Dirección Dani de la Torre Guión Alberto Marini Fotografía Josu Inchaustegui Música Manuel Rivero Intérpretes Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Elvira Mínguez, Goya Toledo, Fernando Cayo, Paula del Río, Marco Ruiz, Luis Zahera, Ricardo de Barreiro, María Mera, Antonio Mourelos Estreno 25 septiembre 2015
¿Quién es Dani de la Torre, este director gallego que apenas ha hecho alguna cosilla en televisión y algún que otro cortometraje, y debuta ahora en el largometraje, con casi cuarenta años, evidenciando una incuestionable pericia para generar tensión y mover la cámara a discreción? Del que sí sabemos algo es del guionista, Alberto Marini, que este mismo año se ha metido en un producto tan ambicioso como Extinction, y hace algunos se encargó del libreto de Mientras duermes, otro thriller protagonizado por el incombustible Luis Tosar. Pero no es el guión el punto fuerte de esta apasionante montaña rusa; sus referentes son claros e identificables, desde Con las horas contadas a Última llamada, pasando por Locke, Speed y A la hora señalada. Se trata del clásico suspense generado alrededor de un lapso de tiempo muy concreto, que juega a la contra. La actual crisis económica, el escándalo de las preferentes o incluso la crisis familiar y matrimonial no son más que unos clásicos mcguffin en un conjunto en el que lo que destaca es la capacidad técnica y artística para generar una descarga adrenalítica continua y casi insoportable, recorriendo las calles, nunca tan bien explotadas como ahora, de La Coruña con la misma intensidad emocional como lo hacen los sufridos personajes de la película, un inmenso Tosar junto a sus dos hijos en la ficción, interpretados con sorprendente convicción y naturalidad por los niños Paula del Río y Marco Ruiz. Por el camino también una excelente interpretación de Elvira Mínguez, protagonista además de una de las secuencias más fascinantes del espectáculo, su propia presentación a lo largo de un plano secuencia en un alarde técnico extraordinario. Apartado en el que apenas falla la clásica persecución automovilística a la española a la que se le notan las costuras en forma de retenciones descaradas para no rebasar el objetivo. Lástima que todo este conjunto perfecto como un mecanismo de relojería pierda fuerza cuando se aproxima su desenlace, convencional y forzado, incluida una moralina final demasiado obvia e impertinente. Pero en conjunto brillan las interpretaciones, la factura técnica y el descubrimiento de un realizador muy dotado para la acción y para generar esa descarga de adrenalina que sólo consiguen los buenos títulos del género.
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