USA 2014 92 min.
Dirección Richard Loncraine Guión Charlie Peters Fotografía Jonathan Freeeman Música David Newman Intérpretes Morgan Freeman, Diane Keaton, Cynthia Nixon, Claire van der Boom, Korey Jackson, Carrie Preston, Sterling Jerins, Josh Pais, Miriam Shor Estreno en el Festival de Toronto 5 septiembre 2014; en Estados Unidos 8 mayo 2015; en España 4 septiembre 2015
A priori no cabía esperar de una película como ésta algo tan agradable y emotivo. El director británico Richard Loncraine, responsable de títulos como Ricardo III (la versión protagonizada por Ian McKellen), Wimbledon, Firewall, el telefilm La relación especial sobre Clinton y Blair con guión de Peter Morgan (La reina) y la exitosa serie de televisión Hermanos de sangre, confía en sus intérpretes, un Morgan Freeman espléndido como es habitual en él y una Diane Keaton comedida y en estado de gracia, esta amable comedia romántica sobre una pareja crepuscular que tiene que mudarse de su hogar en Brooklyn para encontrar mayores comodidades y respuestas a sus necesidades físicas. La ciudad y la protagonista podrían haber devenido en un sucedáneo de Woody Allen, y eso que Keaton luce aquí más que nunca una imagen muy entroncada con su Annie Hall, y que sentarse en un banco frente al puente de hierro es una imagen forzosamente asociada a Manhattan. Sin embargo Loncraine sortea el escollo y plantea una película simpática y curiosa en la que resuenan más los ecos de Adivina quién viene esta noche. Freeman y Keaton son ahora la pareja a la que daban vida en el film de Stanley Kramer Sidney Poitier y Katherine Houghton, superados tras cuarenta años los problemas racistas, al menos en una gran y tolerante ciudad como Nueva York. Cuarenta años sobreviviendo a prejuicios y problemas sentimentales y económicos, reflejados en unos agradables y muy académicos flashbacks, para a pesar del camino recorrido juntos seguir queriéndose tanto o más como el primer día. Porque lejos de sus intrigas inmobiliarias, muy bien planteadas para mantener el interés del espectador, a pesar de unas incómodas casualidades entre los clientes, la cinta sobresale por el respeto, el cariño y la emoción que consiguen transmitir sus atribulados protagonistas, incluso en relación a una adorable perrita, y que hacen de su visionado una delicia, por mucho que a algunos y algunas les pueda parecer cursi o dulzona.
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