Dirección F. Gary Gray Guión Andrea Berloff y Jonathan Herman Fotografía Matthew Labatique Música Joseph Trapanese Intérpretes Keith Stanfield, Aldis Hodge, Jason Mitchell, Paul Giamatti, Alexandra Shipp, Keith Powers, Orlando Brown, Corey Hawkins, O’Shea Jackson jr. Estreno en Estados Unidos 14 agosto 2015; en España 13 noviembre 2015
La polémica que ha suscitado esta película ante la inminente entrega anual de los Premios Oscar, al haber sido nominada sólo en el apartado de mejor guión original cuando la comunidad afroamericana tenía prevista cubrir con ella las expectativas en unos premios que tradicionalmente los ningunea – otras candidaturas fallidas han sido las de Will Smith en Concussion e Idris Elba en Beasts of No Nation – nos ha servido de pretexto para recuperarla de entre lo estrenado a finales del pasado año. Veinte años ha necesitado F. Gary Gray para conseguir ser reconocido como un buen director, y lo hace precisamente volviendo a sus orígenes, cuando en 1995 realizó Friday o Todo en un viernes, protagonizada por Ice Cube, músico al que curiosamente biografía en esta Straight Outta Compton a la que situarse entre las diez mejores películas del año para el American Film Institute y el National Board of Review no le han servido para catapultar a su director y solvente reparto a la cumbre de los codiciados premios de la Academia. Por cierto, alguna imagen de Friday se ha colado en los títulos de crédito finales de la película, entre otras muchas secuencias reales de los protagonistas de este biopic, que no son sino los raperos Arabian Prince, DJ Yella, Dr. Dre, eazy-E, MC Ren y el propio Ice Cube, integrantes del grupo N.W.A., precursores de la música protesta que a finales de los ochenta se atrevió a poetizar las tremendas injusticias que sufrían los habitantes de los guetos de las grandes ciudades norteamericanas. En este caso concreto se trata del problemático barrio a las afueras de Los Angeles, el Compton del título, que sobrevive a fuerza de las mafias que contratan el tráfico de estupefacientes, lo que para la justicia blanca convierte a toda la población en sospechosa y objeto de todo tipo de ultraje y denigración, algo que lamentablemente continúa sucediendo allí y en otras zonas marginales de unos Estados Unidos en los que los continuos brotes de racismo hacen que el problema siga arrastrándose desde tiempos de Lincoln. Gray, que en todo este tiempo ha tenido que dirigir productos de encargo, la mayoría de acción, como Un ciudadano ejemplar, The Italian Job, Be Cool, Negociador o Diablo, y ahora rueda Fast and Furious 8, regresa a un tema que le preocupa, conoce bien y cultivó en sus primeros títulos, el ya referido y Hasta el final, un melodrama protagonizado por Jada Pinkett y Queen Latifah. La biografía de este grupo pionero del hip hop sirve al director afroamericano para radiografiar el creciente racismo en su país, y en el empeño se ayuda de un elenco excepcional del que ciertamente podría haber salido algún digno representante en los premios, así como de una banda sonora potente y una muy depurada fotografía, a pesar de que un montaje frenético y una dramaturgia dispersa malogra parte de sus posibilidades como instrumento de denuncia y protesta. Por otro lado resulta un producto demasiado dirigido a sus interesados, de forma que difícilmente logrará enganchar con un público no familiarizado no ya con el tema sino con la cultura musical y urbana que refleja. Algunos personajes están tan bien definidos como otros reciben un tratamiento simplemente circunstancial. Por todo ello se trata de un film que se antoja largo y pesado y que apenas arroja luz sobre la situación ni la carrera emprendida por el conjunto y cada uno por separado, al menos de cara a quien no se haya iniciado. Quizás sea la grandeza con la que está tratado el tema y un acabado formal de evidente empaque lo que la haya convertido rápidamente en objeto de culto tanto para la gran cantidad de público que la ha visto en Estados Unidos como para la crítica que ha caído rendida a sus pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario