sábado, 28 de noviembre de 2020

LA ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA PROMETE Y CUMPLE

Temporada de conciertos 2020-2021 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Alfonso Sebastián, clave y dirección. Andoni Mercero, violín. Programa: Suite nº 1 en Sol menor, de Johann Bernhard Bach; Concierto para clave en Re menor BWV 1052 y Concierto para violín en Mi mayor BWV 1042, de Johann Sebastian Bach; Concierto Grosso nº 12 en Sol mayor “Propitia Sydera”, de George Muffat. Espacio Turina, viernes 27 de noviembre de 2020 (función de las 16:00) 


Hace apenas unos días que presentaron su nueva temporada, llenos de ilusión y esperanza, y ya ofrecieron ayer el primero de los conciertos que la integran, además en sesión doble, a las doce del mediodía y a las cuatro de la tarde, sorteando las limitaciones impuestas por la Junta para combatir la pandemia. Teniendo en cuenta que ya el día anterior tocaron el mismo programa en el Festival de Música Española de Cádiz y volverán a hacerlo hoy en el de Música Antigua de Úbeda y Baeza, no cabe duda de que lo de estos y estas músicos es auténtica devoción por lo que hacen y desde luego un inquebrantable sentido de la responsabilidad. Con Bach en el centro del programa, flanqueado por su pariente contemporáneo Johann Bernhard Bach y el precedente francoalemán George Muffat, poniendo de relieve la influencia de la música italiana y francesa en la alemana y tomando como leit motiv la estructura numérica de los pentagramas del genio de Eisenach, así como los posibles mensajes ocultos a modo de cábala que pudieran contener. 

Está claro que cuando un músico ha dejado de programarse y apenas se graba, igual que cuando hablamos de obras menores de los grandes, es porque se trata de música insustancial, y esto se cumple en la mayoría de las ocasiones, son muy pocas las excepciones. Así, la de Johann Bernhard Bach, primo de Johann Sebastian, organista, clavecinista y compositor, y a menudo colaborador suyo, es un ejemplo de lo que decimos. Música amable, de escucha fácil y atractiva, que combina el vigor italiano con la delicadeza y elegancia francesa, pero sin más interés que el meramente coyuntural. Sus suites u oberturas evidencian el vínculo entre el lenguaje musical francés y la capacidad alemana para estructurar la forma. A ambos aspectos estuvieron atentos Alfonso Sebastián y los integrantes de la orquesta, especialmente apreciable en una introducción férrea y decidida, muy en el estilo de Lully, seguida de un air en el que se pudo vislumbrar la capacidad de Andoni Mercero para encajar mejor los pasajes sostenidos que los más agitados en los que se pudo apreciar puntuales caídas de tensión. Con el passapied final el conjunto hizo gala de su habitual ímpetu y vigor. 

Virtuosismo con Bach y Muffat 

Alfonso Sebastián Alegre
Mejores, de más calidad y más divulgados son los Concerti Grossi de Muffat, a quien se atribuye a raíz de sus conocimientos de las técnicas de Corelli la introducción del estilo italiano en la música alemana. Derivados en parte de las sonatas integradas en su Armonico Tributo, alternan tutti y solos, como se pudo ver en las titánicas intervenciones de Mercero en el Concierto nº 12, especialmente en una ciaccona hermana gemela del passacaglia de la Sonata nº 5, donde destacaron fuertes y armónicos contrastes entre el bajo continuo y la masa orquestal. 

Entre ambos autores, Sebastián y la Barroca ofrecieron unas personales versiones de dos extraordinarios conciertos de Bach, marcados por la fuerza y el dinamismo del conjunto sevillano. Lástima que hubo desajuste de volumen y consiguiente desequilibrio en el Concierto para clave BWV 1052, quedando el virtuosismo evidente de Sebastián y la cuerda imperante en planos muy desiguales, lo que afectó al acabado final a pesar del empeño del clavecinista, quien por otro lado sufrió leves atascos en algún pasaje aislado. Por su parte Mercero se volcó también en su parte solista en el Concierto BWV 1042, uno de los más populares y avanzados del genio de Eisenach, aquí sí brillando la combinación y el diálogo entre violín y orquesta, con el adagio sostenido en la admirable cantinela del solista, y el brillo dominando en un luminoso allegro assai final. La Barroca cumplió así con su cometido, hacer encaje de bolillos para ofrecer el concierto prometido, y disfrutarlo como hace siempre.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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