
Mihnea Ignat, rumano afincado en nuestro país, ya visitó Sevilla durante la Feria de Abril de 2016 para dirigir con proyección en directo la música de Carmen de Cecil B. DeMille adaptada por Hugo Riesenfeld. Con amplia experiencia en la música romántica y la ópera, Ignat afrontó con ahínco y decisión el festivo programa puesto bajo su responsabilidad, desde unos parámetros eminentemente festivos y con resultados francamente espectaculares. Teniendo en cuenta que hace apenas un par de días todos celebraban con opíparos banquetes la llegada de la nueva década, parece mentira que los numerosos maestros y maestras convocadas para la ocasión fueran capaces de ofrecer tan buenos resultados a nivel técnico y con tanto brío y entusiasmo. Si hace un siglo el mundo se preparaba para una de las décadas más icónicas del siglo XX, marcada por el fervor de entre guerras, no sabemos ahora a qué nos enfrentaremos pero hacemos bien en hacerlo a ritmo vertiginoso de la mano de España, ese luminoso homenaje a nuestra tierra que hizo Chabrier, que Igneat resolvió con sentido de la atmósfera y el color, o las ajetreadas rapsodias de Liszt y Enescu, precursoras del mickeymousing, donde la cuerda grave lució excelente cuerpo y expresividad, mientras los solos de flauta de Juan Ronda y viola de Francesco Tosco brillaron a gran altura.
Ya más acorde al modelo de referencia, la celebérrima Obertura de Caballería ligera, de Franz von Suppé, demostró el excelente nivel al que se encuentran los metales de la ROSS, mientras las polcas de Strauss jr. alardearon de una velocidad de rayo y los valses de Lehár, convenientemente almibarado y con acertado abuso del vibrato, y Strauss jr., el inevitable Danubio Azul, perpetuaron el buen hacer que también en estas lides, y bajo una batuta razonablemente contenida, consigue nuestra orquesta. Solo las breves danzas húngara y eslava de Brahms y Dvorák respectivamente, rompieron el efecto remedo de esta segunda parte que una vez más hizo las delicias del público de un abarrotado Maestranza que brindó junto a una orquesta siempre en la injusta cuerda floja. ¡Por un 2020 cargado de merecida estabilidad para uno de los más preciados tesoros de nuestra ciudad!
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
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