Ciclo Made in Seville del ICAS. Alejandro Casal, clave y órgano. Programa: Presentación del disco “Krieger: Complete Harpsichord and Organ Music (Música completa para clave y órgano de Krieger)”. Espacio Turina, martes 3 de noviembre de 2020
Ayer tarde arrancó un mini ciclo que bajo el título Made in Seville recoge dos presentaciones de sendos discos de artistas radicados en la ciudad, Alejandro Casal y el guitarrista Pedro Rojas Ogáyar, cuyo turno tendrá lugar el próximo viernes 6 de noviembre. El de Casal es sin duda una valiosa pieza en torno a la música para teclado de Johann Krieger, que recoge extraordinaria música y, sobre todo, sirve a efectos arqueológicos para comprender el esplendor del Barroco alemán que protagonizaron Bach, Haendel y Telemann. Resulta relativamente fácil encontrar grabaciones de su hermano, Johann Philipp Krieger, centrado fundamentalmente en la música vocal, pero mucho más complicado encontrar en el mercado música del homenajeado por Casal. El clavecinista sevillano compaginó naturalmente la interpretación
musical y la oratoria, arte que también maneja satisfactoriamente como
consecuencia de su labor como enseñante. En sus abundantes explicaciones glosó con generosidad las notas del cuadernillo
del disco que también son obra suya, ayudando a situar en su contexto al
compositor. Krieger fue un importante precursor de la música de Bach, junto a
otros contemporáneos suyos como Muffat, Lübeck, Froberger, Pachelbel o
Buxtehude. Él influyó sobre todo en lo que se refiere al arte del contrapunto y la fuga, como quedó manifiesto en una
espléndida fuga a cuatro y una sensacional chacona en sol menor de la colección
Anmuthige Clavier-übung, algo así
como unos ejercicios graciosos para el
teclado, que desgranó junto a la otra gran colección que recoge toda la
obra para clave del compositor, sus Sechs
Musicalische Partien (seis partitas musicales), de las que interpretó la
primera en Do mayor, precedida de una Fantasía
en el mismo modo. Es curioso comprobar como en éstas Krieger se pliega al estilo francés tan en boga en aquella
época, con Rameau y Couperin a la cabeza, mientras en Anmuthige Clavier-übung, que engloba pieza de muy diverso carácter,
como recercadas, preludios, fugas, tocatas, una fantasía y una chacona, anticipa ese estilo regio que caracterizó
al instrumento cuando Johann Sebastian Bach multiplicó sus posibilidades y
enriqueció su lenguaje.
Ilustre precedente de Bach
Kriger nació en Nuremberg pero
recorrió el país tras las huellas de su hermano mayor, ocupando la plaza de
maestro de capilla en varias casas aristocráticas hasta que se asentó en Zittau
como organista y director de coro. Sus colecciones para clave se convirtieron
en las primeras obras impresas del S. XVII en Alemania. Las piezas recogidas en
este imprescindible doble disco de Casal se publicaron entre 1697 y 1699,
aunque bien pudieron componerse una década antes. Son obras fundamentales para el aprendizaje, y de su fructífero trabajo
de desarrollo de las ocho claves o modos más comunes parece que se beneficiaron
Bach y Haendel, que incluso no dudaron
en tomar prestados algunos de sus sujetos para incluirlos en importantes obras
de sus cosechas; de hecho sus preludios, breves y de carácter variado, parecen
presagiar el Clave bien temperado de
Bach. La chacona que Casal interpretó
en directo con su proverbial agilidad en
la digitación y su habitual buen gusto, se resuelve en veintinueve
variaciones virtuosísticas y muy imaginativas, un hermosísimo ejemplo de la
música alemana del diecisiete.
Instrumentos muy singulares
La música para teclado de entonces
podía ser interpretada indistintamente al
clave o al órgano, dependía del gusto personal del intérprete, como así hace
Casal en su disco, salvo que se indicara expresamente el uso del pedal, en cuyo
caso su destino era el segundo, como el
Preludio
en la menor o las dos
tocatas,
que Casal desgranó en un órgano de su colección, al igual que
el clave que Andrea Restelli construyó en
2007 a partir de un original de Christian Vater de 1738 cuyo único ejemplar
se conserva actualmente en el Museo Nacional de Nuremberg. Este mismo clave
utilizado en la grabación es el que Casal utilizó para su presentación en la
Sala Turina. Por el contrario,
el órgano
empleado en la grabación pertenece a la Catedral de Faro en Portugal, un
valioso instrumento
construido por
Johann Heinrich Hulemkampf en 1715 y renovado en 1767 por Pasquale
Oldovini, cuyas frondosas ilustraciones de carácter oriental sirvieron además para
la portada del cuadernillo de este disco que el clavecinista habitual
colaborador de las
orquestas
Barroca y Sinfónica de Sevilla, agitador musical de la ciudad, docente y
colaborador en multitudes de iniciativas culturales sevillanas, grabó en el
espacio Santa Clara y la Catedral de Faro entre noviembre de 2018 y mayo de
2019. Sin duda
una joya que merece
deleitarse en toda su amplitud y constituye un instrumento impagable para
estudiar y conocer la música alemana de la época y su influencia en los grandes
maestros del espléndido Barroco tardío alemán.
Artículo publicado en
El Correo de Andalucía
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