Dirección José María Goenaga y Jon Garaño Guión José María Goenaga, Jon Garaño y Aitor Arregi Fotografía Javier Agirre Música Pascal Gaigne Intérpretes Nagore Aranburu, Ane Gabarain, Itziar Aizpuru, Josean Bengoetxea, Gotzon Sánchez, Egoitz Lasa, Itziar Ituño, José Ramón Soroiz, Jox Berasategui Estreno en el Festival de San Sebastián 22 septiembre 2014; en España (limitado) 31 octubre 2014
La carrera de José Mari Goenaga y Jon Garaño es, juntos o por separados, dilatada y sin embargo poco conocida salvo por cinéfilos muy esforzados y comprometidos. Han hecho de todo, cortometrajes, documentales y hasta animación. Ésta no es su debut en la ficción de largo formato, pero sí la película que les ha dado a conocer mejor y por la que han recibido mayores vítores y reconocimientos. Y no sorprende a la vista de los resultados, pues se trata de un trabajo exquisito en concepto y factura. Un gesto de cariño, admiración o amor genera en una mujer, que acaba de entrar en la menopausia precoz, la extraordinaria sensación de sentirse bella y deseada. Este gesto tan generoso como convenido desencadenará una serie de reacciones y acontecimientos que acabarán poniendo en contacto a la mujer con otras dos, generando una catarsis emocional que sus directores han sabido transmitir al espectador a fuerza de una realización meticulosa, llena de ternura y atenta a todos los detalles. A través de una narración amable, de ritmo relajado y puesta en escena brillante y cálida, nos adentramos en el espinoso tema de las relaciones humanas, la pareja, la familia, y sentimientos a priori censurables pero condenadamente humanos como los celos, la posesión y el exceso de temperamento. Todo ello imposible sin el trabajo de diseño e interpretación de sus tres mujeres protagonistas, un universo intenso y propio de miradas y posturas que contribuyen a entender sus comportamientos sin juzgarlos, valorándolos en su justa medida. Su estupendo guión va insertando detalles que se erigen en imprescindibles para entender el drama en toda su extensión emotiva y emocional, a lo que contribuye una banda sonora de Pascal Gaigne ejemplar a la hora de realzar el drama y potenciar sin hacer trampa las contenidas emociones de sus personajes. Dos únicas nominaciones al Goya, aunque una de ellas sea a la mejor película del año, que podrían y deberían haberse convertido en más, coronan sus méritos tras pasar por la sección oficial del Festival de San Sebastián.
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