Guion y dirección Lulu Wang Fotografía Anna Franquesa Solano Música Alex Weston Intérpretes Awkwafina, Tzi Ma, Shuzhen Zhou, Jim Liu, Diana Lin, Yongbo Jiang, Xiang Li, Han Chen, Hong Lu, Aoi Mizuhara Estreno en el Festival de Sundance 25 enero 2019; en Estados Unidos 9 agosto 2019; en España 8 noviembre 2019
Como persona de origen chino afincada en Estados Unidos, la joven directora Lulu Wang ha tejido con ésta su primera película importante, después de la tragicomedia romántica Posthumous, un par de cortometrajes y un documental, una crónica del desarraigo y la confusión cultural en un mundo globalizado en el que millones de personas en todo el planeta se ven obligadas a emigrar y renunciar parcialmente a sus raíces y tradiciones. En este contexto Wang construye una moderna fábula alrededor de una mentira piadosa, como reza al principio en los créditos, y una familia que se sienta frecuentemente alrededor de la mesa para disfrutar de suculentas comidas y no menos atractivas conversaciones.
La estrella emergente Awkwafina, flamante ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz de comedia, descubierta en 2018 con Crazy Rich Asians y Ocean’s 8, y tan ecléctica que lo mismo protagoniza esta película que la española Paradise Hills o la aventurera Jumani: Siguiente nivel, da vida a una joven china norteamericana que viaja a su país de origen con el pretexto de asistir a la boda de uno de sus primos, aunque en realidad subyace otra verdad muy distinta que pone en choque las costumbres de su país con las del que le ha adoptado. La trama sirve para reunir a un buen grupo de desarraigados que hacen las delicias de una abuela, absoluta mater familias, controladora y dominadora, incluso algo impertinente por mucho que se le quiera dibujar como ser humano entrañable. Un grupo de personas que recuperan tras muchos años el contacto con sus costumbres y tradiciones y que de la mano sutil y delicada de su realizadora protagonizan una suerte de comedia amable teñida de tristeza y melancolía, pero sin estridencias ni mal gusto, apostando siempre por una sonrisa frente la vida y la adversidad.
Lástima que el conjunto se quede en mera anécdota, con momentos cumbres como el discurso del tío en la boda, pero sin auténtica capacidad para generar mayor emoción que la que simplemente emana de su leve línea argumental. Al espíritu amable de la empresa contribuye la desenfadada banda sonora de Alex Weston, a base de temas originales y adaptados entonados prácticamente a capela.
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