Dirección Álex de la Iglesia Guión Jorge Guerricaechevarría, según el guión original de Paolo Genovese, Filippo Bologna, Paolo Costella, Paola Mammini y Rolando Ravello para “Perfetti sconosciuti” Fotografía Ángel Amorós Música Víctor Reyes Intérpretes Belén Rueda, Eduard Fernández, Ernesto Alterio, Juana Acosta, Eduardo Noriega, Dafne Fernández, Pepón Nieto, Beatriz Olivares Estreno 1 diciembre 2017
Perfetti sconosciuti de Paolo Genovese fue el año pasado un éxito de público, crítica y palmarés en Italia. Álex de la Iglesia retoma el guión de aquélla prácticamente al dedillo para cumplir un encargo de Mediaset destinado a romper la taquilla, y curiosamente no sólo ha mejorado el original sino que ha sabido, casi sin cambiar una coma del guión, adaptar la trama a la idiosincrasia española, y vaya si salimos mal parados. Genovese y cuatro guionistas más crearon un híbrido entre comedia social y generacional en el que los celos y las infidelidades se convertían en carne de disputa y controversia en una dramática cena entre amigos, pero el talante italiano quedaba prácticamente indemne, como pueblo fundamentalmente cariñoso y entrañable que es. Hay más mala leche ya desde el principio en esta versión española, que mejora al original no sólo en puesta en escena y sofisticación, sino que acierta en generar un producto con ritmo, sorpresas y crítica ácida a nuestra sociedad, siempre desde un punto de vista burgués e intelectual, que vive en amplios y lujosos áticos, que ya se sabe que eso es lo que vende cuando de hacer alta comedia se trata, y hasta en tiempos de Franco se hacía así, ¡en plena posguerra! Las parejas diseñadas por Iglesia se desprecian ya incluso antes de dejarse arrastrar por el maligno juego que se les ocurre en plena cena y que desata los desvaríos del argumento, tan bien planteados que resultan incluso verosímiles y menos forzados que sobre el papel. El director vasco acierta para ello en el trabajo con los actores, que aunque a veces puedan parecer sobreactuados, en realidad se adaptan al estilo que persigue este vodevil perverso y despiadado. Los españoles somos como somos, mezquinos, vanidosos y envidiosos, y en esta inteligente tragicomedia con tintes fantásticos queda bien expuesto. Hasta la música varía del toque pop urbano desenfadado del original italiano a las pinceladas burlesco- sinfónicas de Víctor Reyes, que junto a su muy intencionada puesta en escena contribuye al tono diabólico de esta propuesta malsana que tan bien disecciona el espíritu del carácter hispano. Nunca dos guiones tan similares sirvieron para recrear con tanta pericia e inteligencia dos pueblos tan distintos, a pesar de lo que pudiera parecer, el italiano y el español. Iglesia lo ha clavado con este lujoso y decididamente mejorado Aquí no hay quien viva, donde también abunda el mal rollo y la falta de respeto de los españoles en general, por muy sofisticados que a veces nos creamos.
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