USA 2015 123 min.
Dirección Adam McKay Guión Adam McKay y Charles Randolph Fotografía Barry Ackroyd Música Nicholas Britell Intérpretes Christian Bale, Steve Carell, Ryan Gosling, John Magaro, Finn Wittrock, Brad Pitt, Hamish Linklater, Rafe Spall, Jeremy Strong, Marisa Tomei, Melissa Leo, Stanley Wong, Byron Mann, Tracy Letts, Karen Gillan Estreno en Estados Unidos 23 diciembre 2015; en España 22 enero 2016
Adam McKay se ha labrado un porvenir en Hollywood dirigiendo comedias insustanciales y grotescas a la mayor gloria de Will Ferrell, como la saga del reportero Ron Burgundy alias Anchorman, Hermanos por pelotas, Pasado de vueltas o Los otros dos. Un estilo que le ha reportado experiencia y dominio para abordar con éxito su primera incursión en un cine ideológica y artísticamente más comprometido. La empresa no le ha podido salir mejor, pues tiene los méritos de tratar un tema tan trágico y delicado en clave de comedia y salir airoso, sin molestar ni hacer daño apenas a nadie, pues siempre hay estómagos más delicados; utilizar un lenguaje demasiado exclusivo de los mercados financieros, lo que impide que el mensaje en su integridad llegue a todos los públicos, y sin embargo el conjunto resulte entretenido y su objetivo cumplido, comprendiéndose en sus aspectos más génericos; y apostar por centrarse en una serie de personajes en principio deleznables que no obstante caen simpáticos. El material se lo brinda un libro de Michael Lewis, artífice también de The Blind Side (Un sueño posible) y Moneyball (Rompiendo las reglas), llevadas también al cine, la segunda como ésta con producción de Brad Pitt. La trama se ambienta en el preludio de la gran crisis económica que aún estamos padeciendo, cuando hace diez años algunos privilegiados supieron entender lo que se nos avenía, a pesar de que gobiernos, mercados bursátiles y medios informativos se negaran a ver la debilidad del sistema hipotecario en el que se basaba la hegemonía de la economía mundial. Previsión que les sirvió de plataforma para hacer inversiones en principio (short) suicidas pero a la larga muy rentables, aún al precio de un empobrecimiento general y una tragedia a escala inimaginable. La historia se centra en varios de estos agentes, entrelazándolos y entrecruzándolos gracias a un montaje frenético e histérico que parece colocarlos a todos en el mismo espacio y tiempo, dando continuidad a un espectáculo que se alarga poco más de dos horas sin decaer en ningún momento, con injertos de fotografías y documentales reales que muestran una población desprevenida, ingenua y sometida a los caprichos de unos cuantos cuyas malas prácticas no sólo no les ensuciaron sino que contribuyeron a aumentar su nivel de bienestar. Los precedentes son una comedia que Frank Capra dirigió a propósito de la otra gran crisis económica, la Gran Depresión del 29, La locura del dólar (American Madness), trasladada ahora a una sociedad menos ingenua, mucho más cínica, estresante e histérica, y definitivamente más maleducada que la retratada en este film de los primeros años del sonoro; Margin Call, que con mayor seriedad pero con el mismo rigor retrató el escenario en el que los peores augurios comenzaron a asomar en los lujosos despachos de Nueva York; y por supuesto El lobo de Wall Street, que con más lujo y recursos retrató un cuadro similar hace un par de años, el del aprovechamiento por unos cuantos avispados depredadores de una situación universalmente desfavorable para el resto de los humanos, y de la que esta película de McKay nominada a cinco Oscar toma prestada a la bellísima Margot Robbie, que como otros famosos, chefs, deportistas y Selena Gómez entre ellos, se prestan a explicar con un lenguaje más sencillo lo que los magnates de Wall Street no alcanzan a transmitir a una platea todavía estupefacta por cómo se ha jugado con nuestra paciencia, nuestros ahorros, nuestros derechos y nuestra confianza.
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