Dirección Gracia Querejeta Guion Gracia Querejeta y Antonio Mercero Fotografía Juan Carlos Gómez Música Federico Jusid Intérpretes Emma Suárez, Adriana Ozores, Nathalie Poza, Blanca Portillo, Pedro Casablanc, Fernando Cayo, Paqui Horcajo Estreno 6 marzo 2020
Son varias las películas que se estrenan estos días coincidiendo con la celebración del Día de la Mujer. Pero algunas, como ésta, no se circunscriben por mucho que pudiera parecerlo al universo estrictamente femenino, sino que tomando conciencia de los logros obtenidos y del papel fundamental y por fin reconocido de la mujer en la sociedad, se limitan a emplear actrices para poner en pie anhelos y fantasmas que nos afectan a todas las personas, independientemente del género y la condición. Es lo que hace Gracia Querejeta en su mejor película tras Héctor y después de entregarse a una debacle que empezó con la sobrevalorada Siete mesas de billar francés y continuó aún peor con títulos como 15 años y un día, Felices 140 y la espantosa Ola de crímenes. Precisamente es el hijo de Antonio Mercero quien vuelve a colaborar en el guion con la propia Querejeta tras 15 años y un día y Felices 140 para entregarnos su libreto más modélico, preciso y entretenido. En él y en el espléndido trabajo de sus tres actrices, con especial mención para una entrañable Nathalie Poza, radica el éxito de esta empresa.
Llama la atención sin embargo que comience de forma algo desafortunada, presentándonos a sus personajes entregadas a una de esas amistades a la española en las que abunda el mal rollo y la falta de respeto, y que cada una parezca el cliché de mujeres histéricas e insoportables a los que nos tienen acostumbrados en este país, de forma tan equivocada como agresiva, quienes curiosamente se creen personas sensibilizadas. Pero conforme avanzan las conversaciones, al son de los paseos que estas tres amigas dan cada mañana por un primaveral parque madrileño, los perfiles se van suavizando y la oferta sincerándose hasta conseguir nuestra empatía y confianza, y lograr incluso que seamos capaces de identificarnos con muchas de las situaciones que plantean.
La difícil situación laboral de quienes cumplen más de cincuenta años podría ser una de las cuestiones más certeras y espinosas en un país cuya deficiente legislación laboral hace que solo quienes se dedican al funcionariado público puedan respirar con tranquilidad y no vean mermados sus derechos y responsabilidades por cuestiones de género o edad. Las dificultades de quienes se dedican a la enseñanza, condicionados y condicionadas también por una legislación que lleva décadas buscando su camino y de momento solo ha conseguido aumentar la brecha intergeneracional, o las dependencias sentimentales a las que una educación basada en el matrimonio nos ha condenado, con cuestiones bien expuestas en esta park movie con tres excelentes actrices haciendo unos espléndidos trabajos y dejando que seamos el público quienes encontremos soluciones en nuestra propia experiencia a sus neuras y contradicciones. Y una de las cosas más conseguidas a pesar de su dificultad es que sus personajes viven y respiran más allá de lo que vemos en pantalla, hasta quienes interpretan personajes secundarios, como Casablanc o Portillo. Todas y todos están tocados por la varita mágica de la emoción y la sinceridad.
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