USA 2018 102 min.
Guion, dirección y narración Peter Bogdanovich Fotografía Dustin Pearlman Documental Estreno en el Festival de Venecia 30 agosto 2018; en Estados Unidos 5 octubre 2018; en España 2 agosto 2019

Con estos precedentes, Bogdanovich presenta este documental, premiado en Venecia, tan aseado como en cierto modo aséptico, que rinde tributo a este icono indiscutible del cine, adoptando las formás más clásicas y académicas del documental televisivo, medio en el que Bogdanovich se ha refugiado en las últimas décadas antes de retomar la dirección cinematográfica con la decepcionante Lío en Broadway. Lo más destacado del documental reside en el inmejorable estado de las secuencias exhibidas, convenientemente restauradas, así como en el agotador trabajo de búsqueda de material que debe haber emprendido su director y el equipo bajo sus órdenes. La sucesión incesante de increíbles, y aún hoy divertidísimas, secuencias arquitectadas por el gran cómico, y de imágenes domésticas y material documental que recorren su vida después del éxito y el fracaso, se convierten en motivo indiscutible para el visionado de un film que, sin embargo, no profundiza en el carácter y la influencia del homenajeado.
Recurriendo a discutibles intervenciones de un gran número de profesionales, desde el crítico Leonard Matlin al inefable Tarantino, pasando por Mel Brooks, Johnny Knoxville, Cybill Shepherd, Dick Van Dyke, Werner Herzog o Carl Reiner, cabe preguntarse el interés de los anodinos e intrascendentales testimonios aportados por el lujoso elenco. Mientras, dedica gran parte del trabajo a lamentarse por el paulatino olvido al que fue sometido el genio y el talento del atlético humorista, una vez implantado el cine sonoro y cuando la Metro Goldwyn Mayer se hizo cargo de su carrera, borrando cualquier posibilidad de control del cómico sobre la misma. Lamentos muy habituales en la sociedad americana, tan propensa a la hipocresía, pero que no difiere del que despiertan otros casos similares, en ese o cualqueir otro país y profesión. Por otro lado nos informa del devenir que tuvo su carrera, entre spots publicitarios y colaboraciones estelares, que le propiciaron una vida acomodada durante el resto de su existencia, lo que no es poco a tenor de la suerte sufrida por otros colegas en similares circunstancias. El film está realizado sin inventiva ni imaginación, pero cumpliendo con su vocación primera de divulgar el trabajo de Keaton y ensalzar su fuerza y talento, lo que por sí solo ya merece su atención.
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