viernes, 28 de febrero de 2025

NO OTHER LAND Bárbaros de la era digital

Palestina-Noruega 2024 95 min.
Guion y dirección
Basel Adra, Yuval Abraham, Hamdan Ballal y Rachel Szor Fotografía Rachel Szor Música Julius Pollux Ruthlaender Documental Estreno en el Festival de Berlín 17 febrero 2024; en españa (Movistar Plus+) 21 diciembre 2024; en Noruega 7 febrero 2025

Relato de lucha y supervivencia en una tierra maldita por acto y gracia de la aún más maldita Israel, en otro sentido radicalmente opuesto, que aplasta y se expande sin reparo y con la aprobación directa o por silencio de una comunidad internacional que se revela cada vez más estéril. Narrada en primera persona por sus protagonistas, dos amigos crecidos en la adversidad y los dos con un mismo fin, dar a conocer las atrocidades del ejército israelí contra la población palestina, el film se convierte en arma indispensable y a la postre arrojadiza contra la barbarie imperante entre quienes se consideran civilizados y nos hacen creer a los demás que enarbolan la bandera del progreso y la libertad. En ese contexto, el palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham luchan contra la ocupación del ejército y los colonos con la única arma de la que disponen, la información, a través de la imagen y el texto, las redes sociales y el eco que encuentran, a menudo discreto y velado, en la televisión. Se trata pues de una crónica de sangre y destrucción, injusticia y salvajismo, con su reverso amable, el que propicia esta insólita y perdurable amistad basada en la convicción de la justicia y la esperanza.

Un encuentro entre dos mundos antagónicos que se reconocen y se entienden, algo así como pretendían Barenboim y Saïd cuando crearon la fundación a través de la cual jóvenes de uno y otro lado del territorio se juntan para tocar música. Un encuentro como se puede observar, que conduce más a la desesperanza, sobre todo cuando comprobamos ante las terribles imágenes que encierra este valioso documental, que parece viajemos en el tiempo para reencontrarnos con la misma barbarie que azotaba este desdichado planeta cuando romanos o señores feudales lo regentaban. No importan las declaraciones de derechos humanos ni las resoluciones internacionales, todos permitimos que esto ocurra, siguiendo con nuestra vidas acomodadas, privilegiadas, mientras en otros lugares se destruyen escuelas, se dispara a bocajarro a inocentes, se mete en la cárcel a quienes se defienden y se obliga a la gente humilde a abandonar la tierra en la que viven desde hace siglos, destruyendo sistemáticamente sus hogares y taponando pozos de agua para impedir su trabajo y medio de vida. En definitiva, se perpetran atrocidades de todo tipo, inimaginables en un mundo que suponemos civilizado.

Todo esto lo narran los protagonistas y el equipo noruego que les asiste con gravedad, con pausa y sentido del ritmo, pero sin abandonar nunca su principal consigna, la denuncia y la búsqueda, aunque se revele infructuosa, de justicia. Ya ha ganado el premio del público y el de mejor documental en Berlín y en los premios europeos del cine, y podrá gana el Oscar y que Hollwood se apunte otro tanto como comunidad más progresista y culturalmente avanzada que el resto de lo que le circunda, aunque nosotros lo que de verdad seguimos esperando es que algunos y algunas de sus más influyentes personalidades de la comunidad judía, como Spielberg, Streisand o Allen, se pronuncien ante la perversidad sin límites de ese demonio llamado Netanyahu y sus políticas expansionistas, auspiciadas por el nefasto e infame Donald Trump. Nuestro único deseo es que Masafer Yatta, Cisjordania y Palestina no tengan que mirar al cielo para esperar una vida mejor donde reine la igualdad entre hombres y mujeres que a estas altura sigue sin reinar en la tierra.

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