lunes, 21 de febrero de 2022

PRIMAVERA EN BEECHWOOD Un instante, una revelación

Título original: Mothering Sunday
Reino Unido 2021 110 min.
Dirección
Eva Husson Guion Alice Birch, según la novela de Graham Swift Fotografía Jamie Ramsay Música Morgan Kibby Intérpretes Odessa Young, Josh O’Connor, Colin Firth, Olivia Colman, Glenda Jackson, Sope Dirisu, Emma D’Arcy, Patsy Ferran, Simon Shepherd, Caroline Harker, Craig Crosbie, Emily Woof Estreno en el Festival de Cannes 9 julio 2021; en Reino Unido 12 noviembre 2021; en España 18 febrero 2022

Apenas cinco años ha necesitado la realizadora francesa Eva Husson (Las chicas del sol) para fijar su atención en la novela de Graham Swift El domingo de las madres y llevarla al cine. Su cartel publicitario y el título asignado por nuestros, una vez más, ingeniosos distribuidores, invitan a la confusión y a considerar ésta uno más de esos films de calidad británica que se desarrollan entre las paredes de suntuosas mansiones durante el primer cuarto del siglo XX y nos cuentan historias de vidas cruzadas entre el servicio y la propiedad, que suelen llevar el nombre de la mansión en cuestión implícito, como Retorno a Brideshead, Downtown Abbey o Gosford Park.

Esto nada tiene que ver con todo eso, más bien se trata de una joven al servicio de una de esas familias acomodadas que habitan en la siempre hermosa y refrescante campiña inglesa, como si uno de esos telefilms alemanes de eterna luz primaveral se tratase, que vive su particular romance con el hijo de los también acomodados vecinos, a punto de casarse más por conveniencia que por amor, ya se sabe. La procedencia de la directora más el hecho de que el film muestra generosamente las anatomías de su pareja protagonista, ha apresurado a cronistas y advenedizos a tildarla como una de las películas más sexis recientemente vistas. Considerarla así nos hace pensar en lo mucho que parece hemos retrocedido en el tema. De hecho, la que debía ser una tarde de sexo apasionado ese Día de las madres en el que el servicio tiene permiso para visitar a su familia, y los dueños de la casa se ausentan para asistir al rito del compromiso en casa de los vecinos, una pareja traumatizada por la pérdida de sus hijos en la Primera Guerra Mundial, se limita a esa exhibición anatómica sin más pasión ni lujuria. Y es que Swift en su novela y Husson en la película no pretenden contarnos la sempiterna relación sexual entre el señorito y la criada, sino situar en esa particular jornada la que quizás sea la revelación definitiva que lleva a la joven protagonista a plantearse su talento escondido y sacarle provecho.

En este sentido asistimos, en continuas idas y venidas atrás y hacia delante, a episodios de su vida adulta junto a otro amante romántico y desdichado, siempre con la muerte como telón de fondo, y a su vida anciana, rol al que se presta una muy avejentada Glenda Jackson, a quien no veíamos desde tiempos inmemoriales. Ese instante de revelación que los y las más privilegiadas tienen y que marcan su vida posterior, se convierte así en único y definitivo leit motiv de una película por otro lado premiosa y preciosista, que sin embargo no consigue conectar o interesar en exceso, quedándose en la superficie y en todas esas promesas sexis y fascinantes que no cumple, por no decir la manipulación que su publicidad ejerce entre quienes buscan una cosa y no la encuentran.

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