USA-Croacia-Canadá 2024 109 min.
Dirección James Watkins Guion James Watkins, Christian Tafdrup y Mads Tafdrup Fotografía Tim Maurice-Jones Música Danny Bensi y Saunder Jurriaans Intérpretes James McAvoy, Mackenzie Davis, Scoot McNairy, Aisling Franciosi, Dan Hough, Alix West Lefler, Kris Hitchen, Motaz Malhees, Jakob Hojlev Jorgensen Estreno en Estados Unidos y España 13 septiembre 2024
Generalmente, cuando Hollywood realiza el remake de una película europea es para convertirla en éxito sin tener que recurrir a los temidos subtítulos. No es el caso de esta cinta basada en otra danesa de hace sólo dos años, dirigida y escrita por Christian Tafdrup, que se responsabiliza ahora también del guion, pues aprovechando que sus dos parejas protagonistas eran holandeses y daneses, se comunicaban en inglés durante casi toda la película. Comparadas ambas, encontramos en otros aspectos la necesidad estadounidense de repetir la cinta, y son cuestiones de moralidad y comprensión.
La cinta del británico James Watkins, curtido en el terror y la intriga con películas como La mujer de negro y series como Black Mirror, repite fotograma a fotograma el original de referencia, permitiéndose sólo algunas pequeñas licencias, hasta que en cierto punto, muy avanzado el metraje, tira por otros derroteros, corrigiendo los defectos de comprensión de la otra, introduciendo las habituales secuencias de persecución y clímax adrenalítico final, y despreciando el desolador y extremadamente cruel final del film danés. Por eso sorprende que aun así Watkins sea capaz de ponerle al pastel una guinda tan espeluznante y fuera de los códigos morales imperantes. Sin contar con ese ambiente tan malsano del que los cineastas y narradores nórdicos son tan expertos, esta nueva versión resulta sin embargo más entretenida, con mejor pulso y más ritmo, que hace que su trama interese de principio a fin y la desazón experimente un crescendo de ansiedad que culmina justo cuando la trama llega a su desenlace.
Lástima que la maldad pura que exhibe aquella se diluya aquí en favor de una justificación materialista, si bien aplaudimos la fuerza y la decisión de la víctima femenina de la función, una estupenda Mackenzie Davis, convirtiéndose en auténtica heroína frente a un esposo más pusilánime y derrotista. El trabajo de James McAvoy como recipiente absoluto de la maldad más primitiva, acaba resultando mucho más convincente y hasta cierto punto moderado de lo que anunciaba su delatador tráiler. Como en aquélla, la inocencia infantil es la gran perjudicada.
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