martes, 8 de enero de 2019

UN DÍA MÁS CON VIDA Periodismo vocacional y comprometido

Título original: Another Day of Life
Polonia-España-Alemania-Bélgica-Hungría 2018 82 min.
Dirección Raúl de la Fuente y Damian Nenow Guión Raúl de la Fuente, Niall Johnson, Amaia Remírez y David Weber, según la novela de Ryzsard Kapuscinski Música Mikel Salas Animación con la imagen de Miroslaw Haniszewski, Virgil J. Smith, Tomasz Zietek, Olga Boladz, Rafal Fudalej y las voces de Kerry Shale, Daniel Flynn, Youssef Kerkour, Lillie Flynn, Akie Kotabe Estreno en el Festival de Cannes 11 mayo 2018; en España 28 octubre 2018; en Polonia 2 noviembre 2018

Lo que Portugal dejó a su suerte en Angola a mitad de la década de los setenta del siglo pasado fue una guerra civil, cruenta como muchas y larga como pocas; un amasijo de cadáveres y destrucción que llegó hasta nuestro siglo y que sirve hoy como testimonio de ese mundo que se desangra y que a los que vivimos en el opulento occidente parece importarnos muy poco o nada. La crónica impagable de un periodista, de esos que hacen periodismo de verdad, comprometido, valiente y arriesgado, es lo que el español Raúl de la Fuente encontró atractiva para convertirla en animación entre la ficción, la realidad y el documental, campo en el que había destacado hasta el momento, con cumbres como el Goya recibido en 2013 por el cortometraje Minerita. Haiti y Mozambique han sido los epicentros de sus anteriores trabajos, que completa ahora en formato animado con ayuda inestimable en la producción y el diseño artístico de Polonia, con esta interesante mezcla de motion capture y rotoscopia de resultados espectaculares muy por encima de los experimentos llevados a cabo, por ejemplo, por Richard Linklater en Waking Life y A Scanner Darkly. Las memorias del reportero polaco Ryzsard Kapuscinski sirven para tejer una crónica del bestialismo humano y su voraz capacidad para la destrucción, así como un canto al periodismo vocacional, el instinto para informar por encima de versiones oficiales y acomodaticios, arriesgándolo todo, empezando por la vida, y generando así un apetito adrenalítico por el peligro y la verdad. En el proceso de la Fuente y su colega polaco apuestan por la animación conjugada con escenas reales, imágenes de ficción y documental, así como fotografías y testimonios de los supervivientes reales de la historia que se cuenta. El resultado a nivel estético es espectacular, a nivel humano necesario y atrevido, todo lo cual está mereciendo premios como el del público en San Sebastián, el de mejor película de animación en los premios europeos del cine, y el Goya que a buen seguro obtendrá.

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