Reino Unido-USA 2025 123 min.
Dirección Simon Curtis Guion Julian Fellowes Fotografía Ben Smithard Música John Lunn Intérpretes Michelle Dockery, Elizabeth McGovern, Hugh Bonneville, Jim Carter, Laura Carmichael, Paul Giamatti, Penelope Wilton, Joanne Froggatt, Dominic West, Allen Leech, Brendan Coyle, Lesley Nicol, Harry Hadden-Paton, Robert James-Collier, Arty Froushan, Michael Fox, Joely Richardson Estreno en Reino Unido y Estados Unidos 12 septiembre 2025; en España 10 octubre 2025
Downton Abbey triunfó en televisión durante cinco años. Cincuenta y dos capítulos repartidos entre seis temporadas, fruto de la creatividad de Simon Fellowes, quien podría decirse había esbozado la operación en la aclamada película de Robert Altman Gosford Park. En cualquier caso, ambas producciones se basaban sin lugar a dudas en la mítica serie de los setenta Arriba y abajo, pero con una producción más holgada y lujosa. Simon Curtis ha sido de nuevo el elegido para dirigir esta tercera parte de lo que se supone una trilogía cinematográfica a partir de los personajes y vicisitudes de la serie, y que por lo tanto culminaría con este título. Un film que se ambienta en 1930, y que tiene al personaje interpretado por la atractiva Michelle Dockery como figura central, heredera del legado de la familia Crawley. Los prejuicios sociales y la crisis económica devenida como consecuencia del crack, y que sirve para dar relieve a la participación estadounidense en la producción, centran el episodio central de una película que, como las precedentes y la propia serie, cuenta tantas historias cruzadas como infinidad de personajes se pasean por la pantalla.
Un trabajo dinámico del artesano director Simon Curtis, cuyos trabajos más destacados son Adiós Christopher Robin, La dama de oro y Mi semana con Marilyn. Sin embargo, tal amalgama puede resultar indigesta e incomprensible, dada la cantidad de personajes y nombres, para quien no esté familiarizado con el conjunto. No obstante, su lujosa factura, el encanto de las localizaciones y el buen rollo y discutible amabilidad que destila, logran que el film se deguste con agrado. En este punto, destacamos lo que a nuestro juicio más nos ha cautivado, que es el exquisito y acertado uso del lenguaje, paradigma de los buenos modales y acierto como vehículo indiscutible que tenemos para expresarnos y hacernos entender, algo así como arma infalible para resolver problemas de toda índole, y que si nuestros políticos dominaran como debieran, evitarían mucha violencia.
En cierto momento, Lady Edith, como todos los demás excelentemente interpretado por Laura Carmichael, le lee la cartilla en plenas carreras de Ascot, magistralmente recreadas, a un presunto estafador de la familia. Todo un ejemplo de oratoria impecable, exquisita dicción (imprescindible la versión original) y lección interpretativa, que se repite a lo largo de la película en otras circunstancias y personajes. Sólo por eso, ya cabe dejarse seducir por la supuesta última entrega de la saga. Entre las curiosidades, destacar la presencia como personaje de Noel Coward, interpretado en esta ocasión por Arty Froushan como en Gosford Park lo hizo Jeremy Northam. Una constante en el imaginario de Julian Fellowes, que aporta calidad y encanto al conjunto, con sus canciones y citas literarias, llegando incluso a incluir como chiste su inspiración en el servicio del castillo para la comedia Vidas privadas. Por supuesto, hay homenaje y dedicatoria para la inimitable Maggie Smith.
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