Orquesta de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Vladimir Dmitrenco, concertino y director. Escolanía de Los palacios. Juan Manuel Busto Algarín, director. Programa: Villancicos populares y canciones de Navidad
Teatro de la Maestranza, 18 de diciembre de 2011
Enrique Cabello Pavón y algunos de los niños de la Escolanía de Los Palacios en un concierto en Paradas hace justo un año |
Por segundo año consecutivo el violinista solista de la ROSS, Vladmimir Dmitrenco, tomó las riendas de una entrañable cita con nuestra orquesta y el público del Maestranza, repitiendo el esquema del año pasado, pero con el añadido de las voces infantes de la estupenda Escolanía de Los Palacios, cuyo presidente, Enrique Cabello Pavón, lleva muchos años realizando una excelente labor para los niños y la música, ahora con la inestimable ayuda del joven Juan Manuel Busto Algarín a la batuta.
Una cita con la que los sevillanos podemos exhibir un carácter cosmopolita, abiertos a todo, a nuestros villancicos más arraigados, con nuestra particular tradición folclórica y flamenca (Los campanilleros, Una pandereta suena) combinados con músicas a todos y todas familiares importadas de otros países, especialmente Norteamérica. Canciones de Jule Styne, Irving Berlin (la popular Blanca Navidad, ganadora de un Oscar en 1942 por la película Holiday Inn) y Leroy Anderson (el muy alegre y entrañable Paseo en trineo con múltiples efectos de percusión), interpretadas por la orquesta como si estuvieran acostumbrados a hacerlo continuamente, demostrando una versatilidad extraordinaria para acometer este tipo de música ligera con la misma profesionalidad y buenos resultados que cuando se empeñan en partituras mayores. Tampoco faltaron los clásicos, como Adeste Fideles o el Largo del Concerto Grosso nº 8 di Natale de Corelli, bromas musicales incluidas.
Los protagonistas del evento, como de las propias fiestas, fueron los niños; muchos de los del público fueron de nuevo invitados a tomar la batuta, y los de la Escolanía exhibieron disciplina, entonación y afinación. Dmitrenco mostró una enorme generosidad al agradecer en cada oportunidad que se le presentó las experiencias que le ha ofrecido la orquesta y la sociedad sevillana en la que tan perfectamente parece haberse integrado. Cierto que éstas son ocasiones para desplegar grandes dosis de azúcar y algo de cursilería, pero eso es lo bueno que tiene la Navidad, que podemos expresar esos sentimientos y emocionarnos con ellos, con melancolía por los buenos momentos vividos con nuestros tan recordados seres queridos.
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