Ciclo Grandes Intérpretes
Pat Metheny Group Guitarras Pat Metheny Contrabajo Larry Grenadier Batería Bill Stewart Teatro de la Maestranza, sábado 19 de noviembre de 2011
Treinta y cinco años sobre el escenario, nunca mejor dicho tratándose de un músico que sólo este mes de noviembre ha ofrecido conciertos en Alemania, Francia, Suiza, Polonia, Croacia, Italia, ahora España y todavía le queda Israel y Turquía hasta completar el mes. En total, 21 de las 30 noches de noviembre tocando música, sobre todo en nuestro país, por lo que quizás la gerencia del Maestranza haya aprovechado para ficharlo en su por segundo año consecutivo reducido ciclo de Grandes Intérpretes.
Desde que en 1976 grabara su primer disco, el trío ha sido una de las formaciones preferidas de Pat Metheny. Desde los legendarios Charlie Haden y Billy Higgins, al contrabajo de Christian McBride y la batería de Antonio Sánchez, pasando por los músicos que ayer le acompañaron, y que lo han hecho en estos primeros años del presente siglo, ya sea en un par de grabaciones o en numerosas giras en directo, Metheny ha sabido explorar todas las sonoridades del jazz clásico y el más vanguardista. Igual ha hecho en solitario, por ejemplo en su último trabajo, What’s It All About, donde versiona diversos estándares con su particularísimo timbre acústico, o con su mítico grupo coliderado por el teclista Lyle Mays. Lo sorprendente es que todas esas facetas tuvieran cabida en apenas un par de horas de éxtasis musical y catarsis experimental en su nueva comparecencia sevillana.
Durante algo más de media hora, bien en solitario, acompañado luego por el excelente bajista Larry Grenadier, y más tarde ya en formación completa, junto con el estupendo batería Bill Stewart, pareció que nos encontrásemos con el Metheny de sus inicios, recuperando el estilo clásico, un regreso a las raíces de trabajos como Rejoicing. Su dilatada carrera afianza esa hipótesis de que los grandes vuelven a sus orígenes cuando alcanzan un avanzado estado de madurez personal e interpretativa. Depuración estilística, virtuosismo incontestable, apabullante sentido musical y armónico son sólo algunas de las sensaciones que provocaron los tres excelentes músicos. Fue entonces desgranando temas de toda su carrera, desde su primer trabajo, Bright Size Life, al alarde espectacularidad ofrecido en una visión casi irreconocible de Question and Answer, perteneciente a uno de sus discos más populares y galardonados, junto a Still Life Talking y Setter from Home, de la misma época en la que el artista tocó en Sevilla en el Pabellón de Deportes de San Pablo.
Pero dónde quedaba el Metheny vanguardista, inquieto e innovador al que tanta referencia hizo la prensa local centrándose en su penúltimo trabajo discográfico, Orchestrion, en el que experimenta con una orquesta cibernética impulsada desde la cuerda. Pues llegó también esa faceta, y con sonidos extraídos de la cuerda rasgada, pulsada y hasta frotada, en un alarde de imaginación, se obró el prodigio y nos quedamos literalmente con la boca abierta. Creímos que asistiríamos a un espectáculo circense y nos regaló sin embargo una experiencia audio-visual absolutamente extraordinaria.
Otra sorpresa llegó de la mano de un extravagante instrumento multiguitarra, sitar incluido, del que Metheny extrajo sonidos étnicos, roqueros y jazzísticos, sin renunciar a su personalísimo estilo. Entre medias hubo también espacio para agradecer tocar en la cuna de la guitarra acompañado de tan notables músicos.
Crítica publicada en El Correo de Andalucía el domingo 20 de noviembre de 2011
Crítica publicada en El Correo de Andalucía el domingo 20 de noviembre de 2011
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