martes, 17 de enero de 2023

ROBERTO RÚMENOV, UN JOVEN INTROSPECTIVO

Concierto organizado por Juventudes Musicales de Sevilla. Roberto Rúmenov, piano. Programa: Suite de El pájaro de fuego para piano, de Stravinski-Agosti; Preludio y Fuga nº 18, de Bach; 1er libro de Images, de Debussy; Variaciones y fuga sobre un tema de Händel, de Brahms. Teatro Cajasol, lunes 16 de enero de 2023


Con unas sentidas y necesarias palabras de recuerdo para Luis Izquierdo y Ramón Coll, Arnold Collado, presidente de Juventudes Musicales de Sevilla, presentó anoche una entrega especial de Noveles en concierto, que tuvo como protagonista al pianista búlgaro afincado en España, Roberto Rúmenov. Izquierdo, director e impulsor de la Bética Filarmónica durante muchos años, y habitual del Miserere catedralicio de Eslava, falleció el pasado diciembre, mientras Coll, que tras una fructífera trayectoria como pianista y docente recaló en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla en calidad de catedrático, nos dejó justamente ayer mismo. Rúmenov ha estudiado y perfeccionado su técnica en nuestro país, y tras ganar varios certámenes, entre ellos del que celebra Juventudes Musicales en Albacete, recorre la geografía española con sendas giras, con una de las cuales ha aterrizado en el Teatro Cajasol, uno de los espacios emblemáticos y habituales de la institución que preside Collado.

Para la ocasión presentó un programa aparentemente muy ecléctico con el que poder exhibir tanto sus cualidades técnicas como las puramente expresivas, aunque en el fondo hubo una presencia evidente de los maestros barrocos, tanto Bach como Händel a través de Brahms y Rameau de Debussy. El recital arrancó con la transcripción para piano que realizó en 1928 el pianista Guido Agosti, alumno de Busoni, de la Danza infernal y la apoteosis final de El pájaro de fuego de Stravinski. La página le dio la posibilidad de exhibir músculo pero también misterio e introspección, con algún pasaje atropellado y alguna incómoda nota falsa de por medio, pero con un resultado global bastante satisfactorio merced a un buen entendimiento de la partitura y una estupendamente defendida paleta de colores. Con el Preludio y fuga nº 18 del primer libro de El clave bien temperado de Bach, Rúmenov pareció sentirse más cómodo con el preludio, que resolvió con fluidez y elegancia, que con una fuga bastante mecánica y rígida, de escaso relieve, si bien acertó en su cadencia rítmica y claridad melódica, además agradecimos la oportunidad de reencontrarnos con Bach al piano moderno.

Con el primer cuaderno de Images de Debussy, Rúmenov encontró su voz, delicada, introspectiva y capaz de profundizar en el pentagrama y encontrar en la música la sensibilidad justa para transmitir toda esa efusión de emociones que desprenden las notas del compositor francés. En Reflejos en el agua, el joven desplegó con maestría todos los recursos retóricos empleados por Debussy para describir el jugueteo del agua, arpegios, trémolos, glissandi perfectamente controlados, mientras en Homenaje a Rameau transmitió toda la serenidad que desprende esta elegante sarabanda. Más abstracto, el Mouvement resultó un torbellino de notas en perpetuo movimiento, que Rúmenov resolvió con sentido de la proporción y la expresividad. Interpretar las Variaciones de Brahms sobre un tema de Händel es un desafío para cualquier pianista; hacerlo sin partitura, como atacó el resto del programa, una temeridad, y retarse a sí mismo a tan temprana edad, una señal de valentía. Así hizo este artista de la pulsación, logrando adaptarse a cada espíritu, cada matiz y giro de tan extensa partitura, con momentos de lucimiento virtuoso, otros de endiablado ritmo y otros de intenso lirismo, todos resueltos con sabiduría y destreza. Dejó perfecta constancia de los diferentes estilos abordados por su autor, desde referencias barrocas a ensimismamiento romántico, y espacio también para el misterio y la tragedia, por ejemplo en los aires fúnebres de la variación número trece. Tras la exuberante fuga final, traducida con igual magisterio que el resto de la pieza, el joven nos deleitó con un Estudio número 4 del opus 39 de Rachmaninov, impetuoso y trágico, pero también henchido de lirismo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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