viernes, 28 de febrero de 2025

NO OTHER LAND Bárbaros de la era digital

Palestina-Noruega 2024 95 min.
Guion y dirección
Basel Adra, Yuval Abraham, Hamdan Ballal y Rachel Szor Fotografía Rachel Szor Música Julius Pollux Ruthlaender Documental Estreno en el Festival de Berlín 17 febrero 2024; en españa (Movistar Plus+) 21 diciembre 2024; en Noruega 7 febrero 2025

Relato de lucha y supervivencia en una tierra maldita por acto y gracia de la aún más maldita Israel, en otro sentido radicalmente opuesto, que aplasta y se expande sin reparo y con la aprobación directa o por silencio de una comunidad internacional que se revela cada vez más estéril. Narrada en primera persona por sus protagonistas, dos amigos crecidos en la adversidad y los dos con un mismo fin, dar a conocer las atrocidades del ejército israelí contra la población palestina, el film se convierte en arma indispensable y a la postre arrojadiza contra la barbarie imperante entre quienes se consideran civilizados y nos hacen creer a los demás que enarbolan la bandera del progreso y la libertad. En ese contexto, el palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham luchan contra la ocupación del ejército y los colonos con la única arma de la que disponen, la información, a través de la imagen y el texto, las redes sociales y el eco que encuentran, a menudo discreto y velado, en la televisión. Se trata pues de una crónica de sangre y destrucción, injusticia y salvajismo, con su reverso amable, el que propicia esta insólita y perdurable amistad basada en la convicción de la justicia y la esperanza.

Un encuentro entre dos mundos antagónicos que se reconocen y se entienden, algo así como pretendían Barenboim y Saïd cuando crearon la fundación a través de la cual jóvenes de uno y otro lado del territorio se juntan para tocar música. Un encuentro como se puede observar, que conduce más a la desesperanza, sobre todo cuando comprobamos ante las terribles imágenes que encierra este valioso documental, que parece viajemos en el tiempo para reencontrarnos con la misma barbarie que azotaba este desdichado planeta cuando romanos o señores feudales lo regentaban. No importan las declaraciones de derechos humanos ni las resoluciones internacionales, todos permitimos que esto ocurra, siguiendo con nuestra vidas acomodadas, privilegiadas, mientras en otros lugares se destruyen escuelas, se dispara a bocajarro a inocentes, se mete en la cárcel a quienes se defienden y se obliga a la gente humilde a abandonar la tierra en la que viven desde hace siglos, destruyendo sistemáticamente sus hogares y taponando pozos de agua para impedir su trabajo y medio de vida. En definitiva, se perpetran atrocidades de todo tipo, inimaginables en un mundo que suponemos civilizado.

Todo esto lo narran los protagonistas y el equipo noruego que les asiste con gravedad, con pausa y sentido del ritmo, pero sin abandonar nunca su principal consigna, la denuncia y la búsqueda, aunque se revele infructuosa, de justicia. Ya ha ganado el premio del público y el de mejor documental en Berlín y en los premios europeos del cine, y podrá gana el Oscar y que Hollwood se apunte otro tanto como comunidad más progresista y culturalmente avanzada que el resto de lo que le circunda, aunque nosotros lo que de verdad seguimos esperando es que algunos y algunas de sus más influyentes personalidades de la comunidad judía, como Spielberg, Streisand o Allen, se pronuncien ante la perversidad sin límites de ese demonio llamado Netanyahu y sus políticas expansionistas, auspiciadas por el nefasto e infame Donald Trump. Nuestro único deseo es que Masafer Yatta, Cisjordania y Palestina no tengan que mirar al cielo para esperar una vida mejor donde reine la igualdad entre hombres y mujeres que a estas altura sigue sin reinar en la tierra.

BANDA SONORA PARA UN GOLPE DE ESTADO Justicia y libertad a através de la música

Título original: Soundtrack to a Coup d’Etat
Bélgica-Francia 2024 150 min.
Dirección
Johan Grimonprez Guion Johan Grimonprez y Daan Milius Fotografía Jonathan Wannyn Documental Estreno en el Festival de Sundance 22 enero 2024; en Estados Unidos 1 noviembre 2024; en Filmin' 28 febrero 2025


Pasado un tiempo generoso, y siguiendo la pauta veladamente hipócrita de Estados Unidos, todos los países acaban entonando el mea culpa en el cine. Esta vez se trata de Francia, que mantuvo el Congo como colonia desde el siglo XVI, y Bélgica, que tras los negocios de Leopoldo II pasó a la ocupación colonial del país desde 1908. No se escapa el imperio del siglo XX, Estados Unidos, cuyos intereses comerciales en la zona le llevó a propiciar el golpe de estado que, una vez alcanzada la supuesta independencia del Congo, protagonizó Joseph Kasa-Vubu y acabó con el régimen de su esperanzador y efímero primer ministro, Patrice Lumumba, asesinado por orden de la CIA en 1961. 
Precisamente este episodio provocó la irrupción en el Consejo de Seguridad de la ONU, organismo que una vez más evidenció su blandura e inclinación al fracaso, de la cantante Abbey Lincoln y el percusionista Max Roach para protestar por tan execrable asesinato. Y esto permite al cineasta Johan Grimonprez establecer cierto paralelismo entre la cultura del jazz afroamericano en aquellos tumultuosos años sesenta y los acontecimientos que desataron el empobrecimiento definitivo del continente africano tras la caída del Congo y la explotación brutal de sus recursos naturales, incluido el marfil y el caucho.

Una demostración más del carácter depredador y depravado del hombre sobre su propia especie, que en manos del cineasta belga adopta una estética decididamente farragosa, profusamente documentada y trabajada hasta el extremo, pero cuyo aspecto definitivo denota una histeria fílmica que poco favorece a su instinto educativo. Es así que hay demasiada información, a menudo desordenada, con sobre exposición de rótulos y citas escritas, y tal cantidad de material de archivo que ni siquiera dos horas y media interminables logran aprovecharla.

Tampoco queda suficientemente justificada la intercalación de excelentes interpretaciones de jazz a cargo de famosos como Louis Armstrong, Nina Simone, Dizzy Gillespie, Miriam Makeba, John Coltrane, Ornette Coleman o los directamente implicados Roach y Lincoln, en esta maraña de información. Nikita Krushchev, Malcolm X, Fidel Castro, Dwight Eisenhower o el propio Rey Balduino surgen también entre tanto dato y archivo como peones fundamentales de este holocausto y cataclismo geopolítico que tanto ha contribuido a destruir el continente que hoy protagoniza las mayores pesadillas de los más crueles e insensatos mandatarios occidentales. En su palmarés destacan el Premio Especial del Jurado en Sundance y la nominación al Oscar al mejor documental.

SUGARCANE Un dolor infinito

Canadá-USA 2024 107 min.
Dirección
Emilie Kassie y Julian Brave NoiseCat Fotografía Emilie Kassie y Christopher LaMarca Música Mali Obomsawin Documental Estreno en el Festival de Sundance 20 enero 2024; en Disney+ 10 diciembre 2024

Premiado en Sundance con el premio a la mejor dirección en el apartado de documentales, este estremecedor trabajo indaga sobre el genocidio indígena perpetrado en Estados Unidos y Canadá aún a lo largo del siglo XX, fundamentalmente en el seno de la Iglesia Católica, cuyas escuelas de segregación sirvieron al Estado para perpetrar los más atroces abusos sexuales y maltrato sistemático que derivó en el suicido de miles de niños y niñas originarias de los territorios ocupados desde que los extranjeros europeos invadieron y agredieron sus tierras.

Resulta curioso que sean precisamente estos invasores quienes ahora enarbolen la bandera patriótica para impedir la llegada de nuevos pobladores en busca de mejores condiciones de vida. En un momento dado del documental, el Papa Francisco responde a las reclamaciones de la Nación Original de Williams Lake, desde donde se centra el proceso de restauración de la memoria histórica, llevada a cabo por su actual jefe, Willie Sellars, y comenzada por el anterior, Rick Gilbert, ambos con un protagonismo importante en la función. El Pontífice se limita a confesar su vergüenza en nombre de la Iglesia Católica. Otro tanto hace el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, cuando se acerca a los territorios damnificados. Pero la restauración emocional y la justicia aún se hacen esperar, mientras la desolación, el dolor y la impotencia se adueñan de una población diezmada en número y ánimo, y del que este intimista y relajado documental se hace eco desde la contención y el respeto.

Uno de sus responsables pertenece a la familia que lidera la dramaturgia de este trabajo, NoiseCat, quizás de ahí devenga el respeto con el que todo ha sido abordado. Mientras, las valiosas investigaciones de Charlene Belleau y Whitney Spearing se encargan del resto, dejando en general una sensación de enorme desolación y desgarradora impotencia, lejos de una necesaria sanación, aunque todo haya sido trabajado desde la contención y la más profunda melancolía, sin estridencias ni salidas emocionales de tono. Nominado al Oscar.

jueves, 27 de febrero de 2025

EL CLAVE BARROCO IBÉRICO LUCE ESPLÉNDIDO CON IRENE ROLDÁN

Clave en Turina. Made in Sevilla. Irene Roldán, clave. Programa: La Iberia de Scarlatti (Recercata, fuga y sonata prima, de Sebastián de Albero; Preludios no.4 en fa menor, no.3 en Do mayor y no.1 en re menor, de Antonio Soler; Sonatas no.43 y no.44 en fa menor, Minuet en Fa mayor, de Carlos Seixas; Sonatas K.213 en re menor y K.214 en Re mayor, de Domenico Scarlatti; Sinfonías no.2 en mi menor y no.8 en Do mayor/menor, de José de Nebra; Variaciones del fandango español, de Félix Máximo López). Espacio Turina, miércoles 26 de febrero 2025


Hemos sido testigos privilegiados del fulgurante ascenso de Irene Roldán como consumada clavecinista al nivel de los y las intérpretes más exigentes, desde sus inicios como becaria de la Barroca de Sevilla y su participación en diversos conciertos junto al conjunto hispalense, hasta su mayoría de edad enfrentándose en solitario a todos los misterios y resortes del teclado, aquí y en plazas internacionales desde donde nos han llegado felices noticias de sus triunfos. Pero nos asalta una duda que siempre albergamos, y es que habiendo proliferado tanto en las últimas décadas el talento local, así como la asistencia de nuestros jóvenes a los conservatorios, ¿cómo es posible todavía que conciertos tan valiosos como el que se celebró el pasado lunes en la capital, con Andris Nelsons y la Leipzig Gewandhausorchester deleitándonos en el Maestranza, queden tantas localidades sin ocupar, ofreciendo una triste y vergonzosa imagen de la melomanía sevillana? Si es por precios, seguro que el coliseo tiene la solución. Profesionales y estudiantes abundan en la ciudad, ¿cómo es posible que dejen pasar una lección magistral como ésta?


Hecha esta reflexión, toca exhibir en estas páginas la excelente impresión que nos dejó anoche Irene Roldán con un programa que pide a gritos grabarse para la posteridad. Se trató de convocar algunos de los más sobresalientes compositores para teclado del barroco de la península ibérica, conjugándolos con la influencia, directa o indirecta, que debió ejercer sobre ellos la presencia en la corte de Fernando VI de Domenico Scarlatti. Un repaso que se inició con Sebastián de Albero, navarro y primer organista de la Capilla Real de Madrid, además de músico de cámara del referido monarca, que en Madrid entabló amistad con Scarlatti y José de Nebra. Su obra para teclado constituye una de las cimas de la Escuela Española del siglo XVIII, con un estilo melancólico y sentimental que se hizo sentir especialmente en la estética de Roldán, más atenta a los afectos, a la delectación melódica que al virtuosismo vertiginoso con el que otros y otras abordan su Recercada y fuga. Tan incisiva se mostró en esta página como en las sensacionales sonatas del portugués Carlos Seixas que interpretó a continuación, precedidas de un preludio del Padre Soler que pasó inadvertido dada su brevedad. Del organista de la Catedral de Coimbra, que se relacionó con Scarlatti en Lisboa, extrajo todo el fulgor y la elegancia que exhiben sus inspiradas páginas, con un lenguaje armónico claro y contundente y un fraseado preciso y paladeado.

En similares circunstancias abordó las dos sonatas seleccionadas de Scarlatti, de entre las más de quinientas que compuso, todas en nuestro país. Y de nuevo prefirió paladear su arquitectura y su gramática que abandonarse al puro exhibicionismo virtuosístico, aunque hubo ocasiones para demostrar que también puede hacerlo. De Nebra ofreció dos sorprendentes páginas, que evidenciaron la facilidad melódica y armónica de quien, no en vano, fue principal referente de la zarzuela barroca. Pura efervescencia y un ímpetu inusitado se dieron cita en la Sinfonía nº 2, mientras la nº 8 deparó momentos tan excitantes como el segundo rondó, con un trabajo del doble teclado excelente, uno de ellos afinado más seco y percutivo que el otro, fomentando un sonido realmente original y atractivo, que Roldán se hizo cargo de hacer brillar en todo su esplendor.

Otros dos preludios de Soler sirvieron de arranque para la segunda de las sinfonías de Nebra y las Variaciones del fandango español de Félix Máximo López que cerraron el programa oficial. Del compositor madrileño, que llegó a ser, escalando peldaños, primer organista de la Capilla real de Madrid, ofreció esta pieza llena de encanto y ritmo, logrando una interpretación depurada, precisa y, a todos los efectos, brillante, que no debe confundirse con la más conocida Variaciones sobre minués afandangados del mismo autor. Como propina, sin salirse del guion, atacó una Sonata en Re mayor de Mateo Pérez de Albéniz, riojano de nacimiento y vasco de corazón, más próximo al clasicismo aunque permite al clave una interpretación tan vigorosa como la que ofreció la joven clavecinista para rubricar tan excelente concierto.

Fotos: Luis Ollero

miércoles, 26 de febrero de 2025

THE MONKEY Destino final con monería

USA 2025 95 min.
Guion y dirección
Osgood Perkins, según la novela de Stephen King Fotografía Nico Aguilar Música Edo Van Breemen Intérpretes Theo James, Tatiana Maslany, Christian Convery, Colin O’Brien, Rohan Campbell, Sarah Levy, Osgood Perkins, Elijah Wood, Tess Degenstein, Danica Dreyer Estreno en España y Estados Unidos 21 febrero 2025


Stephen King
engrosa con esta última adaptación de su obra, en este caso un relato corto publicado en 1980, su larga lista de trabajos llevados al cine, prácticamente la totalidad de ellos entre novelas, cuentos y guiones, con una veintena al menos como destacadas y dignas películas. Tras un largo período como actor secundario en cintas de distinta índole, el hijo de Anthony Perkins, Osgood Perkins, parece haberle cogido el pulso como realizador al género que más popularidad dio a su padre, vía Psicosis, el terror. Tras haber dirigido La enviada del mal, Soy la bonita criatura que vive en esta casa, Gretel y Hansel: Un oscuro cuento de hadas y Longlegs, firma ahora esta singular y extravagante película que parte del relato de King para transformarlo en un desconcertante esperpento entre el humor y el terror con ínfulas de gore.

Dos hermanos encuentran entre las pertenencias de su padre, que les ha abandonado, un extraño mono mecánico que provoca la muerte de los seres más cercanos cuando se le da cuerda. Tras un obligado tiempo para que los adolescentes descubran la diabólica función del muñeco, se desatará el caos y la destrucción mediante los instintos más escabrosos y asesinos de sus propietarios. Este es el punto de partida de una disparatada seudo comedia plagada de situaciones lejos de lo convencional y fuertemente violentas. Si se quiere ser optimista acerca del presunto carácter crítico del intelectual medio estadounidense, podríamos inclinarnos a una posible lectura acerca de la cultura violenta e ignorante de un país capaz de llevar a la presidencia a un delincuente y peligroso agitador social ultraderechista. Esto redimiría a un espectáculo guiñolesco, con episodios descaradamente deudores de la saga Destino final, en el que abunda el esperpento y los personajes grotescos, y del que superficialmente poco o nada se puede extraer más allá de su propuesta sanguinolenta, evidenciando de paso una incapacidad notoria para narrar con un mínimo de coherencia y orden.

Evita además proporcionarnos un conocimiento razonable de los orígenes del monstruo, cuyo destino se nos va de las manos y que le habría reportado más inquietud a una función no obstante lo suficientemente entretenida como para pasarle por alto estas deficiencias. Entre los personajes destacan las breves intervenciones de Elijah Wood como nuevo esposo de la ex del protagonista, un Theo James de la saga Divergente que encuentra en su doble papel de hermanos gemelos su primera oportunidad importante de lucimiento, tras una veintena de años de carrera. Destaca también la intervención del propio director encarnando al extravagante tío de los desgraciados gemelos.

martes, 25 de febrero de 2025

ANDRIS NELSONS Y LA GEWANDHAUS DE LEIPZIG, SENSACIONALES

Gran Selección. Leipzig Gewandhausorchester. Andris Nelsons, dirección. Christiane Karg, soprano. Programa: La rueca de oro Op. 109, de Dvorák; Sinfonía nº 4 en Sol mayor, de Mahler. Teatro de la Maestranza; lunes 24 de febrero de 2025


No podía ser de otra manera, la orquesta que debe su nombre al almacén de ropa en el que se construyó la primera sala de audiciones de Leipzig, ofreció anoche una de las citas imprescindibles de una temporada del Maestranza abundante en ellas. Lástima que el público no lo comprendiera así y dejara la oportunidad de que la taquilla colgase  “no quedan localidades”. Demasiados huecos en la sala para tan trascendente ocasión.

Al frente de la considerada orquesta más antigua del mundo, Andris Nelsons, uno de los más admirados directores de orquesta de la actualidad, capaz de simultanear, y a veces hasta combinar, su tarea frente a este legendario conjunto y la Sinfónica de Boston, dejando siempre una impronta inimitable en sus calculadas interpretaciones.

La de ayer no fue una excepción, y así lo experimentaron quienes tuvieron el acierto de asistir a lo que sin duda ha sido un reto para el equipo directivo del Maestranza, teniendo en cuenta que sus otras dos únicas actuaciones en España tendrán lugar hoy y mañana en Madrid, donde organizado por Ibermúsica, el precio de cada entrada dobla al de Sevilla.

Oro en los atriles

Seguir el argumento del escabroso cuento de Karl Jaromir Erben La rueca de oro, a través de la pura música programática que a tal efecto compuso Dvorák, es sin duda una delicia, especialmente si la batuta y los efectivos orquestales rinden a tan excelente nivel. La claridad y la contundencia con la que Nelsons mimó dicha partitura, hizo posible este feliz desplazamiento por tan maravillosa partitura.

Sólo la exposición de los instrumentos, con los violines enfrentados, violas y violonchelos en el centro y contrabajos en el extremo izquierdo, permitió unos juegos dinámicos y unos efectos acústicos de absoluta magia y ensoñación, que Nelsons dosificó además con precisión y altura de miras hasta conseguir una interpretación impecable y envolvente, puro enganche de principio a fin.

Otro acierto fue combinar sin fisuras y con una elegancia absoluta los resortes fantásticos de la partitura con aquellos de mayor calado rústico y popular. Especialmente sorprendente fue el trabajo de los metales, nunca agresivos ni estridentes, como si una mesa ecualizadora los controlara. El paso frecuente de lo más idílico a lo más trágico fue otra de las pautas de distinción de esta portentosa interpretación del tercero de los poemas sinfónicos que compuso el autor checo.

Mahler desde las entrañas del cielo

Si hace algo más de tres años Soustrot nos brindó una excelente interpretación de la Cuarta de Mahler, con su habitual sentido de la elegancia y la mesura, la que ayer nos ofreció Nelsons superó cualquier expectativa, logrando esa atención permanente que convierte una interpretación musical en toda una fascinante experiencia sensorial. El letón rubricó una interpretación entre vigorosa y delicada de la obra, sin llegar nunca a lo empalagoso ni la pura exaltación.


Con un sentido muy agudo de las proporciones, la suya combinó la gracia pastoral con el vigor incisivo, y una cierta inestabilidad a través de la cual se alternan y a veces superponen ironía y serenidad, certidumbre y duda. Sin abandonar nunca la esencia de la infancia, acertó en el trabajo con las texturas y las melodías del allegro inicial, el toque ligeramente diabólico del segundo movimiento, con un trabajo eficaz del primer violín, incluido cambio de instrumento afinado más alto. Todo ello sin abandonar en ningún momento el carácter ingenuo de una música que ensalza la visión que del paraíso pueda tener la niñez, lo que no deja de ser morboso.

Lástima que el estremecedor adagio quedara enturbiado por las impertinentes y a menudo evitables toses, siempre atentas al efecto llamada. Aún así fuimos capaces de dejarnos seducir por tan espiritual propuesta, que culminó con una apoteósica y majestuosa visión de ese cielo imaginado.

Sin apenas pausa, la soprano Christiane Karg entonó el cuarto movimiento con una voz de hermoso timbre y adecuada proyección, dotándola de la expresividad justa para ahondar en esa felicidad y serenidad que potencian las palabras del lied de Das Knaben Wunderhorn que le sirve de base, sin por ello dejar de transmitir esa desazón siempre presente en la muerte, por mucho cielo con el que se nos quiera consolar. Desde luego, más paraíso que disfrutar de tan excelso concierto, no se nos ocurre.

Fotos: Guillermo Mendo
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 24 de febrero de 2025

LA ÚLTIMA REINA Feminismo en la corte de Enrique VIII

Título original: Firebrand
Reino Unido-USA 2023 120 min.
Dirección
Karim Aïnouz Guion Henrietta y Jessica Ashworth, según la novela de Elizabeth Fermantle Fotografía Hélène Louvart Música Dickon Hinchliffe Intérpretes Alicia Vikander, Jude Law, Eddie Marsan, Sam Riley, Simon Russell Beale, Ruby Bentall, Erin Doherty, Junia Rees, Bryony Hannah Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2023; en Reino Unido 6 septiembre 2024; en España 21 febrero 2025

En el cine y la televisión nos hemos acostumbrado a saber más de Enrique VIII a través de la historia de cada una de sus seis esposas que de la suya propia. Así ocurría en La vida privada de Enrique VIII en 1933, Ana de los mil días en 1969 o la serie Enrique y sus seis esposas en 1972. Catalina Parr ha aparecido, además de en algunas de las mencionadas, en La reina virgen, interpretada por Deborah Kerr, y en Los Tudor. Ahora es el brasileño Karim Aïnouz quien se encarga de llevar a la pantalla su historia enmarcada en su matrimonio con el cruel rey, según la novela de Elizabeth Fremantle, que se permite varias licencias en el proceso, principalmente dar al conjunto un aire decisivamente feminista, y fabular con el posible final del infame monarca.

Da la sensación, sin embargo, de que debe resultar mucho más interesante lo escrito en la novela que su plasmación cinematográfica, que para el caso se conforma con un híbrido entre lo clásico y convencional y lo más contemporáneo y atrevido, sin llegar ni mucho menos a la estética de Los Tudor ni al universo vanguardista empleado por Justin Kurzel en sus incursiones históricas. Pero es en lo puramente dramático y narrativo donde la función no alcanza a interesar un mínimo admisible, convirtiendo la propuesta en una indigesta y algo aburrida crónica que repasa las simpatías de la reina por el protestantismo, a través de su amistad con la mártir Anne Askew, sus devaneos románticos con Thomas Seymour (Sam Riley) o la persecución a la que fue sometida por presunta herejía por el Obispo de Winchester, Stephen Gardner (Simon Russell Beale), sin que ninguna de estas afrentas le pasara factura, como sí lo hicieron cuestiones de similar calado con sus trágicas predecesoras.

Quizás haber ahondado en esta curiosa facilidad con la que sorteó tantos peligros, hubiese resultado en una película más inquietante y fascinante de lo que finalmente puede considerarse. Destaca sin embargo la esforzada interpretación de Jude Law, a priori improbable candidato a dar vida al orondo rey, y que sin embargo sale bastante airoso del reto, incluidos los dolorosos episodios provocados por la herida en un muslo que arrastró desde 1536, y que pudo provocar, junto a una posible sífilis, su deceso. Alicia Vikander recrea sin embargo una Catalina Parr bastante plana y demasiado comedida, lejos de esa rebeldía o provocación que apunta el título original de la cinta, puede que en consonancia con la visión templada que como referente feminista se pretenda dar de su personaje. Todo lo demás, en la línea de las producciones históricas, con buen vestuario, bellas localizaciones, cuidados encuadres fotográficos y una convincente banda sonora.

domingo, 23 de febrero de 2025

PADDINGTON: AVENTURAS EN LA SELVA Más acción pero menos magia y ternura

Título original: Paddington in Peru
Reino Unido-Francia-USA-Japón 2024 106 min.
Dirección
Dougal Wilson Guion Mark Burton, Jon Foster y James Lamont Fotografía Erik Wilson Música Dario Marianelli Intérpretes Olivia Colman, Antonio Banderas, Hugh Bonneville, Emily Mortimer, Carla Tous, Julie Walters, Madaleine Harris, Sanuel Joslin, Jim Broadbent, Hayley Atwell y las voces de Ben Whishaw e Imelda Staunton Estreno en Reino Unido 8 noviembre 2024; en España 21 febrero 2025


Unos efectos especiales aún más sofisticados y un reparto multiestelar no consiguen mantener la magia y la ternura a la que nos habían acostumbrado las dos anteriores entregas de las aventuras londinenses del osito más querido, con estatua incluida en la estación de ferrocarril que le da nombre. Ahora viaja a Perú en compañía de la familia Brown, en busca de su tía Lucy, perdida en el Amazonas como consecuencia de la infructuosa búsqueda de los tesoros del mítico El Dorado. Un errático guion plagado de causas y efectos de difícil digestión, y la escasa entidad de la trama propuesta, dan al traste con la aventura, que en inglés recibe sencillamente el título de Paddington en Perú, y aquí hemos potenciado su incongruente planteamiento con un inadecuado Aventuras en la selva.

Las localizaciones reales en magníficos parajes de Perú y Colombia, incluido el fascinante Machu Pichu, se pierden entre las intervenciones infográficas que dan al conjunto una apariencia tan diamantina como artificiosa, mientras Dario Marianelli aporta buen oficio con una banda sonora muy al estilo de las grandes superproducciones de aventuras. Por su parte, Antonio Banderas se quita la espinita que a buen seguro le debió reportar su breve participación en la última aventura de Indiana Jones, con un papel a la medida de aquél pero con más enjundia y una divertida multiplicidad de personajes relacionados con sus antepasados, lo más divertido de la función.

Destacamos también el personaje de Olivia Colman, una monja que se permite incluso un simpático número musical coreografiado y con guiño final a Sonrisas y lágrimas. Pero echamos de menos al osito que tanto nos enamoró en las dos entregas anteriores, y es que quizás un director debutante e inexperto y una nueva plantilla de guionistas no le hayan hecho justicia al personaje creado por Michael Bond. El resultado no deja de ser entretenido, pero se nos antoja demasiado infantil para el nivel al que nos habíamos acostumbrado de la mano de este imaginativo y educativo personaje.

AÚN ESTOY AQUÍ La herida abierta

Título original: Ainda estou aqui
Brasil-Francia 2024 137 min.
Dirección
Walter Salles Guion Marilu Hauser y Heitor Lorega, según el libro de Marcelo Rubens Paiva Fotografía Adrian Teijido Música Walter Ellis Intérpretes Fernanda Torres, Selton Mello, Luiza Kosovski, Bárbara Luz, Valentina Herszage, Guilherme Silveira, Antonio Saboia, Cora Mora, Olivia Torres, Pri Helena, Dan Stulbach, Fernanda Montenegro Estreno en el Festival de Venecia 1 septiembre 2024; en Brasil 7 noviembre 2024; en España 21 febrero 2025


Imposible evitar viendo esta película que se trata de una historia que nos la han contado infinidad de veces, y sin embargo qué impotencia provoca saber que apenas sirve de nada, por mucho que funcione como sano, indispensable e irrenunciable ejercicio de memoria histórica. Muchas fueron las personas desaparecidas durante la larga dictadura militar brasileña de Humberto de Alencar Castelo, de 1964 a 1985. El episodio elegido por Walter Salles, conocido por Estación Central de Brasil y Diarios de motocicleta, se refiere el ex diputado democrático Rubens Paiva, según las memorias publicadas por su hijo Marcelo. Paiva colaboró en la comunicación entre exiliados y sus familiares y las fuerzas que luchaban por la reinstauración del orden democráctico en su país. Acomodado y feliz padre de familia, su esposa, cuatro hijas y el referido hijo conforman ese núcleo sometido a la oscuridad y el terror más intrenso e inaudito cuando en 1971 su padre y esposo fue secuestrado y desaparecido.

Inevitable pensar en cómo estas dictaduras que camparon a sus anchas especialmente en el continente sudamericano, surgieron de golpes militares auspiciados por el poder económico de la autodenominada nación más poderosa del mundo, y hoy surgen del voto democrático, llegándose a la máxima aberración imaginable, la de una dictadura que surge de la voluntad del pueblo, y si no que se lo pregunten a los Estados Unidos, donde a golpe de decreto su ciudadanía está aprendiendo lo que significa perder derechos y puestos de trabajo. ¿Acaso no se lo esperaban? Pues todavía queda mucho por sufrir, y lo peor es que salpicará al resto del mundo considerado libre. Películas como ésta nos ayudan a reflexionar sobre el tema, a temer y sufrir el peligroso giro al que viran los extremismos, y los inconvenientes del liberalismo a ultranza. Estamos en ese bucle que se repite cada cierto tiempo, no importa el fracaso al que se vean abocados los regímenes autoritarios, tal como demuestra la Historia una y otra vez. La ignorancia y el atrevimiento nos llevan a estas situaciones de injusticia, terror e inabarcable angustia que, con mucho tino y considerable delicadeza, nos muestra Salles y su excelente equipo técnico y artístico. En la génesis de la película nos parece vislumbrar la Roma de Cuarón en la forma y el estilo narrativo, y El olvido que seremos de Trueba en su actitud de denuncia y el ambiente familiar en el que se desarrolla el drama.

Entre los méritos de la película se encuentra la interpretación comedida y precisa de Fernanda Torres, justamente nominada al Oscar y ganadora del Globo de Oro, y relevada por su propia madre, Fernanda Montenegro, cuando alcanza la ancianidad y esa memoria imprescindible se diluye como lo hace la que ostentamos como colectividad. Curiosamente Montenegro fue en su día nominada al Oscar por su trabajo en Estación Central de Brasil, también a las órdenes de Salles. Y una última reflexión, ¿por qué nuestro país, tan proclive a narrar en el cine las atrocidades de la Guerra Civil, no presta atención al sufrimiento al que fuimos sometidos durante cuarenta años, y del que aún no nos hemos recuperado, tal es la desidia mostrada por nuestras instituciones a la hora de paliar el dolor de quienes nunca disfrutaron del reconocimiento merecido? Premio en Venecia al mejor guion y Goya a la mejor película iberoamericana son otras de las credenciales de esta imprescindible película.

sábado, 22 de febrero de 2025

BACH, RECONSTRUIDO Y VENERADO

Temporada 2025/2025 de la Orquesta Barroca de Sevilla. Pedro Castro, oboe; Ignacio Ramal y Fumiko Morie, violines; José Manuel Navarro, viola; Mercedes Ruiz, violonchelo; Ventura Rico, contrabajo; Alejandro Casal, clave; Mayumi Hirasaki, violín y dirección. Programa: Suites orquestales no. 3 en Re mayor BWV 1068 y nº 2 en la menor BWV 1067a; Conciertos para oboe d’amore en La mayor BWV 1055R, para violín en Mi mayor BWV 1042, y para violín y oboe en do menor BWV 1060R; Sinfonía de la cantata Ich hätte viel Bekümmernis BWV 21. Espacio Turina, viernes 21 de febrero de 2025


Imposible resistirse al hermoso programa que ofrecía la Barroca de Sevilla en este concierto dedicado íntegramente a Bach. Algunas de las piezas seleccionadas forman parte de nuestra memoria desde la infancia y primera juventud, como ese Badinerie que ilustraba los títulos de cabecera de Parlamento, un programa divulgativo que Televisión Española emitía justo antes del telediario de los sábados al mediodía, o el adagio del concierto para dos claves que sonaba mientras Barry Lyndon se pavoneaba entre las clases altas en la película homónima de Stanley Kubrick. Y qué decir del Air de la Suite nº 3, tantas veces escuchado, hasta en versión jazz, en publicidad, películas y toda clase de manifestaciones artísticas.

Un todo Bach en el que lució especialmente el oboe de Pedro Castro, tantas veces invitado de la orquesta y que en esta ocasión deparó si cabe una de sus actuaciones más sensacionales e impecables junto a la misma. Una orquesta que se presentaba ciertamente en formación muy reducida, apenas cuerda y bajo continuo, con una voz por parte y tan sólo dos violines, además del de Mayumi Hirasaki, que se encargó también de la dirección. La artista japonesa saldó así su deuda con la Barroca, tras aquella indisposición que le impidió estar en el mismo Espacio Turina en abril de 2021, lo que provocó que le sustituyera a última hora Lina Tur Bonet. Ahora, Hirasaki ha dejado su impronta extrayendo de los escasos recursos convocados un sonido más terso y unos ataques más limados, a pesar de lo cual se evidenció cierta falta de cuerpo y relieve en el conjunto.


Aún así resultó un concierto muy disfrutable, en el que pudimos advertir el vértigo con el que se resolvieron las fugas de las oberturas de las dos suites orquestales programadas, si bien al air mencionado sonó raquítico y mortecino, en parte por el modelo que cada uno y una atesora en su subconsciente, y que a menudo viene asociado a esas añoradas interpretaciones en orquestas románticas y con instrumentos modernos que echamos de menos como sana alternativa a estas versiones historicistas que hoy se imponen. El resto deambuló entre lo vigoroso y lo excepcional, como la gavota de la suite nº 3 y el rondó de la 2, ciertamente menos aristados de lo habitual y con ataques menos contundentes.

Al margen de ese raquitismo denunciado en la famosa pieza de la Suite nº 3, Hirasaki se mostró ágil y entonada en el resto del programa, con intervenciones depuradas en lo técnico y lo expresivo en el Concierto BWV 1042, siempre arropada por un bajo continuo como siempre extraordinario, en el que destacaron las agilidades y ornamentaciones de Casal al clave. Las obras nos llegaron convenientemente reconstruidas, siguiendo criterios musicológicos, y adaptadas al conjunto convocado, por lo que seguro que muchos y muchas echaron de menos algunos instrumentos en la interpretación de las piezas.

Con un fraseo impecable y un exquisito gusto al modular, Pedro Castro logró una de sus intervenciones más sobresalientes junto a la Barroca, logrando momentos de muchos quilates y gran dulzura en el larghetto del Concierto BWV 1055, la Sinfonía de la Cantata BWV 21, y sobre todo el Concierto BWV 1060R, paladeado hasta el infinitito, tras el que Hirasaki y él recibieron una merecida ovación extensible al resto de los intérpretes convocados, destacando como siempre la sintonía y la complicidad con la que, desde siempre, han resuelto sus propuestas.

Fotos: Luis Ollero

viernes, 21 de febrero de 2025

ZENIODI Y CONUNOVA, BIEN ACOMPAÑADAS

Gran Sinfónico nº 6 de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Alexandra Conunova, violín. Zoe Zeniodi, dirección. Programa: Rêverie Op. 24, de Scriabin; Concierto para violín en re menor Op. 47, de Sibelius; Variaciones Enigma Op. 36, de Elgar. Teatro de la Maestranza; jueves 20 de febrero de 2025


Tras convencer a muchos con su trabajo en Ifigenia en Táuride, donde logró limar la estética de la Sinfónica para adaptarse lo máximo posible a los rigores de estilo, Zoe Zeniodi se subió al podio para ofrecer quizás uno de los programas más suculentos de la presente temporada.

La primera obra orquestal del especialista en miniaturas pianísticas, Alexander Scriabin, el concierto para violín más grabado del siglo XX y una muy querida obra para todas las personas melómanas, las Variaciones Enigma de Edward Elgar, primera gran obra maestra de la música británica desde los tiempos de Purcell, integraron tan atractivo programa.

Rêverie, fantasía o ensueño, es una obra breve pero intensa. Se trata de un recorrido conciso por distintos estados de ánimo que obliga a los músicos a plasmar emociones muy íntimas y desplegar después un abanico de colores vivos, que encontró en la lectura de Zeniodi y la respuesta de la orquesta el vehículo perfecto a tales efectos.

Una violinista galopante

Alexandra Conunova es, como muchos y muchas de su generación, una violinista virtuosa, reconocida con multitud de premios antes de enfrentarse a orquestas de distinto signo y condición e ir forjando una carrera segura y reconfortante. El concierto de Sibelius es lo suficientemente popular y variado como para ofrecer al intérprete una gama de posibilidades para el lucimiento ciertamente generosa. En anteriores ocasiones se presentó en Sevilla con Saint-Saëns y Brahms y resultados satisfactorios.

Esta vez apareció tan segura y precisa como confiada en sus posibilidades, logrando una interpretación impecable en lo técnico, teñida de claridad y rigor, buscando siempre una expresión sobria y calculada. Supo plasmar a la perfección su estilo rapsódico y defender su alambicado allegro inicial con ahínco y convicción. Claridad en la articulación, control dinámico y una actitud frecuentemente galopante fueron otras de las características de su interpretación.


Pero a su adagio central faltó ese vuelo lírico que llegara a conmover. Resultó indiscutiblemente melódico, pero no suficientemente cálido ni sentimental. Naturalmente su dancístico finale encontró en la violinista la fuerza y el ritmo que le hacen especial, contando en todo momento con la complicidad de una batuta respetuosa y una orquesta de resortes brillantes. En la propina, Alexa Farré se sumó a la fiesta para ofrecer una colorida Balada si joc de Ligeti para dos violines que sonó enérgico y delicioso en su apuesta decididamente folclórica.

Una pieza enigmática

Hacía tiempo que la ROSS no interpretaba las Variaciones sobre un tema original “Enigma” de Edward Elgar, una obra enigmática en sí misma, por cuanto parece que su tema principalquizás God Save the King, nunca se escuche, sino  que sirva de contrapunto melódico con el que arrancan una serie de pasajes que parecen evocar un amplio y grandioso paisaje natural frente a la personalidad de las amistades y parientes a quienes el autor dedicó cada variación.

También aquí, como Sibelius en su concierto y Scriabin en su preludio, Elgar parece estar evocando la soledad del artista, enfrentado a la inmensidad de la naturaleza, traducida en una música de amplios vuelos y diversos enfoques, que ofrecen una variedad de estéticas a las que la Sinfónica se plegó adecuadamente. Sin embargo, Zeniodi se mostró quebradiza y desequilibrada en conjunto, despachando Nimrod con cierta celeridad poco conveniente para una pieza de tal envergadura emocional.

Un final apoteósico y solemne permitió lucirse a la sección de percusión, y prometer que en su próxima comparecencia jienense, estas artistas no se sientan solas sino muy bien acompañadas por una orquesta que nos hace sentir muy orgullosos y orgullosas.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

lunes, 17 de febrero de 2025

LA TUTORÍA Una cuestión interesante pero mal enfocada

Título original: Armand
Noruega 2024 117 min.
Guion y dirección
Halfdan Ullmann Tondel Fotografía Pal Ulvik Rokseth Música Ella van der Woude Intérpretes Renate Reinsve, Ellen Dorrit Petersen, Endre Hellesveit, Oystein Roger, Thea Lambrechts Vaulen, Vera Veljovic-Jonavovic Estreno en el Festival de Cannes 18 mayo 2024; en Noruega 27 septiembre 2024; en España 14 febrero 2025


Estrenado en la sección Un certain regard del Festival de Cannes, donde se alzó con la Cámara de Oro, y reconocido en los Premios Europeos del Cine con el Premio Fipresci al mejor descubrimiento europeo, el debut en el largometraje del nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann propone una historia que parece un cruce entre Sala de profesores y Un Dios salvaje. Todo se centra, manteniendo una narrativa muy propia del teatro aunque con escapadas que asoman conforme el film se va acercando al final, en la reunión que organiza como protocolo el atribulado colegio en el que cursan estudios primarios dos niños implicados en un oscuro episodio de carácter presuntamente sexual, siendo uno de ellos el Armand del título original.

En una primera parte todo se reduce a la confrontación entre los progenitores, de cuya identidad el director y guionista se guarda ases en la manga para ir sorprendiendo y despistando conforma avanza la trama, y el comportamiento del profesorado, desde una confusa e inexperta profesora a un curioso y encorsetado director, pasando por una veterana profesora que interrumpe el diálogo constantemente merced a un persistente sangrado de nariz con el que el director parece querer añadir metáfora a la función. Poco convence la naturaleza del incidente, ni la edad de sus protagonistas, y menos el procedimiento llevado a cabo para esclarecerlo, y mucho menos si se trata de advertirnos sobre ciertas conductas que pueden influir negativamente en la educación de los y las menores.

Tras una irritante secuencia que obliga a una esforzada Renate Reinsve, la actriz europea de moda (La peor persona del mundo, A Different Man) a reir compulsivamente, la narración se va introduciendo en aspectos más sombríos y surrealistas, incluido un baile espasmódico y un acoso multitudinario tan irritantemente largo como la risa precedente, para acabar con un giro narrativo que, una vez más, reincide en la mala y equivocada práctica de convertir a la mujer en la perversa de la función, por si con haberla convertido también en la más histérica no bastaba.

SEIS TRIPLE OCHO La guerra interna

Título original: The Six Triple Eight
USA 2024 127 min.
Dirección
Tyler Perry Guion Tyler Perry y Kevin Hymel Fotografía Michael Watson Música Aaron Zigman Intérpretes Kerry Washington, Eboy Obsidian, Shanice Shantay, Sarah Jeffery, Milauna Jackson, Pepi Sonuga, Kylie Jefferson, Moriah Brown, Jeanté Godlock, Gregg Sulkin, Jay Reeves, Dean Norris, Sam Waterston, Susan Sarandon, Oprah Winfrey Estreno en Estados Unidos 6 diciembre 2024; en internet (Netflix) 20 diciembre 2024


Una película cuyo principal y loable fin es contar una de esas historias que merecen sin duda contarse. En este caso se trata de una compañía de mujeres negras que ingresaron en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y a las que se encomendó la misión de organizar y enviar el correo postal atrasado de más de tres años, un trabajo ingente e inabarcable que lograron cumplir en tiempo récord y con el que lograron levantar la moral de centenares de miles de soldados y sus familias. Su director, Tyler Perry, lleva décadas dirigiendo película ligeras y series de televisión, con especial peaje en la serie de films dedicados a Madea, una matriarca sureña con gajes de comedia.

Con la actriz Kerry Washington y la presentadora Oprah Winfrey detrás de la producción, la película procura restablecer la memoria de quienes sufrieron el ultraje y el desprecio de sus superiores blancos, y cómo recibieron mejor trato en Europa mientras desarrollaron su misión, que en Estados Unidos, donde a pesar del reconocimiento inicial, siguieron sufriendo los efectos del más execrable racismo. Un ejemplo de película sentimental, plagado de mensajes y discursos alentadores, que podría haber disfrutado de un tratamiento más atrevido y comprometido, pero que se conforma con el más televisivo y sencillo con el que se presenta.

Quizás celebrar su ejercicio de memoria histórica, ese al que tanto se niega la pñoblación más rancia e injusta, sea su principal aliciente, acompañado de unas interpretaciones responsables y atinadas, un aspecto formal aseado, una narrativa enfocada al más puro entretenimiento y una canción final de Diane Warren, eterna nominada al Oscar, que con ésta suma dieciséis ocasiones sin conseguirlo de momento. Las breves intervenciones de Susan Sarandon y Sam Waterston como el matrimonio Roosevelt y de la misma Oprah Winfrey como activista feminista y anti racista, suman también atractivo a una propuesta cuya cumbre es el testimonio real y sobrecogedor de su centenaria protagonista.

domingo, 16 de febrero de 2025

ESTREMECEDOR PROGRAMA DOBLE DE LES ARTS FLORISSANTS

Música antigua en Turina. Les Arts Florissants: Lucía Martín-Cartón y Ellen Giacone, sopranos; Blandine de Sansal, mezzosoprano; Mélodie Ruvio, alto; Edward Grint, barítono; Benoît Descamps, bajo; Elizabeth Kenny y Sergio Bucheli, laúdes; Florian Carré, órgano y clave; Paul Agnew, tenor y dirección. Programa: Historia di Jephte, de Antonio Draghi; Quarta Toccata, de Toccata e corenti d’intavolatura d’organo e cimbalo, de Michelangelo Rossi; Jephte, de Giacomo Carissimi. Espacio Turina, sábado 15 de febrero de 2025


Espléndida antesala del Festival de Música Antigua a un mes de iniciar su andadura número cuarenta y dos, la que nos ofreció anoche el Espacio Turina de la mano de un conjunto tan querido y respetado como Les Arts Florissants. La última vez que pudimos disfrutar del mismo fue en octubre de 2018, cuando también en esta sala y con Paul Agnew como comandante, se centraron en el universo del madrigal, con Gesualdo o Monteverdi como pilares fundamentales. Antes, en marzo de 2007, se acercaron al Maestranza en formación más amplia y William Christie al frente, con su inolvidable y estimulante programa para jóvenes cantantes Le jardin des voix.

Esta vez la propuesta fue recrear uno de los primeros oratorios conocidos, Jephte de Giacomo Carissimi. Y de paso confrontarlo, o mejor completarlo, con la presentación de otro de reciente descubrimiento, un tanto del propio conjunto galo, unos años más moderno y con una estética diferente, el compuesto por Antonio Draghi.

El oratorio deriva del motete hablado, cuando la Iglesia olvida la austeridad de la Contrarreforma para abrirse a la captación de más fieles con métodos artísticos y a menudo extravagantes. La historia de Jefté, del Libro de los Jueces del Antiguo Testamento, propugna la obediencia a Dios, como también lo hace Jonás (y la ballena), otro de los oratorios de Carissimi, considerado el creador de este género musical.

Dos ejemplares recreaciones de Jefté

Agnew y Les Arts Florissants ofrecieron esta magistral página precedida en una primera parte de la presentación de otro Jefté, el que Draghi estrenó en Praga en 1680. Tiene un carácter más recitado y está escrito en italiano. Con Benoît Descamps como narrador y la voz autoritaria y esmaltada del barítono Edward Grint, acaso de emisión no muy limpia y agilidades cortas, ejerciendo de Amón, enemigo de Jefté, la pieza se benefició fundamentalmente de un buen trabajo escénico, el ejemplar acompañamiento de los laúdes y el teclado impoluto de Florian Carré, y sobre todo de la voz enérgica y potente de la mezzosoprano Blandine de Sansal, cuya actitud y sensibilidad rubricó una hija de Jefté conmovedora.

Martín-Cartón y Agnew

Una breve tocata del violinista genovés Michelangelo Rossi, sirvió para introducir el Jefté que ya conocíamos de Carissimi, con tres estilos yuxtapuestos, perfectamente orquestados por Agnew y el resto de las siete voces convocadas, el stile concitato de la batalla, las arias y coros de las celebraciones de la victoria, y los extensos recitativos del lamento final.

El propio Agnew en el rol titular, demostró estar en perfecta forma, ágil e imponente, mientras desaparecieron los inconvenientes de Grint y triunfó el canto rutilante, generoso en brillo y expresividad, de Lucía Martín-Cartón, que como hiciera de Sansal en el oratorio de Draghi, ofreció un Lamento portentoso y estremecedor, antes de que todos y todas entonaran un coro final en perfecta sintonía, majestuosa alternancia de voces y tonos, que repitieron como bis en actitud muy recogida y tan teatral como lo fue toda la representación en su conjunto.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 15 de febrero de 2025

ANNA NETREBKO, UNA MATRIOSHKA CON MUCHAS CAPAS

Recital lírico. Anna Netrebko, soprano; Elena Maximova, mezzosoprano (artista invitada). Pavel Nebolsin, piano. Programa: Lieder de Chaikovski, Rachmáninov, Rimski-Kórsakov y Strauss; Arias y dúos de I pagliacci (Leoncavallo), Lakmé (Delibes), Adriana Lecouvreur (Cilea), Snegurochka, la doncella de la nieve (Rimsky-Kórsakov), Francesca de Riminí (Rachmaninov), Ariadna en Naxos (Strauss), I Capuleti e i Montecchi (Bellini), y Guerra y paz (Prokofiev); Étincelles, de Moszkowski; Fantasía-Impromptu Op. 66, de Chopin. Teatro de la Maestranza, viernes 14 de febrero de 2025


“Yo soy apolítica, mi trabajo consiste en gustar a todo el mundo” decía la recientemente Goya de Honor Aitana Sánchez-Gijón en la película de Almodóvar Madres paralelas. Una consigna que, como seres humanos que son, a veces olvidan los artistas, cuyas opiniones, por activa o por pasiva, les pasa factura. Sin llegar al linchamiento extremo al que se ha sometido a la actriz Karla Sofía Gascón, cuyos comentarios pueden ser tan execrables como nauseabunda es la anulación absoluta a la que ha sido sometida, no obstante su loable trabajo en la pantalla, Anna Netrebko sufrió el veto y la cancelación de muchas de sus actuaciones en teatros de todo el mundo hace apenas unos años por su presunta vinculación y apoyo a las políticas imperialistas de Putin.

Es curioso cómo cuando quien vierte este tipo de consignas pertenece a otro gremio, especialmente los políticos, a menudo ven revalorizada su carrera, caso por ejemplo del infame presidente de Estados Unidos, que gana elecciones a pesar de no decir más que disparates, sandeces y barbaridades.

Vertidas las subsiguientes disculpas, quizás con miras a un efecto reparador de su carrera, volvió el momento de disfrutar de su inmenso talento, uno de esos que nos devuelve la felicidad incluso en los días más aciagos. Y llegó también el de dejar prejuicios fuera y admirar a la figura artística que es, disfrutando de cada momento lleno de magia, poesía y virtuosismo que nos brindó en una velada que sin duda quedará para el recuerdo.

Una noche de amor

Netrebko dividió su actuación en dos partes, como hacen tantos otros artistas de la lírica, una dedicada fundamentalmente al lied y la otra más operística, en la que lució un espectacular atuendo seguramente guiño a nuestra tierra. Pero además su propuesta fue a más, invitándonos a un hipotético paseo por la naturaleza, a través de bosques y ríos, y la arquitectura, en palacios y desde la ventana. Al margen de estas licencias poéticas, brilló la voz poderosa y rutilante de una diva en constante evolución, exigente con su trabajo y responsable con su cometido de auténtica entertainer.


Hace tiempo que su voz ha ido evolucionando, lo que la ha llevado a plantearse encarar papeles de más peso dramático, exigentes con la voz, que debe mantener un tono más grave y una musculatura más gruesa, especialmente en títulos verdianos, repertorio apenas transitado hasta ahora, y que desde que hace unos años grabara un disco dedicado al maestro italiano, se ha convertido en reto de cara a futuros proyectos. Pero no hubo Verdi, ni siquiera su muy querido y celebrado Puccini, en este delicado programa, pero sí evidencia de esa transformación de su voz.

Y así arrancó, con fuerza y poderío en Dime, ¿qué hay bajo las sombras de los árboles? de Chaikovski, donde a pesar de un molesto vibrato fruto seguramente de la necesidad de calentar la voz, emergió esa fuerza de la naturaleza que hace que su voz no pierda relieve ni proyección aunque cante de espaldas o moviéndose de un lado a otro del escenario. Nuestro primer estremecimiento llegó de la mano de Rachmaninov con Qué bello es este lugar, donde la diva conjugó una extrema delicadeza con su portentosa habilidad para alcanzar cotas poéticas de enorme calado, con filados interminables y pianissimi llenos de dulzura y compasión.

Entre una y otra estética, fue desgranando un programa generoso en partituras de su país, llamémosle patria, extraídos de los celebrados álbumes de selección que ha grabado en los últimos años, como In the Still of Night, donde le acompaña al piano Daniel Barenboim, o el Álbum ruso que grabó junto a Valery Gergiev, una de esas amistades peligrosas que han contribuido a su público escarnio.

La ninfa, de Rimsky-Korsakov, fue otro de los ejemplos en los que emergió la más absoluta dulzura y la expresividad más conmovedora de una voz que transita por distintos registros, a veces incluso tesituras, sin la más mínima dificultad, con comodidad y una naturalidad al alcance de muy pocas.

Ya en la segunda parte, con algún avance en la primera en forma de I pagliacci, fueron las arias de ópera las que dominaron. Pura sensualidad no exenta de autoridad en Io son l’umile ancella, de Andrea Lecouvreur, apabullante energía en Francesca de Rímini y Ariadne auf Naxos, y conmovedora actitud en Oh! Quante volte de I Capuleti e i Montecchi. Así hasta llegar al lied Sueño de una noche de verano de Rimsky-Korsakov con el que cerró el programa de forma encantadora, plena de delicadeza y emotiva contención.

Muy bien acompañada

Una estrella de su calibre no se puede permitir malas compañías. Necesita a su alrededor artistas con talento, que no lleguen a eclipsarla pero tampoco a arruinar su función. Fue el caso de la mezzo también rusa Elena Maximova, que a algunos nos hizo recordar aquellos irrepetibles momentos en que Netrebko y Elina Garança iban de la mano en recitales por todo el mundo, seguramente cumpliendo exigencias contractuales. ¡Cuánto lamentamos que no hayan coincidido finalmente en la actual temporada del Maestranza!

Nebolsin, Netrebko y Maximova. Foto: Luis Pascual

Con Maximova entonó el famoso Dúo de las flores de Lakmé, interrumpido por el público gracias a la labor de la siempre atrevida ignorancia. Con sólo prestar atención al gesto de los y las artistas, se sabe cuándo ha terminado o no una pieza, aunque no se conozca. Juntas resolvieron la pieza con rotundidad perfectamente combinada con elegancia y dulzura. Una perfecta sintonía que también emergió en la más desconocida El arroyo serpentea por la arena, de Guerra y paz de Prokofiev.

Por otro lado, Pavel Nebolsin evidenció ser más que un competente acompañante al piano, dando relieve y sustancia a las interpretaciones de una muy comediante Netrebko, que no dudó en echarse unos pasos de baile, como tantas veces la hemos visto en sus actuaciones grabadas. Nebolsin brilló también en solitario, con la centelleante página de Moszkowski, y muy especialmente con una excelente recreación, tan virtuosa como emotiva, de la Fantasía-Impromptu op. 66 de Chopin.

Fotos (excepto la indicada): Guillermo Mendo
Artículo publciado en El Correo de Andalucía