estrenado en la sección Un certain regard del Festival de Cannes, donde se alzó con la Cámara de Oro, y reconocido en los Premios Europeos del Cine con el Premio Fipresci al mejor descubrimiento europeo, el debut en el largometraje del nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann propone una historia que parece un cruce entre Sala de profesores y Un Dios salvaje. Todo se centra, manteniendo una narrativa muy propia del teatro aunque con escapadas que asoman conforme el film se va acercando al final, en la reunión que organiza como protocolo el atribulado colegio en el que cursan estudios primarios dos niños implicados en un oscuro episodio de carácter presuntamente sexual, siendo uno de ellos el Armand del título original.
En una primera parte todo se reduce a la confrontación entre los progenitores, de cuya identidad el director y guionista se guarda ases en la manga para ir sorprendiendo y despistando conforma avanza la trama, y el comportamiento del profesorado, desde una confusa e inexperta profesora a un curioso y encorsetado director, pasando por una veterana profesora que interrumpe el diálogo constantemente merced a un persistente sangrado de nariz con el que el director parece querer añadir metáfora a la función. Poco convence la naturaleza del incidente, ni la edad de sus protagonistas, y menos el procedimiento llevado a cabo para esclarecerlo, y mucho menos si se trata de advertirnos sobre ciertas conductas que pueden influir negativamente en la educación de los y las menores.
Tras una irritante secuencia que obliga a una esforzada Renate Reinsve, la actriz europea de moda (La peor persona del mundo, A Different Man) a reir compulsivamente, la narración se va introduciendo en aspectos más sombríos y surrealistas, incluido un baile espasmódico y un acoso multitudinario tan irritantemente largo como la risa precedente, para acabar con un giro narrativo que, una vez más, reincide en la mala y equivocada práctica de convertir a la mujer en la perversa de la función, por si con haberla convertido también en la más histérica no bastaba.
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