martes, 3 de noviembre de 2020

EMMA. Frivolidad músico-festiva y superficial

Reino Unido 2020 124 min.
Dirección
Autumn de Wilde Guion Eleanor Catton, según la novela de Jane Austen Fotografía Christopher Blauvelt Música Isobel Waller-Bridge y David Schweitzer Intérpretes Anya Taylor-Joy, Johnny Flynn, Mia Goth, Callum Turner, Bill Nighy, Amber Anderson, Gemma Whelan, Rupert Graves, Miranda Hart, Josh O’Connor, Connor Swindells, Tanya Reynolds Estreno en Reino Unido 14 de febrero de 2020; en España 30 octubre 2020 

¿Significará el punto al final del título que nos encontramos ante la versión definitiva de esta novela tantas veces, como el resto de la corta producción de Jane Austen, llevada al cine y la televisión? Esto sería muy presuntuoso por parte de sus responsables. ¿O se trata sencillamente de una forma de distinguirla de sus predecesoras? Lo cierto es que desde que Ang Lee y Emma Thompson volvieran a poner de moda a la famosa escritora inglesa con Sentido y sensibilidad, después de que su obra fuera pasto incombustible de seriales televisivos, y prácticamente con el único precedente cinematográfico del Orgullo y prejuicio de Robert Z. Leonard, el cine no ha dejado de asomarse al universo elegante y pasteloso de la autora georgiana. Fue especialmente prolífica en estos menesteres la última década del pasado siglo. Vieron la luz entonces películas como Persuasión, Mansfield Park y la adaptación de Emma que realizó en un mismo tono romántico y amable Douglas McGrath con Gwyneth Paltrow, Jeremy Northam, Toni Collette y Ewan McGregor en los principales papeles, que le valió además un Oscar a la compositora de su banda sonora, Rachel Portman.

Se nos escapa sinceramente la razón de volver otra vez sobre el tema, más cuando justamente en esa misma década Amy Heckerling y Alicia Silverstone adaptaron la novela libremente a época contemporánea y Beverly Hills, acertando en la que para muchos sigue siendo la descripción más lograda de la heroína, una joven de clase muy acomodada, vida fácil y caprichosa que cree estar ayudando a su entorno ejerciendo de celestina cuando en realidad solo alimenta su vanidad y no asumida prepotencia. Ahora la fotógrafa especializada en músicos pop y rock, Autumn de Wilde, cuyo nombre ya resulta de por sí bastante meloso, debuta en la dirección de largometrajes, tras participar en un documental sobre Stephen Sondheim para la televisión, con una adaptación luminosa, colorista, estéticamente apabullante pero definitivamente grotesca de las desventuras de esta pobre niña rica. Todos sus protagonistas ejercen la sobreactuación y cada elemento artístico está pensado minuciosamente de forma que el conjunto se aleje de la realidad con notable autoconsciencia, empezando por un suntuoso vestuario siempre impoluto y dispuesto sin humildad alguna a crear tendencia. Se agradece la importancia que cobra la música en esta adaptación en la que brilla con luz propia la banda sonora de Isobel Waller-Bridge y David Schweitzer en un estilo entre ópera bufa y folk de las islas, con aportaciones de las propias actrices y actores tanto al teclado como a la voz, y un sentido del ritmo nada ajeno al baile.

Pero en líneas generales la nueva Emma resulta bastante superficial y anodina, solo apta como espectáculo visual y musical. Mientras Gwyneth Paltrow dio vida a una joven más inocente y generosa, perdida entre sus sentimientos y su deseo de ser bondadosa, y Alicia Silverstone resultada más pícara y atrevida, definitivamente caprichosa y liante, la de la bruja Anya Taylor-Joy no deja de ser una alimaña de multitud con registros expresivos, tantos como la latosa Mia Goth que le sirve de amiga y protegida. Definitivamente nos quedamos con la Silverstone de Fuera de onda (Clueless), y creemos que Austen también lo hubiera hecho.

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