USA 2017 130 min.
Fotografía, guión y dirección Paul Thomas Anderson Música Jonny Greenwood Intérpretes Vicky Krieps, Daniel Day-Lewis, Lesley Manville, Camilla Rutherford, Brian Gleeson, Jane Perry, Harriet Sansom Harris, Gina McKee, Lujza Richter Estreno en Estados Unidos 19 enero 2018; en España 2 febrero 2018
Una semana antes del estreno de la tercera entrega de la cursi y remilgada saga de las Cincuenta sombras de Grey, el polifacético Paul Thomas Anderson nos ofrece una enfermiza historia de amor y masoquismo con una puesta en escena tan refinada como misteriosa es su envolvente línea narrativa. Con este título queda clara la habilidad del director americano para realizar películas de rabiosa modernidad, como Boogie Nights, Magnolia o Puro vicio, a la vez que dirigir cintas con un inequívoco sabor nostálgico, como Pozos de ambición, El maestro y ahora El hilo invisible. Pero de la combinación de ambas facetas surge el milagro, logrando un título a la vez moderno, melancólico y académico, pero nunca rancio. Ambientada en Londres a principios de los cincuenta, Anderson retrata un mundo de exquisita sofisticación, en el que se mueve el modisto y diseñador Reynolds Woodcock, tan ensimismado en su trabajo y en sí mismo que apenas dedica tiempo al amor salvo para satisfacer su egolatría y apetito sexual, hasta que surge una joven extranjera que esconde más de una sorpresa bajo su apariencia de mosquita muerta y sumisa. El extremado refinamiento con el que Anderson ha abordado su trabajo lo convierten en un producto singular, que atrapa por su vocación de intriga y misterio, a la vez que fascina por la facilidad con la que recrea ambientes y situaciones de enorme sofisticación. Cada uno y una del infernal trío protagonista da la talla en este drama de alta costura con escogidos ingredientes de comedia, que rezuma inteligencia y provoca desazón. Lástima que aún siendo magnífica la banda sonora de Jonny Greenwood, con momentos realmente mágicos, su abuso en la película provoque saturación y apenas deje espacio a los más de un conveniente silencio que demanda la función.
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