Serbia-Croacia-Francia 2012 90 min.
Dirección Goran Paskaljevic Guión Goran Paskaljevic y Filip David Fotografía Milan Spasic Música Vlatko Stefanovski Intérpretes Mustafa Nadarevic, Predrag Edjus, Nebojsa Glogovac, Meto Jovanovski, Zafir Hadzimanov, Nada Sargin
Estreno en España 21 febrero 2014
Las películas del director serbio Goran Paskaljevic (La otra América, El polvorín o Cabaret Balkan, Optimisti) circulan más en festivales que en pantallas comerciales; su anterior film, Medeni mesec, ganó la Espiga de Oro en Valladolid en 2009. Con el telón de fondo de ese país desestructurado y sumido en la descomposición y la desolación, como metáfora de una Guerra de los Balcanes aún reciente en el corazón y las entrañas, Paskaljevic construye ahora una fábula sobre un músico ya anciano a quien una sorprendente revelación relacionada con otra de las grandes heridas de ese país tan castigado, la Segunda Guerra Mundial, le hará iniciar una peregrinación en busca de la dignidad y la recuperación de su propia identidad. Un viaje por paisajes nebulosos, tristes y desoladores en los que entrará en contacto con una serie de personajes, pertenecientes todos a distintas etnias, razas y condiciones, que forman ese mosaico de país deconstruido, y por extensión de un Mundo en constante lucha por reivindicar un nivel de tolerancia y convivencia aceptable y equilibrado. Lástima que el desarrollo de esta encomiable iniciativa se revele tan parsimonioso y convencional a la hora de plantear situaciones cuyas resoluciones se antojan precipitadas y poco argumentadas, mientras la tristeza subyacente durante todo el metraje dificulte cualquier tipo de empatía hacia personajes y traumas. Se le agradece no obstante aportar su granito de arena a la cada vez más difícil tarea de recuperar nuestra memoria y especialmente la de quienes han sufrido algún tipo de humillación o dolor irreversible si no es con el bálsamo del respeto y la solidaridad. En este sentido llama especialmente la atención el papel que juegan las nuevas generaciones, anestesiadas y conformistas con la situación que han heredado, que ven cómo sus derechos se han mermado y hasta aniquilado y prefieren mirar hacia otro lado y adaptarse a una situación si acaso cómoda sólo a corto plazo, que no resulta en ningún caso aceptable. Por otro lado alabamos que sea a través de la música que nuestro personaje decida unir el pasado y el presente y buscar ese honor perdido en el devenir de los años y los acontecimientos, aunque para ello se haya apostado por una partitura bastante mediocre y convencional.
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