USA 2018 132 min.
Guión y dirección Joel y Ethan Coen Fotografía Bruno Delbonnel Música Carter Burwell Intérpretes Tim Blake Nelson, Zoe Kazan, Tom Waits, James Franco, Liam Neeson, Brendan Gleeson, Tyne Daly, Saul Rubinek, Harry Melling, Bill Heck, Grainger Hines, Clancy Brown, Jefferson Mays, Prudence Wright Holmes. Jonjo O’Neill, Chelcie Ross, Willie Watson Estreno en el Festival de Venecia 31 agosto 2018; en Estados Unidos 9 noviembre 2018; en España (Internet) 16 noviembre 2018
La última película de los Hermanos Coen también ha sido sustraída de los circuitos habituales de exhibición para ponerla sólo a disposición de los hogareños que todo lo quieren ver en televisión, pagando cuota mensual y conformándose con una pantalla que, aunque cada vez sea mayor, sigue sin poder competir con las de las grandes salas de cine. El colmo del despropósito es rodar en panorámica como hizo Cuarón con Roma, o plasmar los grandes paisajes del salvaje oeste americano como hacen los Coen, y que su destino sea la pantalla doméstica. Son los designios del destino y la modernidad, que poca estrategia comercial parecen seguir sustrayendo al verdadero cinéfilo productos que están diseñados para satisfacer su apetito y no el del perfil doméstico al que están acabando complaciendo. Diseñada como serie de seis episodios sobre los personajes típicos y tópicos que habitaban en el antiguo oeste, los Coen finalmente decidieron convertirla en una película de episodios con todo el sabor nostálgico y melancólico que caracteriza sus últimas producciones, desde Valor de ley a Ave César pasando por A propósito de Llewyn Davis. Ese sabor añejo se plasma ya en las páginas del libro del que presuntamente surgen estas seis evocadoras y entrañables historias, dos de las cuales están inspiradas en relatos de Jack London (Cañón dorado) y Stewart Edward White (La chica que se puso nerviosa), mientras el resto surgen enteramente de la pluma de estos dos míticos hermanos cineastas, pero manteniendo todo el espíritu épico y a la vez intimista que recorre un imaginario inspirado en las grandes epopeyas fordianas y hawksianas. Empezando por los hilarantes duelos del cowboy cantarín con atuendo a lo Tom Mix o Roy Rogers que interpreta Tim Blake Nelson, siguiendo con el poco afortunado ladrón de bancos al que da vida James Franco con semejando hilaridad, poniéndose más serios con Liam Neeson interpretando a un empresario sin escrúpulos que explota cruelmente a un tullido que recita a Shakespeare, retratando con un preciosismo pictórico impresionante las verdes montañas donde el río advierte a Tom Waits de la quimera del oro, así como las grandes llanuras que atraviesa una interminable caravana de pioneros en la que surge el amor verdadero entre Zoe Kazan y Bill Heck a partir de otro de conveniencia, y termina con la inevitable diligencia en la que viajan Tyne Daly, Saul Rubinek y Brendan Gleeson al único destino posible, todo con un inconfundible sentido mortuorio que intenta recordarnos lo efímera y a menudo inútil que es nuestra existencia. Un prodigioso espectáculo colorista plagado de estrellas, disfrutable de principio a fin, que retoma el clasicismo de la puesta en escena del género más genuinamente norteamericano, bañado con una hermosísima banda sonora del tercer Coen, Carter Burwell, logrando no sólo entretener sino hacernos reflexionar con tanta emoción como pesar sobre la condición humana.
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